Es médico infectólogo, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Muñiz, coordinador del Comité de Emergencia Epidemiológica por la gripe A y asesor del Ministerio de Salud de la Nación. Dijo que las elecciones legislativas del 2 de junio pasado hicieron que se atrasara la difusión sobre la prevención del virus, que la enfermedad ya está amesetada y que no se sabe si puede haber un pico más adelante.

-¿En qué estado está hoy la pandemia de gripe A?

-En Capital Federal está en una meseta. Veremos si la semana que viene sigue así. A nivel país, creo que es más o menos lo mismo. Por ahí algunas provincias han tenido casos, pero también tendiendo a una meseta. No con una gran explosión.

-¿Es posible que después de la meseta haya un nuevo pico?

-No sé si pueda haber un pico. No podemos decir qué va a pasar porque este virus se ha comportado muy diferente al de la influenza estacional. Ese es el virus del que tenemos historia, de este virus no hay historia. Pero creo que no va a haber un pico, por lo menos ahora, en las próximas semanas. No sé más adelante. En México, recién ahora, después de tres meses, hubo un rebrote, así que veremos.

-¿Por qué hubo tantas versiones oficiales encontradas sobre el avance de la pandemia?

-Es que, cuando nos preguntaron en algún momento, en base a lo que había pasado en 1918 con el mismo virus y con lo que puede hacer el virus de influenza estacional, decíamos que podría haber un pico. Pero, por lo que vamos viendo, la evolución no es como decíamos. Nos dimos cuenta de que es mejor ir hablando a medida que va pasando la cosa. Ya tuvimos bastantes sorpresas.

-¿Se manejó correctamente la información oficial sobre la enfermedad?

-La información se retrasó a causa de las elecciones, pero después se largó toda la publicidad que no se hizo antes. Creo que las elecciones ocuparon tanto la atención de los medios en demasía como la del Gobierno, que estaba ocupado en otra cosa. Después que pasaron los periodistas, nos buscaron a nosotros y los políticos preguntaron qué pasaba, ahí recién arrancó la información.

-¿Esto ayudó a que se propagara el virus?

-El virus hubiera avanzado en la misma forma. Sí influyó con respecto a que a la concientización de las personas, que comenzó recién después de que se notificó a la gente sobre lo que realmente pasaba y qué tenía que hacer. O sea, por las elecciones la gente no tomó conciencia a tiempo sobre la gripe A.

-¿Y cómo se maneja la información sobre la cantidad de casos de gripe A?

-No se sabe exactamente la cantidad de casos porque, en el comienzo, cuando estaba la etapa de contención, teníamos el hisopado y entonces contábamos de a uno. Pero, cuando pasamos a la etapa de mitigación, era aproximado, no teníamos conteo diario. Por eso pasamos de 2.000 a 100.000.

-¿Cuántas muestras hay a la espera de un diagnóstico?

-Hay casi 10.000 muestras en retraso en el Malbrán. Ahora se está haciendo casi 400 muestras por día que reciben desde las provincias. Pero ya se está adiestrando gente para que cada provincia haga su análisis. Y el Malbrán va a completar las muestras que tiene pendientes.

-¿Por qué se demoró tanto la descentralización de los análisis?

-Primero fue por seguridad, porque la Organización Mundial de la Salud solamente destinó el Malbrán como el centro para realizar el muestreo. Y después, cuando vio que era un virus que se podía trabajar en otros laboratorios, los habilitó para que los hicieran. Ahí hubo que esperar que se consiguiera los equipos.

-¿Qué le parece la medida que tomó la OMS de no exigir que se informara el número de casos?

-Me parece perfecto. En una pandemia va a haber muertos y enfermos. El contar muertos no nos hace ni más ni menos, me parece macabro. Cuando se termine la pandemia, contaremos cuántos muertos tenemos. Ahora, lo que podemos decir es que hay menos muertos que el año pasado a esta altura con la gripe estacional.

-¿Qué opina sobre la falta de un criterio unificado en el país para tomar decisiones?

-Todas las provincias tenían que tener, a partir del 2005, los planes de contingencia que había pedido la Organización Mundial de la Salud y actuar en base a eso. Como país federalista, cada provincia actuó con lo que tenía previsto. Creo que en salud tiene que haber un patrón y todo el mundo debe adaptarse. El patrón estaba. Lo que pasa es que con una pandemia no hay organismo de salud que no tenga dificultades, por más organizado que esté. Una pandemia hace que los servicios de salud no sean sostenibles. A pesar de todo, pudimos llegar a un nivel bastante óptimo.