Desde “Que cante la vida” hasta sus giras sinfónicas, su voz ha sido testigo de cambios sociales, afectivos y estéticos en América Latina. En esta entrevista, Plaza revisita sus comienzos, reflexiona sobre el oficio de escribir canciones y comparte su mirada sobre el presente y el futuro de la música.
A 40 años de su primer paso en los escenarios, su voz sigue buscando sentido, belleza y humanidad en cada verso, el cantautor tuvo contacto con DIARIO DE CUYO y compartió su mirada sobre el oficio artístico, la memoria y el futuro.
– ¿Qué significado especial tiene esta gira sinfónica por los 40 años de trayectoria?
– Hacer esta gira por mis 40 años, por todo el continente, viene con un formato especial con la banda y que recorrerá distintas facetas de mi vida musical y de mi historia, con las canciones que son las más queridas y las más conocidas, por supuesto. Digamos, uno elige las que más la gente reconoce y también una parte de algo que no es tan conocido quizás, pero que tiene que ver con mi amor y mi origen por la música folclórica. Que algo de eso hay en mi historia también y otros elementos que allí les iré eh mostrando y contando, pero estoy muy contento porque esta gira tiene definitivamente es muy especial y me encuentra, yo te diría que en el mejor momento de mi carrera.
– ¿Qué recuerdos te vienen al pensar en tu primer escenario?
– Bueno, mi primer escenario fue en término en lo profesional Viña del Mar, ahí comencé. Es un recuerdo imborrable, por supuesto. Yo era un estudiante universitario y participé en la competencia de canciones, obtuve el tercer lugar con la canción “Que cante la vida” y ese fue el comienzo de una historia que se ha prolongado por estos 40 años. Ahora, mucho antes, desde niño comencé en los escenarios, presentándome en televisión, en un programa a los 5 años, luego, en festivales de colegios y festivales universitarios que recuerdo todos con mucho cariño. Pero también guardo con cariño, cuando comencé en el año 1980 en el programa de televisión que se llamaba “Sábado Gigante”, que conducía Don Francisco y después me dediqué completamente al Festival de Viña del Mar. Es un recuerdo imborrable y muy emocionante, por supuesto.
– Viña del Mar nunca fue fácil para los artistas. ¿Qué fue lo que te ayudó a conquistar al público?
– Claro, nunca ha sido fácil para ningún artista. De hecho, es el escenario más difícil que pueda enfrentar un artista. Así es como yo lo veo y como lo ven todos los que nos hemos presentado ahí. A mí lo que me ayudó mucho para para conquistar a ese público, fue presentarme con una canción que tenía una gran potencia desde muchos aspectos. Es una canción que atrapó desde el principio, su contenido y el texto tenía una inspiración muy noble, muy bonita, que era la celebración del tratado de paz y amistad que celebramos Argentina y Chile por ese entonces en 1984. Entonces, estaba en su origen bien constituida, digamos, bien conceptuada. Así que pienso que la presenté con mucha honestidad, como siempre he hecho lo mío, presentándome tal como soy y afortunadamente el público respondió muy bien.
– El conflicto por el Canal Beagle generó sentimientos encontrados en aquellos años ¿cómo los viviste y de qué modo lo procesaste desde tu lugar como artista?
– Eso es un tema pasado, no me gusta traer a tiempo presente situaciones que están resueltas desde hace tanto tiempo y que ya fueron resueltas con éxito. Miro siempre el presente y el futuro. Más el presente, claro, uno planifica y está mirando y tiene que desarrollar la capacidad de predecir. El presente lo construyo y estoy acá disfrutando de una gira que ha sido realmente emocionante, me ha llevado por muchos caminos del continente y con gran cariño de la gente. También, con una familia maravillosa, eso está en el centro de mi atención y dando el próximo paso, mirando el próximo partido como dicen los jugadores de fútbol.
– ¿Cómo influyó tu gusto por la literatura en tu manera de componer?
– Bueno, soy muy lector, siempre lo he sido y cuando era niño, en mi casa no se podía ver televisión los días de semana, no nos dejaban mis padres, entonces nosotros teníamos que acudir a actividades productivas como escribir y leer por supuesto. Culturizarnos en el deporte y la música. Entonces tanta lectura influyó muchísimo en mí porque primero uno mantiene conocimiento general y también se adquiere una visión muy amplia de la vida a través de leer a los grandes escritores de poesía. Eso significó que en mi trabajo hay un cuidado muy especial por la excelencia en lo literario, tanto en la forma como en el fondo. Claro, cuidando siempre de respetar el idioma, nuestra lengua que es tan bella que tenemos. Por eso siempre intento entregar en mis canciones la poesía. Por ahí muchos me dicen que soy un poeta que musicaliza sus versos. Otros dirán que soy un músico que pone textos en sus músicas, pero yo me siento un poco las dos cosas. La literatura ha sido fundamental en esa formación y nutrir de mis canciones.
