"No soy comprendida en nada”, dice la actriz que reconoce haber pasado por un momento de gran estrés pero no se arrepiente de nada de lo dicho tras su enfrentamiento con Flor de la V: "Generalizan porque son rebaño. Yo también me siento discriminada” asegura y va por más en una entrevista con Teleshow.

"Hay personas que están dentro de la prostitución porque no tienen otra salida", sostiene Edda Bustamante, que protagoniza Flores de Tajy, donde encara problemáticas como la trata de personas. "He visto a chicas que no tienen qué darles de comer a sus hijos, sin cultura, y lo único que tienen es su cuerpo", manifiesta la actriz, cuyo criterio diferencia a quienes lo hacen por necesidad de quienes lo eligen.

"Es algo que te puede gustar. Hay gente que se siente cómoda, que se siente protegida en un entorno conocido, con elementos que puede manejar", dice Edda, aclarando que no se refiere a la trata de mujeres.

—¿Te ofrecieron alguna vez dinero por sexo?

—No, soy una persona anti sexo.

—¿Cómo es ser una persona anti sexo?

—Me considero a mí misma como una fantasía y creo que he sido considerada eso, como un póster.

—¿Hace mucho que no tenés relaciones sexuales?

—Eso no es ser no sexual; eso es no tener relaciones sexuales. Yo soy una persona sensual: me gusta la sensualidad en la vida, en todo sentido. A mí me gusta la sensualidad de la comida, el placer que me da la estética de la comida, y lo que yo estoy pensando que voy a recibir. Eso es un toque sensual. En las relaciones, lo estético y el tacto tienen mucho que ver. Vos me preguntaste si me ofrecieron dinero. Una vez un productor, un empresario importante que no recuerdo el nombre. Yo no lo conocía, y fui a verlo porque quería hacer un programa de televisión, quería conducir, y él me dijo: "Únicamente te lo voy a producir si sos mi amante". Él tenía en la mano el programa que le había llevado, se lo saqué y le dije: "Qué pena, qué pena…". Y me fui. A estas situaciones las tomo con mucho humor.

—Es muy tremendo.

—Yo no lo tomo como tremendo.

—Es una situación de acoso absoluta.

—Sí, pero me pondría en una situación de enojo y de locura si hubiese habido una cosa física. Fue un algo que largó a ver si le salía bien, y no le salió bien.

—¿Cómo ves el movimiento feminista?

—Lo veo como un gran avance y con la alegría de la unión de una especie de colectivo, de una especie como de sindicato, de unión de mujeres.

—¿Sos parte del colectivo Actrices Argentinas?

—No, no soy verticalista. Sé que si me meto en grupos, soy demasiado individualista.

—¿Estás a favor de la legalización del aborto?

—Sí, pero creo que dos veces o tres veces al año el Estado tiene que hacer una promoción casi agresiva de protección sexual. Tiene que ser masivo: en televisión, con afiches, pegatinas. Que te quede claro que el preservativo tiene que estar al lado o en tu bolsillo, y que la mujer se tiene que proteger con pastillas y con preservativos: pedile el preservativo. Hay que meterlo, porque somos un país subdesarrollado.

—Reclamás educación sexual, pero de todas formas acordás con la legalización del aborto.

—Sí, por supuesto. Pero creo que estamos perdiendo una oportunidad de movilizar y de tener dos frentes. Sé que soy una persona que en general no es comprendida.

—¿En qué sentís que no sos comprendida?

—No soy comprendida en nada. No soy comprendida en esto que es tan sencillo de decir: "Chicas, aprovechemos lo que estamos hablando de la ley del aborto, vamos al frente con esto y pidamos por favor dos, tres veces al año una publicidad total y absolutamente agresiva".

—¿Sentís que con todo lo que pasó en las últimas semanas con Flor de la V no fuiste comprendida?

