Muy lejos de las tensiones que mostraba en su paso por el Ministerio de Economía en la peor etapa del gobierno de Cristina Kirchner, y en una oficina muy modesta en uno de los tantos anexos que tiene el Congreso de la Nación, en contraste con la amplitud y elegancia del despacho que tenía en Hipólito Yrigoyen 250, Axel Kicillof, ahora como diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires del Frente para la Victoria, accedió a una entrevista distendida conInfobae, pese a que ejerce la presidencia de la Comisión de Economía de la Cámara baja, y además es un miembro activo de las Comisiones de Presupuesto; Pyme, Industria, Comercio, Economías regionales, Mercosur y Análisis y Seguimiento de las Normas Tributarias; y es miembro de la Comisión Bicameral para la Reforma Tributaria.

Si bien Axel Kicillof tomó el timón de la economía el 20 de noviembre de 2013, luego de que renunciara Hernán Lorenzino, tras manifestarle a un periodista "me quiero ir" porque no tenía respuesta a la singular brecha que durante su gestión se había abierto en la medición de la inflación entre los privados y el entonces intervenido de hecho Indec, se lo recuerda como el "cerebro" del cepo cambiario que anunció la presidente Cristina Kirchner el último día de octubre de 2011, luego del triunfo electoral con el 54% para la reelección. Es que por entonces era el viceministro de Economía, en su condición de Secretario de Política Económica y Planificación de Desarrollo de esa cartera. A partir de ese momento el PBI y el empleo privado se estancaron, la inflación se aceleró y el comercio exterior se derrumbó.

Sin embargo, lejos de compartir que ese escenario fue producto de su política, con la firmeza, pero a su vez con la confianza que le da su dote de docente, el ahora legislador no sólo defendió su gestión, sino que criticó con dureza las medidas del primer año y medio de Gobierno de Mauricio Macri, a quien culpó de haberle mentido a la sociedad: "Este es un Gobierno que hace bien los números, pero miente en el discurso", enfatizó apoyado en planillas de excel que compara los datos de las cuentas fiscales de 2016, bajo la conducción de Alfonso Prat-Gay, y los que había dejado al cierre de 2015.

Del mismo modo, Kicillof cuestionó las nuevas estadísticas de pobreza que elaboró el Indec sobre la base de la Encuesta Permanente de Hogares.

Y destacó en su análisis de las primeras medidas del Gobierno de Cambiemos que  "Macri se metió en la trampa de tener salarios bajos en pesos y caros en dólares".

– ¿Cómo ve la economía?

– Con bastante preocupación, pero sin sorpresa. Durante 2015 me tocó ser ministro de Economía y al mismo tiempo candidato a diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires, con lo que estaba en la compleja situación de estar manejando las posiciones del Gobierno y al mismo tiempo estar en campaña. Ya en esa situación veíamos una coyuntura mundial muy complicada, que hoy continúa con la caída de los precios de las materias primas, con la situación financiera muy inestable a escala mundial, en especial en el mercado petrolero. Ante eso ya en 2014 empezamos a tomar una serie de medidas que en 2015 dieron un buen resultado, aún según las estadísticas menos favorables privadas y de opositores a nuestro Gobierno: bajó la tasa de inflación a la mitad, según la medición del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; y en actividad cerramos con un crecimiento de 2,6%. Obviamente tomando medidas muy activas, como fueron los programas de Precios Cuidados, Ahora 12, descuentos en la SUBE, Procrear y Progresar que favoreció a un millón de estudiantes que estaban en una situación compleja para acceder al mercado laboral; con una idea muy clara de cómo enfrentar esta situación internacional incierta, con fuertes estímulos al mercado interno, y al mismo tiempo, con impulso de la inversión pública, que no es un gasto, sino inversión, y al mismo tiempo con medidas prudenciales del punto de vista financiero y cambiario.

– ¿Con ese escenario a qué atribuye haber perdido las elecciones en 2015, y al mismo tiempo que muchos economistas sostuvieran entonces que habían devaluado en 2014 sin un plan sustentable?