– ¿Cuáles son los autores que más te inspiran y te enriquecen?
– Hay poetas muy importantes que ganaron el premio Nobel como Pablo Neruda y Gabriela Mistral, pero también fui muy influido por Nicanor Parra, por Vicente Guidoro. En la prosa, me gusta mucho José Saramago, un autor inmenso, gigante, ganador del Nobel también. Sus libros me fascinan y me han hecho viajar a mundos increíbles. También tenemos a nuestra Isabel Allende, que es muy importante en la novela histórica fundamentalmente. Y sin lugar a duda, Jorge Luis Borges, García Márquez y César Vallejo.
– ¿Qué lugar ocupa la esperanza en tu obra? ¿Las canciones pueden ser suficientes para la gente cuando vive sus días en medio de la frustración y cansancio de la vida moderna?
– Bueno, nombras una palabra que es central en mi trabajo. Siempre digo que cuando me preguntan si le canto al amor, todos los artistas lo hacemos. Le cantamos, le escribimos, le pintamos, otros le esculpen, escriben, lo que sea. O danzan o hacen teatro al amor en cualquiera de sus formas. Algunos lo hacen desde la rabia, otros lo hacen desde la tristeza, otros desde la alegría. Y yo lo hago desde la esperanza. La esperanza es muy relevante en mi trabajo, porque mis canciones son fundamentalmente un canto de esperanza en crear un mundo mejor, en tener una vida pacífica en sociedad, en armonía con la naturaleza, con la familia, con los amigos, con el grupo, con uno mismo. De hecho, la canción que dio origen a toda esta historia, que es “Que cante la vida”. Si las canciones puedan ser suficientes para la gente, bueno, no sé si lo sean para ayudar en la frustración, o en una pena o en un dolor, pero al menos ayudan, empujan.
– ¿Qué rol tiene hoy el cantautor en tiempos de redes sociales y antisociales? Y también, ¿la IA viene a reemplazarlo en su función de creador de contenidos?
– Resulta que es un tema bien delicado en varios sentidos. Hay dos dimensiones, puede ser positivo o negativo. La dinámica social está cambiando a un ritmo más rápido de lo que podemos absorber en todas las actividades humanas. Hay algunos trabajos que se están acabando. En el tema de la música y de los cantautores o del rol que cumple un cantautor, también está siendo fuertemente afectado. En muy poco tiempo, la IA va a reemplazar a los creadores de música. De hecho, a mí ya me ha tocado encontrarme con algunas personas, que me muestran que hicieron una canción, le escribieron el texto, la letra y dejaron que una IA lo musicalice y le ponga arreglos. De buena fe, estas personas creen que ellos hicieron la canción. Aquí está el problema y hay quienes se resisten a creer en esto. De hecho, está ocurriendo, me parece que hay que tomarse en serio en esto y ver de qué manera ajustamos el radar y ubicarnos en el mapa. Hay que recalcular varias cosas.
– ¿Hasta qué punto puede diferenciarse esta tecnología como una herramienta? ¿Dónde crees que esté la autenticidad humana?
– Bueno, la autenticidad humana no existe en la en la inteligencia artificial. Pero primero, no somos capaces de darnos cuenta de la diferencia entre una y otra capacidad de creación, hasta que llegará el punto en que no exista esa diferencia y la creatividad de la IA y la humana, podrán estar igualadas o tal vez pueda superarnos. Eso está ocurriendo y es un tema muy complejo, árido y los creadores que no cantan en vivo, serán los primeros afectados. Pero los que todavía podemos hacer show, hasta que lleguen los androides y nos reemplacen en el escenario, hasta que eso ocurra, aquí seguiremos candando.
– ¿Crees que como humanos vamos mecanizando nuestras vidas? ¿Se va automatizando la existencia o más bien, vamos más deshumanizados en las relaciones sociales?
– Me parece algo peor, nos estamos alienando, cambiando totalmente nuestra esencia y hemos pasado a interactuar de formas muy diferentes entre nosotros. Fíjate que las generaciones jóvenes, no se llaman por teléfono. Todas las interacciones son por mensaje de texto. No sé, la verdad es cierto, estamos automatizándonos, por supuesto. Y deshumanizándonos, es una palabra un poco dura, pero pareciera ser que sí.
