Un cotejo positivo de ADN entre un trozo de diente hallado en una letrina con una prótesis dental y el material genético de una barra de hierro con el que Rubén Quiroga (50) fue asesinado a golpes. El hecho prácticamente probado de que pertenecieron a la bicicleta de la víctima partes del rodado halladas también en esa letrina de la casa de la pareja de sospechosos detenidos. Los restos quemados del teléfono de Quiroga encontrados donde lo quemaron. Y las transcripciones de los contactos telefónicos entre la víctima y quien era su amante, Glenda Aciar (23), como también los que mantuvo ella con su marido, son pruebas contundentes que permitieron en las últimas horas al juez Javier Alonso confirmar las sospechas sobre la vinculación de esa joven y su marido, Luis Montaño (31), con el crimen de Quiroga, presuntamente perpetrado entre la noche del 22 y la madrugada del 23 de mayo pasado en las afueras de Rodeo, Iglesia. El caso recién pudo esclarecerse el pasado 19 de junio.

Sin embargo el defensor de la joven, Juan Humberto Fonzalida, ya le pidió al juez de la Segunda Circunscripción judicial que ordene una reconstrucción del crimen para intentar probar que la mujer, madre de una pequeña de 2 años, fue obligada por su marido a servir de anzuelo y a participar en ese homicidio que fue "íntegramente cometido por Montaño", según sostienen.

También pedirán encuadrar el caso con perspectiva de género, por la violencia sufrida por la joven.

"La pericia telefónica sobre las comunicaciones entre la pareja son contundentes y reveladoras de que ella fue una víctima más de la violencia de su pareja, por eso vamos a pedir también que el caso se investigue con perspectiva de género. No se puede desconocer que ella guió a los investigadores y precisó cómo había sido el crimen, donde se ejecutó, dónde fueron a parar los restos incinerados, en fin, todo sobre ese ilícito", dijo ayer Fonzalida.

Aciar ya fue indagada como coautora con Montaño, de un homicidio agravado por alevosía (se supone que Quiroga fue atacado por la espalda, cuando estaba indefenso). A ella, el juez le sumó además el agravante de haber sido pareja de la víctima.

Antes de conocer que les habían imputado un delito castigado con perpetua, la joven cargó las tintas contra su pareja, al punto de relatar que prácticamente la torturaba y hasta llegó a abusar de ella sexualmente cuando supo que Quiroga había sido su amante. Y que desde entonces pergeñó un plan en la que ella fue anzuelo y partícipe, por temor a perder su propia vida.

Montaño en cambio dijo que ella ideó todo y hasta cometió el crimen, y que él solo se limitó a ayudarla, algo que parece increíble para la defensa: "Quiroga medía como un metro noventa y ella no llega al metro sesenta, es increíble que ella pudiera perpetrar semejante maniobra", aseguró Fonzalida.

Ahora, el juez debe decidir si acepta el planteo de la defensa.

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Rubén Quiroga tenía 50 años. Fue asesinado e incinerado. El minero Luis Montaño dijo que fue su pareja la que cometió el crimen. Glenda Aciar antes y después. La joven aseguró que su pareja la obligó a cortarse el cabello y que la torturaba cuando supo que le había sido infiel.
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