El brote de covid-19 registrado en China en estas últimas semanas afecta ya a al menos a 19 de las 31 provincias que conforman el gigante asiático, lo que le convierte en el más extendido desde el inicio de la pandemia, cuando el virus se expandió por gran parte del país tras su detección inicial en la ciudad de Wuhan.
Las autoridades confirmaron decenas de nuevos casos todos los días. Sólo ayer, el Ministerio de Salud chino añadió 109 positivos al balance oficial, entre ellos 93 sintomáticos y de transmisión comunitaria, según la agencia de noticias Xinhua.
Desde que el virus apareció por primera vez a finales de 2019, y una vez que la tendencia expansiva comenzó a disiparse, nunca antes se había registrado una situación así en un país que siempre se caracterizó por tratar de reducir a cero el número de contagios, aunque esto haya supuesto restricciones generalizadas a la movilidad y pruebas masivas.
El principal experto sanitario de China, Zhong Nanshan, aseguró en una entrevista con CGTN que el brote puede quedar controlado en el plazo de un mes y defendió los criterios del Gobierno a la hora de contener el virus a toda costa, argumentando que permitir la libre expansión de la covid-19 acarrearía costes aún mayores, informó la agencia de noticias Europa Press.
De acuerdo con datos de fines de octubre, en el gigante asiático se habían administrado más de 2.243 millones de dosis de vacunas contra la covid-19 en China continental, informó la Comisión Nacional de Salud.
El último brote está asociado al turismo y llevó al confinamiento de un condado y dos ciudades, así como a una mayor vigilancia en megaurbes como Beijing, que se prepara precisamente para acoger los Juegos Olímpicos de invierno entre el 4 y el 20 de febrero de 2022.