Laura Tapia y Beatriz Moliní intentaban contener la emoción cuando los técnicos de la Dirección de Bosques Nativos de la Secretaría de Ambiente ingresaban a la casona de la finca ubicada en la Ruta Eugenio Flores a pocos kilómetros de la villa cabecera de Jáchal, con las cajas para armar las ocho primeras colmenas, las herramientas e implementos que conformar el primer paso de un emprendimiento propio. Sólo faltaba Jorge Luis Rego, tercer ex compañero de promoción de la Agrotécnica Manuel Belgrano de ese departamento para que el equipo estuviera completo.

Dos de ellos ya son docentes jubilados, un gran motivo para iniciar otra actividad relacionada a su entorno y a sus conocimientos. Todo comenzó cuando Laura, que en su momento trabajaba en la escuela de Maliman, Iglesia, conoció a los técnicos apícolas de la repartición mencionada y consultó si ellos podían tener acceso a este programa para iniciar un emprendimiento productivo y educativo.

La respuesta no se hizo esperar. De inmediato los ex compañeros de la promo 1990 que contaban con una finca (propiedad de Jorge Rego), y tenían clara la importancia de cuidar la flora nativa y las abejas, volcaron el proyecto en el papel que quedó a consideración de los especialistas de la Secretaría de Ambiente.

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Todo sucedió con cierta rapidez. Recibieron las capacitaciones correspondientes, ahora los elementos necesarios y en octubre llegarán los núcleos de abejas que comenzarán a trabajar para polinizar la flora circundante compuesta en su mayoría por algarrobos y retamos. Y si todo sale bien, en diciembre podrán tener la primera cosecha de miel.

El aporte del programa apícola de Bosques Nativos no deja nada librado al azar. Llevan absolutamente todo lo necesario para iniciar esta tarea, incluido los trajes protectores y el seguimiento de lo que pusieron en marcha.

Augusto Prado, gestor de este programa que comenzó incipientemente en 2017 con las comunidades nativas de distintos puntos de la provincia, y ahora se extiende a otros grupos poblacionales, se encargó de dar el paso a paso del armado de las colmenas, que parece sencilla para quien ya lo sabe hacer, y así dejarlas listas para que en octubre empiece la magia de las abejas. A la par las sugerencias fueron muchas para no descuidar nada y que el objetivo se cumpla con éxito.

Su propósito es claro: preservar los bosques nativos, con la crianza de abejas, que a su vez genera una fuente de ingresos para estas comunidades.

El proyecto de los docentes jachalleros no termina ahí. También contempla la plantación de girasoles, la creación de senderos para visitas guiadas en su fase educativa y la plantación de más árboles autóctonos.

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‘Somos ex compañeros y más que todo amigos y nos reencontramos para iniciar algo nuevo. Los tres nos hemos dedicado siempre a la docencia y no queremos quedarnos quietos. Cuando conocí a la gente de Bosques Nativos les consulté y me dieron varias opciones, como la producción de harina de algarrobo y chañar, pero para comenzar nos quedamos con el programa apícola. Estamos muy felices de dar este primer paso y queremos trabajar muy bien porque es muy importante para la ecología ya que las abejas tiene una función primordial que es la polinización‘, dice Laura.

Además del fin ecológico, y la producción de miel, pretenden también trabajar con la obtención de jalea real, propóleo y todo lo que esté a su alcance.

‘Acá tenemos mucho algarrobo y retamo por lo que pensamos que si las abejas están en un lugar autóctono ayudará a una mayor floración. A la par será muy importante obtener más producción del algarrobo negro porque es de mayor calidad y da más cantidad de frutos para luego hacer harina‘, agrega Beatriz, otra de los integrantes del flamante apíario.

Los emprendedores también se ocuparon de realizar previamente un estudio de suelo, clima y flora para saber si en ese privilegiado espacio en pleno campo jachallero se darán los frutos esperados.

El programa apícola en el tiempo

Todo comenzó en el 2017 con charlas de capacitación para brindar herramientas a integrantes de pueblos originarios que quisieran comenzar con la apicultura que es una ‘actividad no maderera de los bosques nativos‘, como le llaman los expertos. Así se inició todo y en este último año decidieron extender la propuesta a comunidades campesinas y a la escuela Paso de los Andes de Maliman, Iglesia.

‘En esta nueva etapa se ha intensificado mas la actividad. Estamos casi en toda la provincia. En Las Chacras con la comunidad Pinkanta; en
Valle Fértil con la Cacique Caligua; en Sierras de Chávez con la Unión Vecinal; en Encón con la comunidad Guaquinchay y Talquenca; en Sarmiento con Aguas Verdes; en La Cienaga en Jáchal; también Niquizanga y Bermejo en Caucete, y ahora los docentes de Jáchal‘, cuenta Augusto Prado, quien es técnico apícola de terreno ya que llega a cada lugar a enseñar en forma práctica todo lo que se debe hacer.

El 80 por ciento de los proyectos están en comunidades originarias y el resto son vecinos o docentes, como este último caso.

A cada uno de ellos llega con mucha frecuencia la camioneta de Bosques Nativos con el equipo integrado por Prado, Luis Artés y Heber Balmaceda para promocionar y enseñar todo lo concerniente a actividades no madereras vinculadas a la flora autóctona.

Hay grupos que ya comenzaron a producir como por ejemplo la comunidad originaria Huarpe Clara Rosa Guaquichay, en el Sitio Ramsar Laguna de Guanacache que en su primera cosecha de la temporada 2023/2024, obtuvo 140 kilos de miel de algarrobo.

Es ley

Gustavo Mercado, director de Bosques Nativos de la provincia, comentó que ‘la Ley de Bosques Nativos no sólo habla de las comunidades originarias sino también de las comunidades campesinas, entonces decidimos extender el programa porque están inmersas en distintos sectores del bosque autóctono. Por eso es que queremos expandirnos a esos grupos y así proteger la flora en toda su integridad con estas actividades‘.

Destacó la importancia del último emprendimiento apícola de los docentes jachalleros porque, además, tendrá un fuerte acento en la educación ambiental.

 

Fotos y video: Daniel Arias.