– En 2015 terminamos con la economía creciendo, no perdimos empleos, todos los indicadores de salarios mostraron aumento, y sacamos el 49% de los votos, después de 12 años de gobierno. Obviamente, en una situación de estrés internacional. Por tanto, la economía no fue decisiva en el resultado final de las elecciones. Hubo una campaña con las técnicas que hoy se utilizan de marketing político, que del lado de la oposición, si me permite decirlo en criollo fueron una batería de mentiras. Sobre las cuestiones que podrían generar alguna duda, incomodidad, insatisfacción en el debate de la economía, Mauricio Macri prometió mejorarlas todas. Recuerdo los spot publicitarios donde decía: "la inflación es lo más fácil que tengo para resolver"; otro "le voy a dar el 82% a los jubilados", "voy a subir el salario a los docentes fuertemente"; "eliminar el Impuesto a las Ganancias a los trabajadores", que eran sectores que aún habiendo mejorado en 2015 tenían aspiraciones distintas. Captó todas esos votos, creo que fue decisivo en el resultado final de la elección, lo digo por experiencia personal. Si no nosotros hubiésemos mentido así la ganábamos también.

– Pero los ministros del Gobierno aseguran que el salario docente aumentó, en particular el básico inicial…

– Sí, por el ritmo de la inflación, no más, aún el mínimo inicial. No, en 2016 el salario docente cayó en 2016 unos 8 puntos porcentuales en términos reales. O sea, el Gobierno bajó los salarios de los docentes; a los jubilados le dio un aumento como 10 puntos por debajo de la inflación…

– Cumplió con la Ley de Movilidad Jubilatoria, que determina subas semestrales sobre la base de la inflación de los seis meses previos. Ahora se está compensando porque el alza de los precios se está desacelerando, y el ajuste en marzo fue superior al ritmo actual…

– Sí, es un régimen hecho para una economía no contractiva, no como la que estamos viendo ahora con el nuevo Gobierno. Por eso decía que si Macri hubiese hecho un décimo de lo que había prometido en campaña, creo que estaríamos mejor, pero hizo todo lo contrario.Conozco a los economistas que acompañan al Presidente y lo que piensan. Están llevando adelante un programa que tenían pensado para 2011, 2007 e incluso para 2003, en eso les veo mucha coherencia, pero sucede que son neoliberales en sus concepciones, no es una crítica, es lo que son. Y ¿qué hacen los neoliberales, o qué piensan?, que hay que ajustar el Presupuesto, lo ajustaron, en 2016 el gasto público en relación al PBI cayó en dos puntos porcentuales; devaluaron inicialmente muy fuerte, ahí creo que cometieron un error técnico y otra mentira comunicacional porque dijeron que la devaluación no se iba a trasladar a precios, eran los únicos en toda la Argentina que pensaban eso, pero lo dijeron: devaluaron 57% y hoy la tasa de inflación acumulada están en 57,5 por ciento.

– ¿Pero fue todo el efecto de la unificación de los mercados de cambios y el paso a un régimen plenamente flotante, o también por la eliminación de la mayor parte de las retenciones sobre las exportaciones?  

– Ambas cosas. Pero las dos a la vez fue otro error; y además llevaron adelante otras medidas de carácter neoliberal como la flexibilización laboral, al tratar de contener las paritarias e incluso actuando en la justicia para que los aumentos de salarios sean menores a lo que pedían los sindicatos, como el caso del gremio de los bancarios. De ahí que bajar los salarios, ajustar el Presupuesto, abrir las importaciones y desregular la entrada y salidas de capitales del resto del mundo, son medidas que los economistas de Mauricio Macri quisieron aplicar siempre, desde que algunos de ellos acompañaban a Carlos Menem en su presidencia. El problema de ese programa es que su aplicación, no hace falta tener un doctorado en economía, es que es recesivo; es inflacionario; es regresivo en términos de distribución del ingreso; y es desindustrializadora en términos estructurales; y para colmo en lugar de arreglar los problemas que ellos veían, como el déficit fiscal…

– ¿No heredó el Gobierno un déficit fiscal total cercano a 8% del PBI?

– Ya publicaron el dato de déficit fiscal de 2015, les dio 4% del PBI (Nota del Editor: el ex ministro se refiere al resultado financiero luego de sumar el aporte de 2,2% del PBI de las rentas de propiedad del Banco Central y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses que fueron transferidas al Tesoro). Y comparado con esto en 2016 lo aumentaron en un 30%, todos el primario, el financiero y el final. ¿Por qué?, porque el neoliberalismo se comporta ante el déficit fiscal, como la paradoja de Zenón de Aquiles y la Tortuga, creen que con la baja de los impuestos y las retenciones se reactivará rápidamente la economía.

– ¿Usted piensa que el Gobierno miente cuando dice que este aumento del déficit fiscal en 2016 fue la consecuencia de que se encontraron con muchos pagos pendientes de la gestión anterior. En el sector de la construcción aseguran que acumulaban más de 9 meses de atraso en los pagos de los certificados de obra pública, salvo a Lázaro Báez?

