La investigación sobre el triple femicidio narco de Florencio Varela sigue revelando datos estremecedores. Al horror que se conoció en las últimas semanas, ahora se sumaron los detalles de las autopsias realizadas a las tres víctimas del crimen: Lara Gutiérrez, Morena Verdi y Brenda del Castillo, quienes fueron torturadas antes de sufrir dolorosas muertes.
Según los análisis forenses, si bien no se puede afirmar con total certeza quién murió primero, el estado de los cuerpos permite suponer que Morena y Brenda fallecieron antes que Lara porque sus cadáveres tenían más signos de descomposición y putrefacción.
Las tres víctimas fueron halladas amordazadas y con los tobillos y rodillas atadas. En el documento, se detalla que la menor de 15 años tenía completamente cortada una de sus orejas y las yemas de cuatro dedos de la mano izquierda.
En total, Lara sufrió siete lesiones violentas en vida, al igual que Morena, cuyo cadáver fue encontrado además con una bolsa de plástico en la cabeza. Sobre Brenda, los forenses enumeraron 22 heridas traumáticas provocadas en vida. Postmuerte, a ella la descuartizaron en la zona del abdomen.
La muerte de Lara
A Lara la encontraron vestida con medias de color rojo, un pantalón jogging celeste, un buzo que parecía blanco y ropa interior. Tenía una mordaza alrededor de la boca y el cuello, cintas plásticas en ambas rodillas, y un cordón en ambos tobillos. Al lado de su cuerpo, se encontró un cuchillo de cocina con borde aserrado y mango plástico negro, y fragmentos de vidrio verde.
- El informe forense concluye que las lesiones externas e internas observadas en la víctima fueron determinantes en la causa de muerte. Según determinaron los peritos, la causa final de su fallecimiento fue un shock por pérdida de sangre.
- En detalle, Lara sufrió heridas cortantes y punzantes con elementos filosos, y otras de tipo contuso-cortantes se generaron por la presión o el impacto de su cuerpo y cabeza sobre superficies duras.
Además, tenía lesiones en la zona de la segunda falange de todos los dedos de la mano izquierda y pérdida de las yemas en cuatro de ellos. Esto significa que, por acción de golpes fuertes, presión o contacto con un objeto contundente o filoso, se desprendieron o arrancaron los extremos de esos dedos, pero no de manera completa.
Todas las lesiones detalladas muestran signos de haberse producido cuando la menor aún estaba viva.
El corte más grave estuvo en el lado derecho del cuello y fue provocado por presión o impacto con un objeto duro y contundente, que le provocó una hemorragia aguda.
La muerte de Morena
Morena Verdi fue hallada con un pantalón jogging negro, remera blanca de manga larga con cierre, ropa interior, zapatillas blancas y azules y una media blanca. Tenía también una pulsera de tela negra, otra roja en la muñeca izquierda, un anillo metálico dorado con medalla en el dedo anular derecho y aros en ambos lóbulos.
Al cadáver le habían sujetado ambos tobillos con un cordón y las muñecas con cinta plástica. Tenía una mordaza de cinta plástica en la zona de la boca, la cabeza cubierta por una bolsa plástica y un lazo de tela, similar a una bufanda, alrededor del cuello. Además, se encontraba parcialmente cubierto de tierra.
El informe de autopsia detalla que la causa de muerte se relaciona con el estrangulamiento a lazo y una fractura cervical, originados ambos por mecanismos de compresión. Todas las heridas relevantes se atribuyen a golpes realizados con elementos duros.
Morena presentaba múltiples lesiones traumáticas en distintas zonas del cuerpo. Las heridas principales corresponden a una fractura en la columna cervical (luxofractura entre la primera y segunda vértebra), que afectó la médula espinal y centros nerviosos clave para la respiración y el ritmo cardíaco, produciendo lo que se conoce como “shock neurogénico”.
Además, tenía un surco completo en el cuello, compatible con estrangulamiento a lazo. El documento señala también varios signos en el rostro, tórax y otras zonas compatibles con golpes y presiones ejercidas con o contra objetos duros. Finalmente, detalla que el mecanismo de muerte se explica por el daño severo en la médula y por la falta de oxígeno debida a la compresión del cuello, lo que interrumpió la respiración y el flujo de sangre al cerebro.
La muerte de Brenda
Brenda Loreley Del Castillo murió de un paro cardiorrespiratorio traumático, a raíz de traumatismos de cráneo. Tras su fallecimiento, la descuartizaron a la altura del abdomen.
Su cadáver fue hallado cubierto con varias telas tipo sábanas floreadas y lisas, y estaba atado con cinta plástica en los pies, a la altura de las rodillas y en ambas manos. Además, tenía una mordaza verde que le cubría la boca, vestía únicamente ropa interior y, al costado de su cuerpo, a la altura de la cabeza, había una bolsa plástica negra.
La autopsia indica que Brenda sufrió múltiples traumatismos, principalmente en la cabeza, además de heridas cortantes y punzantes en el cuello y la mama derecha. El cráneo tenía fracturas múltiples, con hundimiento del hueso frontal, aplastamiento del macizo facial y fractura de la base del cráneo, lo que causó lesiones encefálicas severas, consideradas por los forenses suficientes para provocar la muerte.
Las heridas cortantes, aunque fueron numerosas, no comprometieron órganos vitales, salvo una puñalada profunda en la sien derecha (el lateral) que llegó a la tráquea. El mecanismo de las lesiones señala que fueron provocadas por un objeto duro, con punta y filo.
La autopsia determina que casi todas las lesiones fueron infligidas mientras la víctima estaba con vida, excepto la herida abdominal.
Fuente: Infobae