—No quiero nombrar a alguien que no conozco. En este momento de mi vida volví a ser quien era, porque yo tengo varias Edda adentro. Tengo la Edda comprensiva, la Edda maldita, tengo la Edda con la cual quiero convivir constantemente que es esta que tenés acá, quiero esa Edda, no quiero la Edda que me saque alguien. Estaba pasando por un momento de mucha carga, con un gran estrés, tenía hasta las uñas negras, se me ponían negras. No era un momento para ir a ningún programa. Me llamó el productor de esa persona que estás hablando para que fuera. Soy una persona muy profesional y sé que tengo que promocionar la obra, pero no hubiese ido. No hubiera ido a los otros dos programas que fui porque no estaba preparada; estaba totalmente y absolutamente agotada. Hablé con prensa de mi espectáculo y dije: "Voy a cerrar los celulares, no voy a dar notas hasta que no me sienta otra vez que he recuperado, que se me ha ido ese agotamiento mental donde cualquier persona me saca fácilmente". Como yo sé esa situación en mí, cuando estoy muy estresada no salgo de casa.

—¿Te arrepentís de algo de lo que dijiste?

—Yo no me arrepiento de nada, nunca, jamás. Me arrepiento nada más de no haberme cuidado y haber pensado en el otro. No tendría que haber pensado en el trabajo, no tendría que haber pensado que tengo que promocionar. Tendría que haber dicho: "No puedo ir porque no estoy en condiciones".

—¿Discutir o cuestionar la Ley de Identidad de Género es algo que sostenés, o creés que fue parte de ese momento?

—Yo no soy comprendida. Jamás cuestionaría eso. Tengo toda una conducta profesional y humana, y cualquiera que ponga un reportaje mío lo puede comprobar, como para venir a tener que entrar en una casi o cuasi defensa del medio o de la sociedad. Jamás cuestionaría los derechos de alguien. Soy una defensora total y absoluta de los derechos del otro. Soy una persona que pide que mis límites terminen donde comienzan los límites del otro. Yo laburo con hechos, aparte de ser muy buena con las palabras. Lo que no entendieron, lo que no se entendió… I'm sorry. Soy una persona que ha defendido siempre los derechos de las personas que han sido under de la sociedad, que han tenido que luchar para ser comprendidas. Lo único que falta es que ahora vengan y me digan que yo discuto los géneros, si alguien es femenino o masculino, estamos todos locos. Las únicas preguntas que yo me hago a mí misma son las que me producen una inquietud intelectual, y no tienen nada que ver con el otro, son preguntas mías. Vivan su vida. Apoyo a todo el mundo, estoy al lado de aquella persona que necesita que la sociedad la apoye.

—¿Sos una mujer que, una vez que baja esa efervescencia, sos capaz de revisar y ver si te equivocaste para entonces pedir disculpas o reconocer un error?

—No me equivoco en las cosas que son importantes y que pueden herir al otro, soy una persona total y absolutamente alerta. Pero tiene que ver con una parte mía espiritual de ser imposible que lo haga. Saco cabeza cuando me tocan a mí, un área mía, vuelo la cabeza. No pido disculpas porque soy consciente de que te estoy sacando la cabeza. Mientras alguien no se meta en un área que está tocando lo mío o de un grupo, de unas amigas, de mi familia o de lo que sea, si puedo volarte la cabeza te la voy a volar. Tengo todo para hacerlo.

—Me sorprendió estar cuestionando en 2019 si una persona se siente hombre o se siente mujer.

—Bueno, no podemos conversar entonces porque no me estás entendiendo. Si yo no puedo cuestionarme qué siento ser mujer, entonces a mí me están discriminando. Me estás discriminando vos, me están discriminando, y ya me estoy poniendo de mal humor cuando yo venía muy bien. No puedo comprender la mente del otro cuando hacen preguntas tan idiotas. Perdoname que te lo diga. ¿Yo no puedo hacerme una pregunta a mí misma de cómo me siento yo como mujer? ¿Qué siento yo como mujer?

—Está claro que vos misma te podés cuestionar lo que sea.

—¿Y entonces? Lo que yo pregunté, y no quiero tocar nada más de esos temas con esa gente, es qué se siente ser mujer porque yo me estoy preguntando qué se siente ser mujer pero hace mucho. Y ya saltan a decir que estás discriminando, ya saltan a (señalar) que atacás a una persona.¿Pero qué es esto? Está peligrosa la sociedad, porque cuando yo quiero atacar a alguien lo ataco, como ataqué a alguien muy claramente.

—No sé particularmente a quién te referís.

—No voy a hablar de cosas pasadas, yo ya estoy en otra etapa de mi vida. Soy una persona que comprende los géneros, que protege, que lo comprende. Soy una mujer del hoy. Soy actual. Soy moderna.

