La presidenta Cristina Fernández tiene previsto emprender a fines de este mes su primera gira internacional del año con un viaje a Cuba y a Venezuela, en el contexto de una agenda acotada y de nula exposición pública.

La jefa del Estado desarrolla una agenda acotada y se mantuvo fuera de la exposición pública en los últimos treinta días e irá a esos dos países para tomar parte en reuniones con sus pares de la región.

Aunque no hay confirmación oficial todavía, se espera que los días 28 y 29 de enero, la jefa del Estado esté en La Habana para participar de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y dos días después en Caracas para la Cumbre del Mercosur en la que Venezuela le entregará a la Argentina la residencia pro témpore del grupo. Será la primera cumbre con Venezuela completamente integrada al Mercosur ya que días atrás, con la aprobación del Parlamento de Paraguay, quedó formalmente incorporada como miembro pleno.

Este encuentro en Caracas, previsto inicialmente para diciembre pasado, fue luego postergado para el 17 de enero y posteriormente para el 31 del mismo mes, según anunció días atrás el presidente caribeño, Nicolás Maduro.

Sin embargo, algunos medios señalaron que se postergó para permitir que CFK, dado su estado de salud, tuviera la oportunidad de participar de ambas Cumbres en una misma gira. Por el momento, el otro viaje internacional que figura en la agenda de la mandataria es una visita oficial a Marruecos, prevista para mediados de febrero.

El último viaje de la presidenta al exterior fue en setiembre pasado cuando asistió en Nueva York a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Cristina fue operada de un hematoma subdural en octubre pasado y, para evitar el estrés, se mantuvo alejada por recomendación médica de las preocupaciones del poder durante varias semanas en las que fue reemplazada -como marca la Constitución- por el vicepresidente Amado Boudou.

Desde su retorno y hasta el presente, desarrolla gran parte de su agenda en la quinta de Olivos y en pocas ocasiones atendió el despacho en la Casa de Gobierno. Sin embargo, el cambio más notorio en la actividad presidencial es el silencio que se impuso desde hace exactamente 35 días.

El último mensaje presidencial fue el 10 de diciembre pasado en ocasión de celebrarse con un acto en el Museo del Bicentenario los 30 años de democracia. El 19, encabezó en la Casa de Gobierno la ceremonia de ascenso de los jefes militares. DyN