– Volviendo a la gira, ¿qué te lleva a explorar el formato sinfónico en tus recitales? ¿qué efecto lo hace atractivo?
– Bueno, el formato sinfónico es atractivo per se, es decir, a mí me parece que es una manera de llevar las canciones a una dimensión totalmente diferente en donde el alma se eleva y es posible escuchar otras sonoridades, otros timbres, que adornan, embellecen y visten las canciones de gala. Como cuando uno se pone una linda ropa o se pone se arregla harto para ir a un a un evento importante, aquí las canciones también eh reciben ese ese adorno y es una belleza porque la verdad es que toman una dimensión y una sonoridad completamente diferente. Yo estoy feliz y la gente que ha fascinada con este formato. Por mí yo haría toda la vida lo sinfónico, lo que más me gusta. De hecho, la música que yo escucho es música clásica. No escucho tanto la música popular, nunca lo hice, por eso que cuando mis propias canciones toman esa dimensión es para mí un honor y un orgullo. Ahora, en el caso de la gira por Argentina que vamos a hacer en Mendoza, Córdoba y San Juan, vamos con banda, no sinfónico. Espero algún día poder llevar ese concierto sinfónico allá para que la gente quede realmente muy contenta.
– ¿La balada romántica viene teniendo una evolución hacia otros lugares menos masivos en los últimos años?
– No, fíjate que yo diría lo contrario, yo creo que la música romántica está volviendo a su gloria y majestad en sonoridades, claro, reinventadas pero la canción de amor, la canción de balada está volviendo muy fuerte. No sé cómo será el caso en Argentina, pero lo vengo observando en Colombia con mucha fuerza. Basta ver los artistas que ellos han sacado a nivel mundial, pero está volviendo internamente la canción de amor, la canción romántica, la balada, vestida con otros colores, con otras telas, quizás, pero muy vigente.
– ¿Y por qué se revitaliza?
– Se revitaliza porque es como todos los ciclos en la vida. Todas las cosas van y vuelven, como una espiral que va creciendo hacia arriba, vuelven modificadas de alguna manera, vuelven enriquecidas. El ciclo de la música urbana que ha sido muy masivo, también tiene su momento pico y vuelve a dar paso de alguna manera a la música romántica. Veremos qué pasará en el futuro, desde la irrupción del reggaetón hace bastante tiempo que la música, incluso la salsa, sufrió un retroceso, pero también está vigente. Pero sí me parece delicado los contenidos de los textos. Esto llevaría a conversarlo en otro momento más distendido sobre el impacto que tienen los textos que hoy día escuchan los jóvenes. Me quedo con las canciones de amor, las que tienen una mirada de unidad, de familia, de amor.
– Sebastián Yatra te tiene como una referencia importante ¿qué te parece al ver que otras generaciones de músicos te dan reconocimiento?
– He visto que Sebastián me ha mencionado en más de una ocasión como uno de sus referentes y de sus influencias y también lo han hecho otros artistas. El otro día estuve cantando en Bogotá en este concierto de 40 años con la orquesta sinfónica en el Movistar Arena e invité a Axel a que me acompañara, viajó especialmente desde Argentina para estar ahí, un tipazo, aparte el artista tremendo que es un gran músico, es concertista en piano, es un súper músico y además una bellísima persona. Dijo en vivo ahí que escuchando mis canciones en ese concierto son su influencia en su propia música ¿Qué más te puedo decir? Es un honor, obviamente no logro dimensionar el alcance que eso tiene porque me supera, pero evidentemente significa para mí una bendición por recibir ese feedback. Porque resulta que los admiro a ellos y después ellos salen con que han recibido esta influencia mía, por lo tanto, es un es una vía de doble tránsito que se nutre mutuamente y eso es maravilloso, me encanta.
– ¿Este recorrido de décadas, que lección te ha enseñado y qué legado te gustaría dejar, más allá de tus canciones?
– Estos 40 años me han enseñado todo en la vida se resume en ciclos, que las cosas van y vienen y que como dijo alguien por ahí, esto también pasará. O sea, todo llega y se va. Cualquier cosa que vivamos, sea una alegría o una tristeza, también pasará. Y del legado no estoy preocupado de eso, sino que me ocupo de ser feliz ahora y ojalá pueda hacer feliz a la mayor cantidad de gente posible.
DATO
Alberto Plaza. Sábado 15 de noviembre. 22 hs. Auditorio Juan Victoria (25 de Mayo y Urquiza). Entradas: $20.000, $30.000, $40.000, $50.000 y en $60.000. Se cobran recargos por compra digital. En venta en boletería y en Tuentrada.com

