�La mayor parte del territorio de Irán, incluido Teherán, la capital, una ciudad de 14 millones de habitantes, se encuentra en una zona de constantes movimientos telúricos, que han ocasionado decenas de miles de muertos en las últimas décadas.
En diciembre del 2003, un terremoto de 6,2 grados de magnitud en la escala de Richter causó más de 30.000 muertos y al menos 50.000 heridos en la ciudad de Bam, en el sureste de Irán, donde también destruyó la antigua ciudadela del lugar. El terremoto más mortífero de las últimas décadas en Irán se produjo en 1990, con al menos 37.000 muertos y más de 100.000 heridos.