Antonio Solano tiene 75 años y un servicio de combis que le permitió darse un lujazo. Trasladar y fotografiarse con casi todas las personalidades destacadas que visitaron San Juan. Artistas internacionales, presidentes, embajadores, todo. Siendo joven, trabajaba en el comercio, al igual que Hugo De Bernardo. Con el tiempo, se hicieron grandes amigos. "En ese momento yo ya tenía cuatro hijos y con mi señora éramos seis. Así que vendí el Renault 18 que tenía porque no entrábamos y me compré una combi. Después Hugo comenzó con los espectáculos, me llamó para que me encargara de los traslados y ahí comenzamos. Tengo un eterno agradecimiento para con él".

Hace casi tres décadas lleva y trae a la gran mayoría de famosos que llegan a la provincia, por lo que tiene mil anécdotas, algunas imperdibles. "Muchas veces no es que los artistas sean antipáticos. Es la seguridad que tienen al lado. Ellos cumplen una misión que es no dejar que la gente se acerque, pero cuando uno habla con ellos es como hablar con cualquiera", le dice a DIARIO DE CUYO y comienza con su repertorio de recuerdos inolvidables.

El más simpático

Con Chayanne.

"Chayanne es una persona muy amable. Recuerdo que  cuando llegó al Hotel Alkázar, estacioné la combi en el garaje, abrió la puerta, se subió al techo de la combi y de ahí saludo a la gente. Lo tuve que llevar a Mendoza y cuando íbamos por el camino, llegando a los badenes. Iba con la representante tomando champagne, cuando me dice ‘parate hermano un chiquito que quiero echarme un clorito’. Se bajó en medio de la ruta como a las cinco de la mañana, para hacer pis entre entre los yuyos".  

El día que Ricky Martin no consiguió agua mineral...

Con Ricky Martín, en 1993.

"Con Ricky Martin llegamos al aeropuerto y le habían comprado gaseosas, pero no le llevaban agua mineral, ni caramelos, nada. Viajaba con la madre y un hermano. Me dijo que fuéramos a buscar agua. En esa época, a principios de los 90, en la zona de Las Chacritas, no era fácil. Fuimos a una estación de servicio que está en La Legua y no había. En un momento encontramos una casa que habían dividido el living con una cortina y desde la ventana atendían. Era un pequeño kiosco con una estantería. Esa mujer nunca pensó que Ricky Martin le iba a comprar en ese kiosco y creo que nunca se dio cuenta. Desde luego que no consiguieron agua, pero compraron caramelos y papas fritas. 

El más antipático

"Cuando comenzó Luciano Pereyra era muy sencillo y después se puso antipaticón. Me acuerdo una vez que Hugo lo trajo y estuvimos en una parrilla al lado de la Circunvalación. Era el Día del Maestro y habían algunas maestras. Vino una que había comprado un CD para que se lo autografiara y la miró con una cara… Mucho mal humor. Yo pensaba que está viviendo gracias a esa gente que te compra las cosas. Se lo firmó, pero de mala gana. Se le vinieron los humos encima".

El jamón de Néstor Kirchner

Néstor Kirchner.

"La primera vez que llevé a Kirchner estuvo en el barrio Santo Domingo, cuando iba a ser candidato. Era una excelente persona. Muy amable, muy agradable. Cuando vino después a inaugurar una escuela en Chimbas, le regalaron un jamón. Cuando llegamos al avión, a mi me tocó subirlo. El estaba en la entrada.  Intercambiamos unas palabras y se lo dejé. Se acordaba de un asado que había comido en San Juan. A Cristina también la llevé algunas veces. Es muy inteligente, tiene un imán cuando uno está al lado de ella. Es una linda mujer. Cuando ella era primera dama, tuve el honor de decirle 'señora, usted sí es una verdadera primera dama'. Es completa".

Con CFK.

Macri, el único presidente que no pudo trasladar

"Macri anduvo en mi combi, pero yo no lo llevé porque vinieron los de la Federal y ellos manejaban el vehículo. Parece que tiene miedo por el tema de la seguridad. Yo siempre trasladé a los presidentes: Menem, De la Rúa, Duhalde, Kirchner, Cristina. Pero a Macri no. Lo vi, le di la mano, pero no lo pude llevar". 

