En momentos que aquí se especula con que Brasil permita el ingreso de la uva en fresco previa desinfectación con bromuro de metilo para combatir una supuesta plaga que nunca fue comprobada, las organizaciones internacionales junto a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se unieron para desalentar el uso del mismo porque daña la capa de ozono. Así lo indica el memorando de Entendimiento firmado en los últimos días por FAO, la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria y la Secretaría del Ozono del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que se comprometieron a trabajar estrechamente para promover una mayor aplicación de las recomendaciones existentes relativas al gas bromuro de metilo (MeBro por su sigla en inglés), utilizado como plaguicida y que tiene un esfuerzo perjudicial para la capa de ozono. Del mismo modo, el documento indica que se apoyarán los esfuerzos para desarrollar tratamientos fitosanitarios alternativos al bromuro de metilo cuando ello sea posible. Si bien el bromuro de metilo por décadas se presentó como una potente herramienta en la lucha contra la propagación transfronteriza de plagas y enfermedades, es extremadamente perjudicial para la capa de ozono. La FAO detalló que en 1991 éste fue añadido a la lista de sustancias controladas en virtud del Protocolo de Montreal, acuerdo internacional creado para eliminar gradualmente el uso de tecnologías dañinas para la capa de ozono. “El protocolo desaconseja el uso de bromuro de metilo para combatir plagas y enfermedades fuera del ámbito cuarentenario durante la producción’’, informó FAO, que pide abandonar el MeBro en todo lo posible a través del desarrollo de nuevos tratamientos alternativos“. Desde la década de 1950 el bromuro se ha usado en las granjas de producción agrícola de todo el mundo.
