Kellie Chauvin, la esposa del policía que mató a George Floyd durante un arresto, pidió el divorcio por una "ruptura irremediable" de la relación con quien ahora es su expareja, Derek Chauvin.

Los papeles fueron presentados por la abogada de Kellie, quien tiene 45 años y en 2018 fue elegida como "Señora Minnesota", tres días después del asesinato y un día antes de que el oficial de policía fuera detenido y acusado de homicidio en tercer grado.

Esto, además, se produjo a solo unos días de que la pareja festejara su décimo aniversario de casados. Sin embargo, la abogada consideró que "el matrimonio ya no puede salvarse".

Además Kellie Chauvin pidió un cambio de nombre para dejar de utilizar el apellido de su ahora exmarido. En ese caso, recuperaría su apellido originario, aunque existen dudas de si sería Kellie May Thao o Kellie May Xiong.

“Ella está buscando un cambio de nombre solo por esta disolución del matrimonio. No busca un cambio de nombre para defraudar y/o engañar a los acreedores o a cualquier otra persona, ni es una delincuente”, aseguró la letrada, según el diario The Daily Mail.

Según el expediente al que tuvo acceso dicho medio, la mujer trabajaba hasta hace poco como corredora inmobiliaria, pero actualmente está desempleada. De todas formas, aseguran que no busca una manutención por parte del ex policía.

“Es totalmente capaz de mantenerse a sí misma. No necesita manutención conyugal y renuncia a su derecho a recibir manutención conyugal temporal o permanente del demandado”.