– Sí, absolutamente! No es que mienten, ellos dicen la verdad cuando muestran los números, pero luego mienten en el discurso. Decían que no habían reservas en el Banco Central porque el swap de China era mentira (Nota del Editor: operación de canje de monedas por el equivalente a USD 10.000 millones, se contabilizó el ingreso de yuanes en la Argentina y monto proporcional en el Banco de China), pero ya se sabe que es una chicana que usó el Gobierno de Mauricio Macri, porque desde el primer día ellos pasaron a tomarlo como tal. Concretamente, quiero destacar que los planes neoliberales no funcionan ni en la Argentina ni en América Latina.

– ¿El populismo funcionó?

– Populismo…Cada país de América Latina tiene particularidades. La Argentina con nuestro programa económico, sí claro que funciona el populismo, y podría seguir funcionando. Todas las correcciones que hubiera que hacer no eran de corte ortodoxa, no eran las que está aplicando Mauricio Macri, que eran las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional.

– ¿Por qué cree que terminaron un ciclo de 12 años de Gobierno con 29% de la población en estado de pobreza, o creía en el nivel de 5% que decía Aníbal Fernández, cuando fue Jefe de Gabinete, inferior al que registraba Alemania?

– Mire, es un tema que lo he venido estudiando en profundidad y lo acabo de hablar con gente de Ecuador. La medición de la pobreza es un tema controvertido en todos los países. El otro leía un artículo en un diario que decía que en Alemania 1 de cada 3 niños tenía problemas vinculados con la pobreza, y a uno le encantaría que una criatura del conurbano bonaerense tuviera los problemas que tiene un niño alemán. Es decir, las mediciones de pobreza son bastante arbitrarias, y relativas. Del mismo modo, me decían que en Brasil hay 8% de pobreza, pero obviamente que hoy en Brasil hay más pobreza que en la Argentina, ¿estamos de acuerdo?. Pero de qué depende eso, o cuál es el punto que se toma como referencia para definir a partir de qué nivel de ingreso bajo se es pobre o indigente.

– ¿Sobre esa base de umbral de ingreso, había al cierre de 2015 un 29% de la población argentina en estado de pobreza?

– En Brasil, con la medición que arrojó nuestro 29% habría más del 65%, o dicho de otro modo, con la metodología del mayor socio en el Mercosur la Argentina tendría menos de 7% de pobreza. Por lo tanto, creo que la medida de pobreza que hace el Indec es muy exigente, lo que no quiere decir que no deseara que nadie esté en esas condiciones. Con esta medida, cuando nosotros llegamos había 85% de pobreza, no 50%, ni 30 por ciento.

– ¿Los países no adoptan una metodología internacional, tanto en el caso del Indec, como el de la UCA?

– No, no es un método internacional uniforme. Absolutamente. La decisión de determinar cuál es valor de la canasta de bienes y servicios básicos que fija el umbral de pobreza la toma el departamento de estadística de cada país.

– Pero los organismos de estadísticas están agrupados en una organización internacional donde buscan homogeneizar criterios para que sus mediciones resulten comparables.

– Sí, pero es imposible que nosotros habiendo dejado un país con una tasa de desempleo del 9%; 3 millones de nuevos jubilados; y 3,7 millones de beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo; hayamos dejado valores de pobreza del 29%. Sin duda que hay pobreza en la Argentina, pero me parece que hay un uso político del indicador. Es más, me perturba un poco que un Gobierno que no ha hecho nada para los pobres sea el que nos acusa a nosotros del nivel de pobreza, cuando nosotros que hemos trabajado toda la vida para los sectores más postergados, cuando pusimos la AUH nos decían que eso iba a la canaleta de la droga. Están en contra de esa medida. La han sostenido, pero están en contra. Nosotros creemos que faltó mucho para hacer, pero también que por este camino el Gobierno va a contramano.

– Se habló mucho del campo minado que dejó el último gobierno, en referencia a los atrasos cambiario, tarifario, un descuido de la inversión en infraestructura, y se ve en la justicia infinidad de juicios por casos de corrupción en la obra pública, con sobreprecios y pagos de trabajos que no se hicieron; el cierre de los mercados externos. ¿Usted cree como economista que un país puede crecer en esas condiciones, sustentado en el consumo y no de modo complementario con la inversión y las exportaciones?

