Los productores vitivinícolas y el Gobierno de San Juan discutieron alternativas para poder enfrentar la crisis vitivinícola, provocada por la baja demanda de vinos nacional y global. Los viñateros hablan de hacer una reconversión de unas 20.000 hectáreas entre San Juan y Mendoza, para sacar del mercado al menos 500 millones de kilos de uva. Pero para lograrlo, la inversión es millonaria y aseguran que necesitan apoyo. Desde la gestión sanjuanina están de acuerdo, pero antes de avanzar en créditos blandos tienen que cambiar las condiciones de mercado y antes quieren avanzar en mejoras del riego. 

Gustavo Fernández, ministro de Producción, habló con DIARIO DE CUYO sobre la postura del gobierno frente a un pedido de créditos blandos por parte de viñateros. Es que los privados pidieron tener las condiciones de financiamiento para encarar un plan de recambio de cultivos. El funcionario dijo que se trata de una medida que analizan, pero que antes la prioridad es “lograr una reconversión del sistema de riego de muchas fincas”. 

Según explicó, “hoy tenemos la urgencia del tema del agua, que además indirectamente tiene que ver con estos procesos de reconversión de variedades”. Es que incluso en el precio que estimaron los viñateros está incluido el precio de sumar riego tecnificado en el proceso. Según Martín, los 30.000 dólares tienen que ver con que erradicar las plantas de una finca cuesta alrededor de 5.000 dólares, entre 15.000 y 20.000 para poner una nueva variedad y otros 5.000 se suman para poner goteo. 

A su vez, en diálogo con DIARIO DE CUYO el especialista del INTA Maximiliano Battistella explicó que uno de los problemas que tiene el sector que reduce su rentabilidad tiene que ver con la falta de eficiencia hídrica. El riego tradicional a manto reduce la productividad de las fincas y por las sequías muchos deben recurrir a regar con agua subterránea, lo que incrementa el valor de producción por el impacto de la energía eléctrica. 

Para el Gobierno, por lo tanto, un acompañamiento de la reconversión de variedades a productos vitícolas con mayor demanda es importante, pero debe llegar después de inversiones en temas vinculados al riego. A su vez, Fernández explicó que se trata de “un proceso a mediano y largo plazo, porque se trata también de una crisis que vive el rector por una reconfiguración del mercado que viene de hace tiempo”. En el corto plazo desde la actual gestión empezaron a trabajar en la prueba de nuevas variedades que tengan mejor rendimiento en pasas y mosto, para que sea un cambio de perfil productivo organizado. 

Hay otra condición que debe darse antes de que avancen con estos planes de reconversión, dijo el ministro. Se trata de mejores condiciones macroeconómicas. Es que en la actualidad las tasas de interés para créditos son muy altas. “En la medida en que las tasas de interés bajen y creen un escenario propicio para poder acompañar con un subsidio que llegue a valores razonables, es posible”, dijo. Pero en la actualidad, los costos de financiamiento están muy por encima de la inflación, algo que obligaría a la provincia a pagar valores muy altos para acompañar este plan. 

A pesar de estas dificultades, Fernández confió en que puede continuar el diálogo con los productores primarios de uvas. “Tenemos que decir que estamos encontrando un nivel de racionalidad y madurez de parte del sector que es muy bueno, acompañado por propuestas muy constructivas de todos los sectores”, aseguró. Estas charlas se dan también en un programa que viene trabajando el ministerio este año de armar un Plan Vitícola, en el que se concentraron en tener mesas de trabajo con todos los sectores. 

Es que una de las condiciones de la actual crisis vitivinícola es que se da en medio de situaciones muy heterogéneas entre los productores primarios, también en los productos derivados de la uva. Así, por ejemplo, mientras los vinos comunes siguen en caída, el mosto crece, también la pasa y hay sectores de la provincia que todavía ven potencial de generar mercado, mientras otros se enfrentan a una crisis de la demanda tan profunda que deciden dejar de producir.