Era fiesta en Chimbas. Peñarol buscaba avanzar a otra fase de la pelea por el ascenso y en la previa, era un festival Bohemio. Platea llena, Popular Norte repleta y un recibimiento que apuntaba a ser sensacional. Pero cuando Peñarol pisó el campo de juego, en el parapelotas del arco Norte se desató la angustia cuando 5 pibes que estaban en la cima de ese alambrado se vinieron al piso cuando cedió el mallado y las vigas de hierro que la sostenían. Fue una caída tremenda que llenó de desconcierto a todos en la cancha. Los asistieron rápidamente y fueron trasladados al Hospital Rawson pero ese ambiente de fiesta ya quedó raro. Oscuro. Tenso, anticipando lo que se vendría en el partido.