Es el más longevo de los dictadores en África. En el pasado, Muamar Kadafi fue coronado como "Rey de Reyes" por sus subalternos más allá del Sahara. Ahora el líder libio, conocido por sus excentricidades y enfrentamientos con Occidente, ve tambalear su poder por los enfrentamientos armados que vive su país, que pueden haber provocado hasta 1.000 muertes, según los cálculos más pesimistas.

Kadafi, a quien los manifestantes le exigen que abandone el poder, es un admirador de las guardaespaldas femeninas armadas. Con su gusto por las tiendas beduinas, además de su disposición a ejecutar opositores, Kadafi se ha labrado una imagen perturbadora como líder libio desde hace más de 40 años. Durante buena parte de ese tiempo, ocupó una posición destacada en la galería de criminales internacionales de Occidente, con un férreo control interno al eliminar disidentes y negarse a designar un sucesor.

Mientras su país, rico en petróleo, siente los vientos del cambio que azotan el mundo árabe, sus fuerzas de seguridad han respondido con la misma fuerza letal que los grupos de derechos humanos dicen que ha caracterizado la era de Kadafi. Los manifestantes han sido abatidos a tiros a centenares en Trípoli, Bengasi y otras ciudades libias en los últimos días.

Kadafi no tiene una función gubernamental oficial y es conocido como el "líder fraternal y guía de la revolución". Visionario o dictador, su estilo poco convencional es único. Su amor por los grandes gestos se ve especialmente en sus visitas al extranjero, cuando duerme en una tienda beduina vigilada por decenas de guardaespaldas femeninas.

Durante una visita a Italia en agosto del año pasado, su invitación a cientos de mujeres para que se convirtieran al islam empañó una visita de dos días que pretendía cimentar los lazos cada vez más estrechos entre Trípoli y Roma, antigua potencia colonial.

Un cable diplomático estadounidense difundidos en el sitio WikiLeaks describe la insistencia de Kadafi en quedarse en el primer piso cuando visitó Nueva York para una reunión en el 2009 en las Naciones Unidas y su supuesto rechazo o incapacidad para subir más de 35 peldaños.

También se dice que confía mucho de su personal de cuatro enfermeras ucranianas, incluida una descrita como una "rubia voluptuosa". El cable especulaba con una relación amorosa.

Kadafi nació en 1942, hijo de un pastor beduino, en una tienda cerca de Sirte, en la costa mediterránea. Abandonó los estudios de geografía en la universidad para empezar una carrera militar que incluyó un breve paso por una escuela militar británica.

Llegó al poder en un golpe militar incruento en 1969 y en los años 70 formuló su "tercera teoría universal", a medio camino entre el capitalismo y el comunismo. Kadafi supervisó el rápido desarrollo de un país golpeado por la pobreza, anteriormente poco conocido salvo por sus pozos petrolíferos y su desiertos donde tuvieron lugar grandes batallas durante la Segunda Guerra Mundial.

Un duro

Aunque una de sus principales tareas fue la construcción de las fuerzas armadas, también gastó miles de millones de dólares de ingresos petrolíferos en mejorar el nivel de vida de la población, convirtiéndole en un líder popular con los libios de salarios bajos. Kadafi ha destinado dinero a proyectos gigantescos como una planta de acero en la localidad de de Misrata, y en un proyecto para llevar agua desde los pozos del desierto a las comunidades costeras.

Ha empleado duras tácticas contra los disidentes, entre los que se cuentan los islamistas, y ha usado "comités de purificación" en el Ejército y la policía, a los que se han unido jóvenes estudiantes leales al Gobierno, para mantener el control.

Pero también se ha ganado el respeto de muchos libios. Es una figura carismática con un toque popular y ha explotado el medio televisivo, a diferencia de otros líderes árabes. Kadafi intentó sin éxito fusionar Libia, Egipto y Siria en una federación. Un intento similar para unir Libia y Túnez acabó en resentimiento.

En 1977, cambió el nombre del país por el de Gran Yamahiriya (Estado de las masas) Árabe Libia Popular y permitió al pueblo difundir sus puntos de vista en los congresos del pueblo. Sin embargo, fue marginado por Occidente durante buena parte de su mandato, acusado de vínculos con el terrorismo y con movimientos revolucionarios.

El presidente estadounidense Ronald Reagan lo llamó "perro loco" y envió aviones de guerra a bombardear Libia en 1986. Uno de los 60 muertos fue su hija adoptiva.

Fue particularmente vilipendiado tras el atentado llevado a cabo por agentes libios contra un avión de la Pan Am en 1988 que cayó sobre la localidad de Lockerbie, en Escocia, donde murieron 270 personas. Las sanciones de la ONU, impuestas en 1992 para presionar a Trípoli a que entregara a dos de los sospechosos libios, dañaron a la economía, afectaron al espíritu revolucionario de Kadafi y aliviaron su retórica anticapitalista y antioccidental.

Pero en el 2004 abandonó: El presidente estadounidense, George W. Bush, puso fin formalmente al embargo comercial estadounidense contra Libia a raíz de que Kadafi prescindiera del programa de armas y asumiera la responsabilidad por Lockerbie.

Aunque la vuelta a Libia el año pasado del condenado por Lockerbie Abdelbaset Ali al-Megrahi, liberado de una prisión escocesa por cuestiones de salud, enfadó a Washington.