El periodo octubre 2025 – septiembre 2026 será “muy seco”, con un volumen de derrame en el río San Juan en orden a los 950 hm3, con un caudal promedio 30,1 m3/s. Si se compara con el pronóstico hídrico de la temporada anterior es un 24% más bajo. Con este dato, las autoridades de Hidráulica y los regantes, a través de los órganos correspondientes, empezaron a diseñar el plan de distribución de agua y ya llegaron al primer entendimiento, a pesar que el plan al principio pasaba por ajustar el volumen a entregar a tono con la reducción del caudal.
Con poca agua en el río y los diques con niveles buenos, este martes acordaron entregar para riego en noviembre un coeficiente de 0,34 l/s, apenas un poco menos que igual mes del 2024 cuando erogaron 0,38. Es que en términos reales, un nuevo año seco obliga a ajustar la distribución, pero no será tan austera y en Gobierno reconocen que buscarán acercarse todo lo posible al del año pasado, atendiendo en pedido de buena parte de los productores.
El año pasado, en términos globales, las autoridades decidieron acordar que del total que trajera el río se iban a destinar 800 hectómetros cúbicos para el riego de fincas. Ese es el parámetro y, reconocen, que bucarán llegar “lo más cerca posible”.
“La semana pasada tuvimos reuniones con todos los presidentes de Juntas de los departamentos y se recibieron las propuestas de que a ver si podíamos entregar la misma cantidad de agua que el calendario hídrico del año pasado. El pronóstico hídrico, el cual es una herramienta que nos sirve para tomar decisiones, pero como siempre lo propone el gobernador (Orrego) de hacer un trabajo en conjunto para lograr el consenso con la Junta de Riego, con el Consejo de Hidráulica y trabajando de manera interministerial. La orden es charlar, discutir lo que haya que discutir pero que lo que se decida salga con el visto bueno de las partes”, explicó el director de Hidráulica, Raúl Ruíz.
Las autoridades saben que la escasez de agua no da mucho margen, el recurso es finito, y cualquier decisión puede calmar las aguas esta temporada pero generar un problema para la próxima, si se repite un invierno con pocas nevadas -el río es de régimen nival, poco y nada aportan las lluvias- y los diques no acumulan lo suficiente. Y, dato a tener en cuenta, el nivel de las presas siempre debe estar arriba de los mínimos de seguridad. Esta ecuación -ajustada, por cierto- obliga a un manejo técnico y hasta político del escenario, sabiendo que es una manta corta.
Con noviembre cerrado, ya hay un tentativo para diciembre: 0,38l/s, cerca de los 0,40 del mes 12 de 2024. Eso sí, Hidráulica no moverá ficha si no encuentra consenso en las Juntas. Los meses claves son noviembre, diciembre, enero y febrero, tiempo donde por ejemplo la uva debe “engordar” para ganar en volumen y kilos, que se traduce es más ingresos para los productores. Hay que tener en cuenta que hay muchas productores que no quieren encender las bombas de sus pozos de agua porque le tienen “terror” a las facturas de luz y prefieren regar a manto, aunque no sea eficiente, pero hacer más llevadero el esquema de costos.
CIFRAS EN ROJO
En comparación con el ciclo anterior, el caudal estimado del río San Juan representa una disminución significativa. En 2024-2025 el derrame fue de 1.250 hm³, mientras que para este período se prevé 950 hm³, lo que refleja una merma del orden del 24%.
En buena medida que con el derrame de la temporada anterior se haya podido acumular agua en los diques responde a una política de manejo del recursos acertada.
Si se toma como referencia el valor promedio histórico —registrado desde 1909—, el Río San Juan presenta una media de 1.933 hm³, por lo que el pronóstico actual se ubica muy por debajo de esa cifra. Incluso al considerar los últimos quince o veinte años, cuando el promedio de caudal rondó los 1.500 hm³, la proyección de este ciclo continúa siendo considerablemente inferior.