—Creo que vos sabías que era provocador lo que estabas diciendo y buscabas el impacto.

—No es provocador el tema. El tema es resultado. Lo que pasa es que cuando alguien es rebaño o cuando son rebaño, son rebaño. Yo no soy rebaño.

—No entiendo qué quiere decir eso.

—Yo no soy rebaño. Siempre dentro de una sociedad hay alguien que te va a desestabilizar y que va a hacer una pregunta… Las respuestas no son importantes en la vida. Esto me lo enseñó un rabino muy amigo mío, muy brillante: lo importante son las preguntas. Lo que abre la mente de la gente son las preguntas, no las respuestas.

—Permitime decirte, con todo respeto, que no sé si el planteo tal como se hizo tiene que ver con abrir la mente o con una discusión que a mí entender está atrasada respecto a derechos ya adquiridos.

—Yo no hablé en ningún momento de derechos adquiridos. Ese es el tema, ese es el rebaño. Yo no hablé nunca jamás, soy incapaz de semejante situación. Hablé de alguien que habló de su cuerpo físico, de lo que pasaba en su cuerpo físico de la cintura para abajo y de la cintura para arriba, lo cual a mí me chocó, porque se supone que es una entidad. Yo no quiero tocar este tema, no lo voy a hablar.

—Cambiemos de tema, no hay problema.

—Yo soy feminista, apoyo lo de los géneros, la Ley de Género, obvio. Pero aparte lo sigo diciendo, lo he demostrado. Si hubo una cuestión particular donde la gente se equivocó sobre lo que yo dije basándome en algo que alguien dijo, y que presentó un hecho, y entonces yo digo: "¿What, qué estás diciendo?", esa es otra situación. Pero yo no ataco. Generalizan porque son rebaño. Por lo cual yo también me siento discriminada. ¿O yo no me puedo sentirme discriminada? ¿Quién me apoya a mí en la discriminación? ¿El colectivo me va a apoyar en la discriminación?

—¿En qué te sentís discriminada?

—Si nadie comprende por qué yo me sentí discriminada… y bueno, son rebaño. A mí me basta, me siento muy contenta, y estoy muy bien.

—Cambiamos de tema. ¿Estás enamorada?

—No. Me gustaría.

—¿Te imaginás hoy una convivencia o casas separadas?

—No, no, yo amo la convivencia. Directamente a lo largo de mi vida he conocido a mis amores con los cuales he convivido y me he ido a convivir al otro día. Con uno tardé tres meses donde nunca pasó nada y nos fuimos a convivir igual. Y con mi relación más larga, que fueron ocho años, al otro día. Ya me fui, me quedé esa noche y me llevé las cosas a los dos días.

—¿Te puede seducir un político?

—No, de ninguna manera. Me gustan los hombres intelectuales, con una educación de base. Que sean muy, muy informados, pero básicamente cultos. Y nuestros políticos esas características no las tienen. Imposible.

—¿Cuál sería una gran primera cita para Edda Bustamante?

—Que me invite a tomar algo alguien que ya de entrada esté casi, casi enamorado de mí, fascinado por mí. Tiene que llegar superlativamente seducido. Solo seducido es muy poco para mí, me aburriría; tiene que ser superlativamente seducido. Tiene que estar maravillado por mí. Y eso a mí me produce un brillo interior porque yo me manejo y me alimento casi como un vampiro de lo que el otro siente por mí.

—¿No te da miedo que se enamoren de Edda el ícono?

—Siempre lo hicieron. Pero la sorpresa es encontrarse con alguien que maneja eso bien también en la casa, en la convivencia, y a la vez soy hogareña, muy hogareña, y muy pata, muy compañera, muy pendiente también de lo que te pasa. Entonces me quieren empezar a encerrar, no quieren que trabaje. Esa ha sido la base de todas mis relaciones.

—Que contradicción que se enamoren del ícono y que después les agarre esta cosa machista de la posesión.

—No creo que sea machista, no lo tomo como machista, creo que es el amor. Es atractivo que tenga esa posesión. No ama profundamente o no está enamorado, caliente con alguien, si no tiene esa posesión; es raro.

—¿Vos sos así?

—Y… yo soy así. Pero yo soy más relajada porque me gusta la posesión del otro, me gusta que el otro me ame casi con delirio.