– Nuestro gobierno tuvo más inversión privada, pública y extranjera que toda la que está logrando el gobierno de Macri. ¿Por qué? porque nadie va a invertir en la Argentina si los salarios reales están en caída libre. ¿Invertir para que compre quién? No creo que haya un dilema, una contradicción entre consumo e inversión. Sin consumo no va a haber inversión. Ylo que sucede con una política neoliberal es la reducción de los salarios, porque lo considera como un costo para la rentabilidad empresaria. Usted habló también de atraso cambiario, y el Gobierno también piensa que para ser más competitivos hay que tener bajos salarios, y siempre que no tengamos los niveles de China o de México, por temor de que Brasil piense que estamos desactualizando los salarios…

-¿Eso quién lo dice?

– Yo creo que lo piensa el Gobierno.

– ¿Entonces no escuchó ese objetivo por parte de algún funcionario del Gobierno?

– Sí, yo creo que lo piensa el Gobierno. Es más, creo que no lo podría discutir conmigo, porque lo han pensado siempre esos sectores. Y Mauricio Macri siempre dice que los salarios están muy altos, que los trabajadores deberían laburar los fines de semana, cuando lo debería hacer él, porque se ha tomado muchos días de vacaciones en los últimos 17 meses como para pedir más esfuerzo a los trabajadores. Me parece que hay un doble discurso tremendo. Que un publicista como Durán Barba sea el que define el discurso del Gobierno habla de que no va a decir la verdad. Esto no es muy polémico, es evidente que miente: mintió para ganar las elecciones y ahora que está en el gobierno empezó diciendo que iba a solucionar todos los problemas, la revolución de la alegría, eso no pasó; después dijo que iba a ocurrir en el segundo semestre de 2016; luego dijo 2017; después brotes verdes; después segundo semestre de 2017; pero lo cierto es que la política de ellos no anda. Podemos discutir lo que quiera de nuestro modelo económico, las tensiones, las dificultades, las limitaciones de nuestra propuesta, pero con medidas neoliberales no vamos a arreglar nada en la Argentina.

-¿No dejaron una pesada herencia?

– Pesada herencia…Este Gobierno abrió las importaciones. Hay sectores sensibles de la economía argentina que se vieron fuertemente afectados, como el rubro calzado, textiles, juguetes, cueros, plásticos, fertilizantes, tractores, automotriz, con una demanda que está cayendo, con la tasa de interés por el cielo,por una política de mantener tasas altas, va a fundir la industria. Yo no le veo otra solución, es lo que se empieza a ver por todos lados.

– ¿Cuál es el objetivo de un político de fundir la industria si al mismo tiempo piensa en hacer las cosas bien para poder ser reelecto para un segundo mandato?

– Creo que ellos tienen una idea de país de ser el supermercado del mundo, ser Australia…Para mí son dos definiciones muy malas. Creo que la Argentina debe fortalecer la industria y tener un buen mercado interno, pero en el Gobierno creen que hay muchos sectores industriales que no deberían existir, porque piensan en un país más volcado a la exportación de productos agropecuarios de la pampa húmeda, porque a las economías regionales también les prometieron de todo, pero les está yendo pésimo, a todas, una por una, mucho peor que las que tenían dificultades en nuestro Gobierno, que no se pueden atribuir a la pesada herencia. Uno va a San Juan y le ofrecen vino chileno. Mi opinión es ¡no seas malo, qué tengo que ver yo con que ellos dejen entrar vino chileno. Qué tiene que ver nuestro Gobierno que la tasas de las Lebac hayan aumentado esta semana al 25,5% anual y haya generado una enorme bicicleta financiera más rentable que ningún negocio productivo!. ¿Cómo van a venir inversiones así?. Creo que los menos cínicos, los más serios piensan en un modelo de país más parecido al exportador de comienzos del siglo veinte que al modelo industrial que va de 1945 a los 70. Tienen derecho a pensarlo, estaría bueno que lo diga, porque eso es quebrar hoy un montón de empresas, de pymes, sectores, provincias. Después hemos encontrado muchos sectores donde simplemente grupos asociados al gobierno hacen grandes negocios, como la política de cielos abiertos que pone en competencia a Aerolíneas Argentinas con empresas fantasma; lo que han hecho con el sector petrolero de priorizar a otras compañías antes que a YPF; y los casos de favorecer a empresas propias, pero no quiero profundizar en ese tema.

