EL HEREDERO. Gabriel González heredó el arbitraje de su papá, Marcelo. Es el árbitro mejor calificado en San Juan y sueña con llegar a dirigir en Primera de AFA.


Heredó la pasión del arbitraje de su papá y hoy por hoy, es de los árbitros sanjuaninos mejor calificados de la provincia dirigiendo Primera Local y Federales B y C. Gabriel González habló de una profesión por demás cuestionada y contó situaciones insólitas que pocas veces son contadas por los árbitros.

-¿Cómo empezaste en el arbitraje?

-Arranqué en el 2008 porque no quería estudiar ninguna carrera. Fue rápido porque cuando llevábamos cinco reglas empecé a dirigir y ese mismo año me recibí. Ese mismo año estuve en una final de Cuarta División de la B y debuté como asistente en Primera A. 

-¿Cómo fue ese debut?

-Estaba muy nervioso. Nadie me conocía y a los otros árbitros sí, así que hubo varios insultos, pero traté de disfrutarlo. 

-Pero cuando elegiste ser árbitro eras consciente de que siempre vas a recibir insultos...

-Sí, obvio. Por ahí hasta los jugadores te quieren pegar o podés recibir una pedrada. Mi viejo cayó muchas veces cortado a mi casa.

-¿Te pasó alguna vez que un jugador te trató mal?

-Si, pasa siempre. Te insultan, te empujan pero nosotros tenemos que quedarnos en el molde, no podemos reaccionar. Los jugadores siempre están con las pulsaciones a mil, nosotros tenemos que estar un cambio más abajo, porque si nos ponemos a la misma altura se va todo al caraj...

-¿Hay jugadores que se hacen tus amigos para que les des una mano?

-Sí, de esos hay un montón. Hay otros que vienen y te dicen "Dios te bendiga..." y después adentro de la cancha se transforman, se olvidan de tantas bendiciones. 

-¿Una situación insólita que te haya pasado?

-Una vez en cancha de Marquesado había un grupito de chicas que me gritaban cosas que no eran insultos (risas). Y el fin de semana pasado también me pasó algo medio loco: iba saliendo de la cancha de Atenas y un pibe me gritó que unas chicas que estaban ahí querían mi numero; pero nah, no da (risas).

 -¿Un árbitro puede decir de qué equipo es?

-Yo no tengo problema porque de San Juan nunca fui hincha de ninguno. Sí a nivel nacional, pero prefiero no decirlo, no vaya a ser que en un futuro me pase como a Lunati (risas). 

-¿Por qué pensás que está tan mal visto el arbitraje en Primera?

-Creo que por las cámaras, eso los deja en evidencia. Nosotros también nos equivocamos y queda ahí en el partido. Además se malinterpretan muchas cosas como la intencionalidad en las manos. Por ejemplo yo cobré un penal que no fue y nadie me dijo nada. Dirigiendo Atenas-Marquesado, un jugador hizo un sombrerito y el defensor hace el gesto de taparse la cara y como yo estaba detrás pensé que había intención y cobré penal. Después el línea me dijo que no era penal. Decí que el arquero después lo atajó.

-¿Te arrepentís en algún momento de ser árbitro? 

-Me arrepiento mucho de no ser policía. Es algo que me hubiese encantado ser. De ser árbitro jamás me voy a arrepentir.

-¿Un sueño?

-Llegar a Primera División de AFA para dejar bien representado a San Juan.
 

GABRIEL GONZÁLEZ X 3:

"El arbitraje tiene sus cosas lindas porque nunca sabés hasta dónde podés llegar. Yo conocí un montón de provincias que si no fuese por esta profesión quizás nunca en mi vida hubiese conocido". 

"¿El partido más lindo? Hay varios. El amistoso San Martin-River en el Bicentenario donde fui asistente; la final del Federal C en Mendoza hace poco donde fui el árbitro, y la superfinal del año pasado entre Trinidad y Alianza". 

"¿Escuchar música o leer? Leer, mil veces. Me gusta mucho leer sobre psicología deportiva. Hace poco terminé de leer un libro que me gustó que se llama 'Usar el cerebro', aunque también escucho música obvio, si no sería anormal".