¿Si como saludable, mi piel lucirá mejor? Una pregunta que no siempre se hacen las personas a la hora de intentar mejorar el aspecto general. Más bien se piensa en qué se puede tomar o qué otra cosa hacer para mejorar. Claro está que hay cuestiones genéticas que son casi determinantes, pero hay mucho por conocer en este sentido. Florencia Peláez, licenciada en Nutrición, responde a todos los interrogantes y da consejos claves para estar radiante.
“La mayoría de nosotros nacemos con una piel sana y flexible. A medida que envejecemos ésta se vuelve menos capaz de hacer frente al desgaste diario. Inicialmente, tener una buena piel se debe en parte a nuestros genes. Pero la gran noticia es que hay mucho que podemos hacer para mejorar y mantener nuestra piel sana a medida que envejecemos”, dice la especialista.
Otra realidad es que los científicos estudian cada vez más la relación entre la dieta y el cuerpo, y así surge que lo que cada uno come puede afectar significativamente la salud y el envejecimiento de la piel.
“El intestino humano alberga muchos microbios que tienen un papel muy importante en el mantenimiento de la homeostasis entre el intestino y la piel. Cuando se deteriora la relación entre el microbioma y el sistema inmunitario, se promueve el desarrollo de enfermedades de la piel. Por ello, es importante tener en cuenta el eje intestino-piel a la hora de abordar enfermedades tales como psoriasis, dermatitis atópica, acné vulgar, rosácea”, agrega Florencia.
- Sabios consejos
Para mejorar la salud de la piel a través de la nutrición, sin dudas hay que seguir el consejo de los que saben, por eso la licencia Peláez sugiere lo siguiente:– Consumir alimentos ricos en antioxidantes que son los que ayudan a proteger la piel de los daños causados por los radicales libres.
– Las frutas y verduras son una excelente fuente de antioxidantes. Es recomendable consumir una variedad de colores, como naranjas, rojos, verdes y morados.
– Incluir grasas saludables en la dieta como los ácidos grasos omega-3, que ayudan a mantener la piel hidratada y flexible. Entiéndase pescado graso, nueces y semillas.
– Consumir alimentos ricos en vitaminas A, C y E. Son esenciales para mantener la salud de la piel. Las fuentes de vitamina A incluyen huevo e hígado de pescado. Las fuentes de vitamina C incluyen cítricos, tomates y brócoli. Las fuentes de vitamina E incluyen nueces y aceite de oliva virgen extra.
– Limitar el consumo de alimentos procesados y azúcar porque pueden contribuir a la inflamación y agravar los problemas de la piel, como el acné.
– Es importante recordar que una dieta saludable debe ser parte de un estilo de vida saludable en general, que incluya actividad física regular, suficiente descanso y gestión del estrés.
* Lo que se debe evitar
Los alimentos con alta carga glucémica pueden tener un impacto negativo en la salud de la piel debido a la forma en que afectan los niveles de azúcar en la sangre. “Para procesarla el cuerpo libera una gran cantidad de insulina, la hormona que ayuda a las células a absorber el azúcar. Sin embargo, cuando se libera mucha insulina de forma frecuente, puede desencadenar una serie de reacciones que afectan la salud de la piel. Los alimentos de carga glucémica alta están fuertemente relacionados con el acné”, explica la licenciada Florencia Peláez.
Los niveles altos de insulina pueden llevar a inflamación en todo el cuerpo, incluyendo la piel. Cuando se vuelve crónica causar varios problemas no sólo de acné, sino también envejecimiento prematuro y sensibilidad.
“Los altos niveles de azúcar en la sangre pueden llevar a la producción de productos finales de glicación avanzada (AGEs). Estos pueden degradar el colágeno y la elastina, las proteínas que mantienen la piel firme y elástica, lo que puede acelerar el proceso de envejecimiento de la piel.
Los estudios científicos han respaldado estas conexiones entre una dieta alta en alimentos con carga glucémica y problemas de la piel”, agrega.