– En ese análisis destaca los perdedores que se podrá discutir si es causa del modelo o de las nuevas tendencias en el mundo en los métodos de producción y de distribución, y también de compra, desde el propio escritorio de los consumidores o su teléfono inteligente; mientras en la Argentina surgieron los denominados unicornios, empresas con una valuación bursátil de más de 1.000 millones de dólares; se desarrolló las industrias de la informática y culturales muy competitivas a nivel mundial. ¿No cree que el salario debería crecer en base a un cambio en el modelo productivo en la Argentina, con mayor valor agregado y productividad?

– Creo que hay que aprender de nuestra historia. Antes, un breve comentario, el boom de la industria cultural, del software, de la productividad y competitividad de Toyota en la Argentina, todas esas cosas pasaron durante nuestro Gobierno. ¡Es así!, no estamos en contra de eso, todo lo contrario, lo propiciamos. Pero creemos que hace falta en la Argentina un modelo de desarrollo industrial eficiente, exitoso, competitivo, abierto al mundo, pero que requiere todo un trabajo que exige aprender de nuestra historia. La promoción industrial que se prestaba a corrupción, a estafas al Estado, de empresas que vivían protegidas y no invertían, fue una connivencia entre empresarios y el Estado. Pero también hay que aprender de todos los países que se desarrollaron industrialmente durante el siglo XX, y todos lo hicieron con mucha participación del Estado, pero también con premios y castigos. En ese sentido, me parece que porque haya habido algunos empresarios "vivos" que se sostuvieron en base a estafas al Estado, no debemos descartar las políticas que fueron exitosas, y las experiencias exitosas de modernización. Incluso el modelo alemán, norteamericano, australiano, ni hablar del caso chino, del sudeste asiático, Corea del Sur, lo hicieron con alta presencia del Estado. Si los argentinos decimos "el Estado no sirve para desarrollar, o nosotros no debemos tener industrias", creo que estamos condenados a ser un país con muy poca gente tenga buenos ingresos. Incluso esas industrias vinculadas a los servicios requieren de un Estado muy presente en materia de inversión educativa. Nosotros abrimos 19 universidades nacionales y por primera vez en nuestro gobierno se empezaron a recibir más ingenieros que psicólogos.

-Usted habló de "algunos empresarios vivos que vieron del Estado, ¿fueron vivos o hubo connivencia?

– En la etapa de industrialización de la Argentina, de los gobiernos desarrollistas, incluso de dictaduras militares…

– Perdón, me refiero a la época reciente, a los 12 años de su gobierno…

– Creo que en general, en todas las épocas, cuando el Estado se pone a intervenir se abre un espacios para que tienten a funcionarios para obtener algún beneficio. En general, por las historias que se conocen, como los casos de los galpones vacíos de la promoción industrial en la década de los ´60, o el caso de las empresas con fuerte inversión estatal que luego fueron a manos de privados, como Somisa, Aluar, hubo empresarios que se beneficiaron con el concurso de algunos funcionarios.

– Vuelve a irse muy para atrás, insisto con la pregunta inicial ¿hubo connivencia entre empresarios y el Estado en los 12 años de gobierno de los Kirchner?

– Si uno tuviese que pensar cuál sería la proporción de cuántos fueron los empresarios  que se beneficiaron, con respecto a cuánto le dieron a esos funcionarios, diría que fue de 100 a 1. Obviamente, se necesitan las dos cosas. Creo que en la Argentina una de las cuestiones que faltan, y que lo viví como ministro y lo vivo hoy, es que hayan empresarios nacionalistas, con vocación nacional. Tenemos una parte del empresariado que cuando puede piensa en dejar la plata afuera, en cuidarse, hasta vivir más tiempo fuera del país que en la Argentina. Creo, por ejemplo que Brasil tiene un empresariado nacional, más compacto, con un proyecto de industria más clara. Eso sería de gran ayuda para cualquier gobierno.

-¿Cuánto tiene que ver con eso la presión tributaria, porque en  su Gobierno aumentó más de 10 puntos porcentuales, y los servicios que prestó el Estado a la sociedad en su conjunto cayeron?

– No, creo que los servicios no cayeron. Pero de todas maneras, los aumentos en la recaudación tributaria no tuvieron que ver con la creación de impuestos, prácticamente no creamos ningún impuesto.

– A nivel nacional…

– Claro, estoy hablando de nuestro gobierno, con lo cual la mejora en la recaudación tuvo que ver con la mejora en la eficiencia en la administración tributaria, lo cual es obviamente más justo.