El Puma, un caballero

"José Luis Rodríguez vino para una cena de UPCN en El Palomar. Le habían regalado un ramo de flores.  Cuando llegamos al hotel, él se bajó con las flores. Cualquier otro artista lo deja en el asiento, pero él no. Ahí le dije en el lobby del hotel que mi esposa lo quería conocer. Agarró las flores, leyó la tarjeta que tenía, la sacó, se la metió al bolsillo y le dijo ‘estas flores son para usted, señora’. Muy macanudo".

Junto a Marcelo Tinelli.

Osvaldo, un maleducado

"Daniel Osvaldo vino con La 25. Todos los músicos al subir saludaban. ‘Hola, buen día, qué tal jefe, cómo le va’. Él subía como si fuera a entrar a un corral, sin saludar. Cuando lo fui a dejar al final, saludé a todos, lo miré y le dije: ‘Daniel, buenas noches, hasta luego’. Me pidió disculpas, dijo que que no se había dado cuenta".

Con Messi, la foto que no fue

"Con Messi me pasó algo de película. Había terminado un partido que jugó con la Selección en el Bicentenario. Yo estaba en el hotel. Cuando bajó del colectivo le di la mano, lo saludé y cuando me voy a sacar una foto, tenía la memoria del teléfono completa. Así que me quedé sin foto. Cuando se fue pensé ‘ese es igual que un cometa, no lo veo más’".

Con Arjona, al que definió como "parco, callado, pero bien"

La foto que prefirió no pedir

"A Joaquín Sabina lo llevé cuando vino. Ya está un poco agotado, uno lo ve en su caminar. Se notan las noches de juerga. En la combi tenía un vaso, una botella de whisky y meta tomar. No hablaba casi nada. Se tomó toda la botella. El show fue maravilloso. La seguridad me pidió no sacarle fotos y yo tampoco quise. No estaba en sus mejores condiciones y uno trata de no molestar.

Con Sabina, no. Con Serrat, sí. "Es muy amable, un poeta".

La noche que los Decadentes lo hicieron enojar

"A los Auténticos Decadentes los saqué del Hotel Del Bono, tomé la Circunvalación, cuando de repente empecé a sentí un aroma raro. Me fijé por el espejo y vi una lucecita de un cigarro. Me paré a un costado y se los dije. ‘O deja de fumar o los bajo a todos acá’. Alguien le dijo ¿cómo vas a estar fumando acá? Lo apagaron, pidieron disculpas y seguimos. En la combi no, yo no ando tocando los instrumentos. Es mi herramienta de trabajo.

Por la foto con Luis Miguel, un custodio quedó sin trabajo

Luis Miguel y la foto de la discordia.

“Cuando llevé a Luis Miguel en el 99, yo llevaba la cámara en el vehículo. En un principio se iba a quedar en el hotel, pero cuando veníamos por Acceso Sur después del show, a la altura de Circunvalación, escoltados por la policía, el jefe de custodia cambió los planes y me dijeron que íbamos directamente al aeropuerto. Como ellos tenían que hacer migraciones porque viajaban en Chile, estuvimos en la pista como dos horas. Él quedó solo conmigo en la combi. Tenía un sobretodo y estaba tapado con una toalla. En un momento le dije ‘Luis Miguel, permitamé felicitarlo, sos un artista que vale oro, ha sido un show espectacular y fue un honor para mí haberte podido transportar. Me dijo ‘muchas gracias’. Ahí le pedí por favor una foto y me dijo que sí, que cuando se bajara. Al rato llegó un custodio, abrió la puerta de adelante y le dije que había hablado con Luis Miguel y que me había permitido sacarse una foto. Él le preguntó en inglés si era cierto y le dijo que sí. Cuando bajamos le di la cámara a un policía del aeropuerto para que nos sacara la foto. Cuando se va le agradezco y se me viene encima el jefe de custodia y me dice que hice muy mal porque no tenía que hablar con el artista. Le pedí disculpas y le conté lo que había ocurrido. Estaba muy enojado, después me enteré que lo despidieron”.

La impresionante voz de Patricia Sosa

"Para mí Patricia Sosa es la voz femenina más importante del país. Cuando la llevaba para el estadio, iba calentando la voz en la combi y aturdía con la fuerza que tenía. Era impresionante, yo estaba maravillado. Es muy sexy y muy agradable para hablar. Simpática, igual que Jairo, Abel Pintos, La Sole, el Chaqueño".