El Superior Tribunal (STJ) modificó la sentencia del ex presidente a 8 años, 10 meses y 20 días. Con esta decisión, Lula, de 73 años, podría lograr prisión domiciliaria o pedir un régimen semiabierto desde el mes de septiembre, debido a que ya habría cumplido un sexto de su pena en prisión.

Los cuatro magistrados que componen el Superior Tribunal de Justicia (el quinto se había eximido de participar en la votación por conflicto de intereses) se manifestaron por una reducción de la condena del ex mandatario. Los votos afirmativos hasta el momento son de Felix Fischer, el relator del Lava-Jato, Jorge Mussi, Reynaldo Soares da Fonseca y Ribeiro Danta .

Con esta votación se allana el camino para que Lula da Silva sea liberado en septiembre de este año, o beneficiarse al menos de un régimen semiabierto, con derecho al trabajo diurno, de acuerdo con expertos judiciales.

Sin embargo, medios brasileños advirtieron que, en la medida que también responde por otras causas, el ex presidente puede sufrir nuevas condenas que lo mantengan en prisión o, en caso de que obtenga el beneficio de la domiciliaria, lo podrían regresar a la cárcel después de septiembre.

Lula fue condenado en febrero pasado a 12 años y 11 meses de cárcel por un tribunal de primera instancia por la realización de reformas en otra propiedad, igualmente a cambio de contratos en la petrolera estatal. Desde que fue encarcelado, Lula permanece en una celda especial, de 15 metros cuadrados y adaptada a su condición de ex presidente, en un edificio de la Policía Federal en Curitiba, ciudad del sur del país en la que tiene sede el tribunal a cargo de la operación Lava Jato contra la corrupción.

Enfrenta además otras causas que esperan sentencia, pero su estadía en prisión se debe al caso del tríplex de Guarujá, dado que la ley brasileña permite que el primer recurso se pueda presentar en libertad.