Chile va a las urnas hoy para elegir a su presidente entre el candidato de izquierda Gabriel Boric y el de ultraderecha José Antonio Kast, en un balotaje que desató la mayor polarización electoral desde la vuelta a la democracia en 1990, en medio de una pandemia que no acaba y un latente conflicto social que estalló hace tres años.

Según una última encuesta el candidato de la izquierda llega con una exigua ventaja de un punto pero nadie se atreve a aventurar un ganador. Más allá de la polarización, en Chile pesa mucho la no obligatoriedad para ir a votar lo que provoca un fuerte ausentismo en los comicios. Todo esto sumado a la gran cantidad de indecisos hace un combo perfecto para abonar una incertidumbre que podría despejarse sólo cuando se termine de contar hasta el último voto. Incluso hay analistas políticos del país vecino que vaticinan que el sucesor de Sebastián Piñera se definirá en la Justicia.

Un puñado de votos cuestionados podría hacer la gran diferencia y embarrar aún más la cancha.

Los chilenos la tienen difícil porque en pugna hay dos modelos antagónicos bien definidos: ultraderecha o ultraizquierda.

En este escenario, el Estado de bienestar, feminismo y ambientalismo o zanjas antiinmigración, familia tradicional y neoliberalismo son los tópicos que diferencian a los candidatos.

El que fue durante décadas el país más estable de Latinoamérica decidirá si mirar a uno u otro lado, una disyuntiva que termina con 30 años de relativa calma y de alternancia política entre los dos bloques de centro que se repartieron el poder tras el fin de la dictadura militar en 1990.

Boric, de 35 años y líder del Frente Amplio, representa a la parte de la sociedad chilena que quiere "cambios profundos" y que participó en las masivas protestas por la igualdad de 2019, señaló a Efe María Cristina Escudero, politóloga de la Universidad de Chile.

"Quiere mejores pensiones, educación, salud y pone mucho énfasis en el ambientalismo o el feminismo", apuntó.

El caso de Kast, el vencedor de la primera vuelta, es muy distinto: católico ferviente y padre de nueve hijos, el ultraderechista forma parte de un clan familiar que tuvo lazos políticos con la dictadura.

"Él es más partidario de mantener el status quo y de poner los valores conservadores y la familia en el centro", sostuvo Valentina Rosas, politóloga de la Universidad Católica.

Es contrario al matrimonio igualitario, al aborto en cualquier circunstancia y propone cavar una zanja en la frontera para evitar el paso de migrantes, algo "muy conservador que recuerda a Donald Trump", detalló.

En términos económicos, Boric tiene una mirada que se vincula a la de una socialdemocracia europea, que busca que el Estado cubra ciertos derechos, mientras que Kast es partidario de preservar el actual modelo, muy marcado por el rol mínimo de lo público y más amigables con el mercado porque proponen rebajas tributarias que se asemejan a las de Irlanda. Boric, en cambio, propone aumentar la recaudación un 8% del PIB en ocho años y considera crear una banca de desarrollo o nuevas empresas estatales, lo que genera gran desconfianza entre el sector privado.

Congreso hostil

Ni el izquierdista Gabriel Boric ni el ultraderechista José Antonio Kast que definirán la presidenica de Chile tendrán mayoría propia en el Congreso: el actual escenario obligará a quien gane a forjar alianzas estables que den viabilidad a su proyecto, en un espacio fragmentado y presionado por la calle.