Se denominan alimentos de carga glucémica alta a los productos procesados, refrescos, jugos artificiales y azúcares refinados.
“A pesar de que la leche no se considera un alimento con un alto índice glucémico, estimula la producción de insulina. Los lácteos son complejos porque no todos los tipos están relacionados con el acné. El yogur y el queso no parecen ser un problema para la mayoría de las personas, pero la leche y el acné están relacionados, principalmente debido a las proteínas que tiene la leche, indica Flor.
Además agrega que el vínculo entre el acné y las grasas está relacionado con los ácidos grasos omega-6, que aumentan la inflamación en el cuerpo. Los alimentos más altos en este tipo de ácidos incluyen aceites vegetales refinados como el aceite de canola; de soja, de girasol y de maíz.
En tanto los productos procesados son alimentos envasados y refinados que combinan todos los factores de riesgo señalados. Por lo general, están hechos con carbohidratos refinados y aceites vegetales procesados y, como resultado, pueden empeorar los problemas de la piel (además, son perjudiciales para todo en general).
Los alimentos ultraprocesados incluyen comida rápida, productos de una panadería, oapas fritas, galletas saladas y productos de paquete

¡Esto sí!
La incorporación de alimentos naturales a la dieta cotidiana es una buena garantía para la salud. De hecho muchas vitaminas colaboran de una manera sorprendente, como por ejemplo la A que tiene efectos antiinflamatorios al promover la respuesta antioxidante del organismo, lo que ayuda a eliminar los radicales libres que pueden dañar la piel. También ayuda, por ejemplo, a regular la producción excesiva de sebo de las glándulas sebáceas.
“La provitamina A, también conocida como carotenoides, se puede encontrar en numerosas frutas y verduras, tales como la zanahoria, el camote y la calabaza. Y también en otros alimentos de origen animal.
Además de la vitamina A, hay otras vitaminas que se obtienen de los alimentos como la vitamina E, la B y la C, que pueden tener beneficios para la piel”, asegura Flor Peláez, licenciada en Nutrición.
La vitamina E tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que podrían ayudar a la piel. Algunos estudios han evidenciado que las personas con niveles bajos de vitamina E tienden a tener tasas más altas de acné, eccemas y psoriasis.
Las distintas vitaminas B cumple una función específica, pero como grupo, contribuyen al equilibrio hormonal y la salud celular, lo que repercute en a su vez en la salud de la piel. “De hecho, la carencia de estas vitaminas puede provocar sequedad en la piel y acné, por lo que es importante asegurarse de que se obtengan suficientes vitaminas B a través de la alimentación”, agrega la especialista.
La vitamina C es un poderoso antioxidante que puede contribuir a la disminución de la inflamación que causa brotes de acné y mejorar la cicatrización de la piel, ya que ayuda a estimular la producción de colágeno. Podemos encontrarlos en los cítricos, los pimientos rojos y las frutillas.
Por otra parte el colágeno es una proteína clave que mantiene la estructura de la piel, contribuyendo a su firmeza y elasticidad. Con la edad, la producción natural de colágeno en el cuerpo disminuye y por eso comienzan a aparecer arrugas o piel flácida.
“Existen alimentos que son fuentes directas de colágeno, principalmente aquellos de origen animal como los caldos de huesos. Sin embargo, el colágeno dietético es una proteína de gran tamaño que se descompone en aminoácidos durante la digestión y es poco probable que se incorpore directamente en la piel”, asegura.
Es evidente que la nutrición tiene un papel crucial en el mantenimiento de la salud dermatológica. Por esto se puede decir que una dieta equilibrada y variada, rica en nutrientes esenciales y antioxidantes puede prevenir y tratar problemas de piel relacionados con el estrés y la inflamación. “Además, una buena alimentación no solo es buena para la piel, también puede mejorar nuestra calidad de vida y prevenir enfermedades crónicas”, explica.

