Se llama Celestino Ambrosio Elías Porras y el próximo 2 de mayo cumplirá 72 años. Nació en Perú pero desde hace años vive en San Juan, donde se dedicó a atender pacientes como médico especialista en cardiología. Su nombre, sin embargo, no está ligado a su fama como profesional, sino a graves transgresiones que merecieron la atención y ahora los reproches de la Justicia Penal. Y reproche en ese fuero, generalmente implica una consecuencia: condena. A saber: a fines del año pasado fue castigado a 3 años sin encierro en la Justicia Federal por el delito de supresión de identidad y falsificación de DNI, pues hace 22 años certificó la muerte de una beba y elaboró otro para que una mujer de Caucete, ya fallecida, la asentara en el Registro Civil como hija suya (el caso había sido denunciado por la madre de la menor en 2018). Luego de recibir ese castigo, Elías Porras fue denunciado por una chica de 23 años que pretende cambiar de género. El pasado 5 de febrero llegó a consultarlo por problemas de obesidad y dolores en la zona del corazón, pues había momentos en que tenía dificultades para respirar, dijeron fuentes judiciales.

Fue entonces que el médico repitió una fórmula a la que parece no resistirse. Luego de pedirle que se pusiera de espaldas, le pidió bajarse la ropa, tocó sus senos desde atrás y le introdujo dos veces sus dedos en sus genitales. Para la fiscal coordinadora de la UFI Cavig Claudia Salica, no hubo dudas de que delinquió y por eso pidió que permanezca con prisión preventiva mientras lo investiga por la presunta violación. Y un juez adhirió al planteo: lo dejó con prisión domiciliaria por tres meses y le concedió a Fiscalía 6 meses para investigar el hecho.

Pero los problemas no se agotan ahí para ese médico, pues ayer resolvió que lo mejor era aceptar una condena por haber abusado de otras dos pacientes en 2018, en un consultorio capitalino y en su casa del barrio Parque Rivadavia Norte, en Rivadavia.

El primero de esos hechos fue denunciado el 23 de abril de 2018. Ese día, por la mañana, una mujer llegó para hacerse los estudios de rigor que se exigen en una cartilla sanitaria laboral y terminó indignada, pues en un momento el médico la hizo agacharse, se puso detrás de ella y le apoyó sus genitales mientras le decía que se moviera, con la excusa de verificar si tenía o no problemas en la columna.

El otro episodio fue denunciado el 13 de octubre de ese año, cuando una joven llegó con su madre a consultarlo por sus problemas de obesidad y también terminó haciendo "meneos" con Elías Porras detrás suyo, pidiéndole que se moviera mientras se apoyaba en su cuerpo.

Estos últimos hechos fueron calificados como abusos sexuales simples y el médico aceptó ayer haberlos cometido. Ante el juez de la Sala I de la Cámara Penal, Martín Heredia Zaldo, ratificó también que está dispuesto a recibir 1 año de prisión en suspenso (sin encierro), tal como acordó a través de su defensor Gustavo de la Fuente con la fiscal Marcela Torres.

Si el juez acepta esta salida para el caso, no podrá aplicar un castigo mayor, pero al tener el imputado una condena previa, podría decidir que el castigo se cumpla efectivamente en la prisión.

Así, encerrado, Elías Porras enfrentará el que podría ser el último de sus conflictos con la ley penal: la sospecha de haber violado a otra paciente en febrero pasado.