Todos saben que cuando las pilas, los electrodomésticos, las baterías, las computadoras, entre tantos otros productos tecnológicos, dejan de ser útiles se convierten en “basura”. El tema es ¿qué hacer con ellos?, ¿se les puede dar otra oportunidad?, ¿se pueden recuperar partes para un nuevo uso? Esas y muchas otras preguntas surgen, sobre todo, en las personas que aspiran a tener una mejor calidad ambiental, más aún sabiendo que no hay un destino final para este tipo de “chatarra”, ya que ni en Cuyo ni en varios kilómetros a la redonda hay una planta que recicle todos los elementos de un mismo aparato (plásticos, metales, entre otros). Sin duda que esa característica es la que la convierte en una empresa rentable y sostenible que podría generar un movimiento importante en la provincia.
Para lograrlo hay que instalar una línea de reciclaje de última generación, cuidar todos los aspectos ambientales, calificar a los trabajadores y abrir las puertas a provincias circundantes para que el flujo sea mayor.
El proyecto y la disposición está. Así San Juan podría convertirse en la primera de la región en dedicarse a este tipo de industrias si el proyecto presentado esta semana en la Secretaría citada es aprobado para comenzar a trabajar en su construcción y montaje.
El dueño de la idea -e inversor-, es Eduardo Ramos, empresario que ya trabaja en reciclaje en el Parque Industrial Tecnológico Ambiental Regional (PITAR), ubicado en Rivadavia, en la única empresas que ha logrado consolidarse en esta actividad.
Los estudios preliminares indican que el funcionamiento de esta planta -con capacidad para procesar 500 toneladas/año- , impactaría directamente en lo social, ambiental y económico teniendo en cuenta que permitiría recuperar el 85 por ciento de los Residuos de Aparatos Electrónicos y Eléctricos (RAEE), con la consiguiente reducción de sustancias tóxicas como el plomo, mercurio, retardantes de llama, entre otros.
A eso se suma que descendería en un 70 por ciento la disposición final en vertederos no controlados y la generación de unos 600.000 dólares anuales mediante la venta de materiales recuperados (metales, plásticos y otros componentes).
Hasta ahora el gobierno provincial ha dado pasos muy importantes en la gestión sostenible de residuos, especialmente en el manejo de los RAEE, a través de campañas para la recolección y almacenamiento seguro de desechos electrónicos, pero este es un avance clave para darle continuidad al proceso y sumarse definitivamente a la economía circular.
“No hay un sistema de recuperación y todos estos aparatos se han acumulado generado verdaderos cementerios de cosas. Hay que pensar, por ejemplo, que en un televisor hay siete y ocho productos entre plásticos, cables, metales y otros, que se pueden recuperar en un mismo lugar. Claro que para eso hace falta una inversión importante porque existen líneas que separan el cobre, la plata y otros metales para reutilizar”, explica Ramos, titular de CAMC, planta ubicada en el PITAR dedicada al reciclado de aceites lubricantes usados.
Esta proyecto se alinea indudablemente con los objetivos de sostenibilidad a los que aspira cualquier provincia en estos momentos, aunque sólo se registran casos en municipios bonaerenses como Quilmes, Tigre y Campana que cuentan con empresas que gestionan RAEE.
“Hemos visitado algunas plantas de este tipo en China donde cuentan con una cinta en la que colocan los elementos y tras pasar por varias etapas se separa material por material y permite reutilizar absolutamente todo, dándole así un valor agregado. Nosotros estamos dispuestos a realizar la inversión apuntando a algo regional porque en el país no hay ninguna planta de este tipo. En algún momento se intentó hacer algo así pero quedó en la nada. De hecho cuando uno ingresa al PITAR ve las columnas que quedaron donde se iba a construir ya que los residuos eléctricos y electrónicos demandan un tratamiento diferente y es obligación del Estado hacerlo, tal como lo hace con los residuos urbanos”, indica Ramos.
El material reciclado es demandado actualmente por las industrias del plástico, automotriz, refinerías especializadas y fabricación de fibra de vidrio.
> Los beneficios
Sin duda que este tipo de industrias modernas apuntan a contar con ventajas tanto ambientales como económicas, ya que, por un lado, el reciclaje adecuado de desechos electrónicos evita que materiales peligrosos contaminen el medioambiente, y por otro se recuperan metales valiosos como el zinc y el hierro para uso industrial.
Esta planta demandaría unos 20 empleos directos, con previa capacitación para este tipo de trabajo.
La primera etapa del proyecto necesita de unos 2000 metros cuadrados para la nave industrial y sus servicios. Otra superficie se destinará a servir como acopio en caso de sacar perfiles al exterior de la nave, o para almacenar otro tipo de materiales. Dentro del propio polígono, se plantearán las vías de acceso y los recorridos de circulaciones tanto de carga, acopio y descarga. Junto con esto con los estacionamientos para camiones maquinas y movilidades de todo tipo.
Las primeras inversiones comprenden maquinaria especializada como trituradoras, separadores de metales, infraestructura (plantas de tratamiento), licencias ambientales y tecnológicas.
Entre los beneficios directos figura en primer lugar la venta de materiales recuperados (cobre, oro, platino) a industrias, e ingresos por servicios de reciclaje a empresas tecnológicas.
Por supuesto que esta actividad demandará todas las certificaciones y controles ambientales pertinentes como monitoreo de suelo a través de análisis trimestral de lixiviados en áreas de almacenamiento temporal, entre otros, que demanda el desarrollo de un sistema de gestión ambiental, también previsto en la propuesta que será analizada por el gobierno.
> EN STAND BY
El proyecto para recuperación de elementos electrónicos y eléctricos prevé su instalación en el Parque Industrial Tecnológico Ambiental Regional (PITAR) donde lamentablemente sólo hay una empresa trabajando en forma efectiva, más otras dos totalmente instaladas pero sin funcionar y otras tantas que esperan decisiones oficiales para comenzar. Mientras tanto la promesa de economía circular espera, al menos con los RAEE.
Fue en el 2017 cuando el Gobierno Provincial anunciaba la construcción de este parque ubicado en el Complejo Ambiental San Juan (junto al Parque de Tecnologías Ambientales y Centro de Educación Ambiental Anchipurac), en Rivadavia. A la par confirmaban la radicación de 20 proyectos que habían sido aprobados por concurso para instalarse allí, todos ellos vinculados al procesamiento e industrialización de materiales recuperados en las plantas de tratamiento de residuos sólidos urbanos, orgánicos e inorgánicos, metales ferrosos y no ferrosos, plásticos, cartones, vidrios y residuos especiales (de aparatos eléctricos y electrónicos, cauchos y neumáticos fuera de uso, escombros o provenientes de demoliciones y otros), de la Región Cuyo y NOA. Han pasado varios años y sólo hay una empresa trabajando -CAMC , dedicada a la recuperación de aceites lubricantes usados, y otras dos que concretaron el proyecto, aunque aún no comenzaron a producir.
> DÍA D
El 5 de junio se celebró el Día Mundial de Medio Ambiente, fecha elegida para contribuir a crear conciencia acerca de la necesidad de proteger y mejorar el medio ambiente, en recuerdo a la apertura de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano. En esa reunión fue aprobado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio.
Para este año está previsto que todas las actividades para su conmemoración se centren en “Una Sola Tierra”. Con ello se pretende visibilizar la emergencia que afronta el planeta referida al clima, evidenciando el acelerado calentamiento global y la escasa capacidad de adaptación de las personas y la naturaleza.