– ¿Y el impuesto inflacionario que significó no actualizar las escalas de Ganancias a los trabajadores; ni permitir a las empresas los ajustes de los balances por inflación?, porque Néstor Kirchner terminó su mandato en 2007 con una inflación menor al 10%, y en los ocho años siguientes saltó a más del 25% anual…

–  En este momento hay una inflación que terminó en 40% en 2016, y ahora está cerca del 30 por ciento…

– Pero la pregunta es ¿en los últimos ocho años de su Gobierno aumentaron o no los impuestos a la población trabajadora y a las empresas con el salto de la inflación?

– De ninguna manera. Creo que nosotros apostamos más a la recaudación de impuestos directos, que fue lo que más creció, y es progresivo. Si uno tuviera que pensar en una nueva estructura tributaria no sólo hay que pensar en la presión tributaria, porque si se mira Noruega llega al 55%, pero en países muy subdesarrollados se ubica en el 10%, lo importante es discutir para qué se recauda. Yo soy un gran defensor de un modelo de desarrollo con inclusión social y con industria. Creo que ese es un debate que a veces por chicanas, a veces como con este Gobierno que no está revelando cuál es su verdadero proyecto, estoy convencido, porque se quiénes son los economistas que acompañan a Mauricio Macri, y qué piensan. Eso hay que discutirlo bien. Porque también es un mito que no se invirtió en los últimos 12 años, con datos de las cuentas nacionales que difundió el macrismo, hubo una relación del 20% del PBI; en toda la época del 90 que gobernó el neoliberalismo ese coeficiente no pasó del 16%/17%; o sea que hay que mejorar eso, la forma no es dinamitar el mercado interno. Y Macri ha logrado algo que para mí era muy difícil, tiene al mismo tiempo un salario que no alcanza en la Argentina, es decir es bajo en pesos, pero es alto en dólares, eso complica el mercado interno, por eso las economías regionales que vendían al mercado interno hoy están complicadas, y al mismo tiempo complica a la exportación. Por eso creo que el neoliberalismo nunca sirvió, y para peor lleva a un gran problema que acumula muchísima deuda externa.

– En ese escenario, ¿usted está proponiendo que hay que devaluar?, ¿Cómo cree que se debe romper esta combinación de salarios bajos en pesos y caros en dólares?

– Mauricio Macri se metió en este problema porque desreguló completamente el mercado financiero, y también hizo una fuerte apertura importadora; y además desreguló la cadena comercial y, por tanto mentirosa, porque terminó con Precios Cuidados diciendo que los iba a mantener. Pero en esta situación una devaluación se trasladará totalmente a precios, como le pasó en 2016.

– Hay algo que no cierra. Usted habla de apertura importadora, pero en 2011 su gobierno registró un pico de compras externas por unos USD 74.000 millones, mientras que en el primer año de Cambiemos, ya sin cepos, ni cepitos, cayeron a USD 55.600 millones; y en el primer trimestre de este año mantuvieron un ritmo anualizado similar. Es cierto que hubo en el último lustro hubo un shock externo que no fue explicitado, pero no se advierte una avalancha de importaciones, salvo casos muy puntuales…

– Bueno, nosotros decíamos que enfrentábamos un shock externo, pero se nos decía que eran todas mentiras. Y respecto de la avalancha de importaciones le doy un caso puntual, como es el mercado de las carteras femeninas donde tengo ventas, la demanda cayó un 30%. En 2015 el mercado se dividía en 70% producto nacional y 30% en producto importado, era mentira que estaban cerradas las importaciones. Hoy esas proporciones pasaron a equipararse, 50% cada uno. Conclusión, en un contexto de fuerte caída de las ventas el Gobierno abre las importaciones, y de ese modo, con volúmenes más chicos satura los mercados y genera un gran problema a la industria local. Mientras que una conclusión más general  y macroeconómica es que esta es la primera vez en los últimos 25 años que con caída del PBI, en 2016 bajó 2,3%, aumentan las importaciones. Ahí está el problema.

– No es lo que muestran las cifras del Indec. En 2015 se importó por USD 59.700 millones y en 2016 cayeron a USD 55.600 millones…

– El Gobierno hace una apertura en un contexto fuertemente recesivo, lo cual es doblemente dañino. No es cuestión de negar que existen las dificultades, lo que digo es que Macri no da ninguna solución, que proteja el empleo, que proteja la producción. Eso es lo que a mi me preocupa, porque las respuestas empeoran la situación en lugar de mejorarla.

Fuente: Infobae