Postal dramática. El interior de una vivienda con el piso -de tierra- totalmente destrozado.
 

Al avanzar por la calle Pellegrini hacia calle 5, en La Bebida, Rivadavia, el panorama cambia de repente. Una cinta de peligro corta el paso, a su lado hay policías que preguntan el motivo y el nombre de quienes pretenden cruzar “la barrera”. Detrás ellos, en la banquina, algunos gazebos. Niños por todos lados, mujeres sentadas en ronda charlando, hombres mirando el panorama. Al costado hay barro, algunas construcciones de adobe con las bases carcomidas, paredes en el suelo y muebles desparramados. Así se ven este lunes los asentamientos Pellegrini y La Paz, en cuyos terrenos viven 190 familias, y que fueron de los más perjudicados por las lluvias de las primeras horas del domingo.

Mientras los padres buscan soluciones, piden ayuda y aseguran que no saben cómo volverán a apuntalar los muros una vez que el barro del piso y las paredes se sequen, los niños parecen vivir en un mundo paralelo. Un grupo improvisó una cancha de fútbol sobre el asfalto, con un arco marcado con cubiertas viejas y otro, con dos cajas de vino vacías. A su lado, unas niñas llenan en el canal sus nuevas pistolas de agua y otra hamaca a su bebote. Son los regalos de Reyes, que llegaron justo en la mañana en que empezó el caos.

Jugar en medio del desastre. Mientras los padres tratan de resolver cómo seguir viviendo en sus ranchos, los niños Juegan. 
 

Todo comenzó este domingo después del amanecer, cuando el cielo de descargó sobre sus ranchos. Aunque el fenómeno duró poco tiempo, la gran cantidad de agua y el tamaño de la piedra que cayeron hicieron estragos.

Cuando el agua llegaba a las rodillas, las familias intentaban sacar algunos muebles y los Bomberos empezaban a desaguar la zona con sus camiones, llegaron los miembros de la unión vecinal del barrio Aramburu. “Ellos fueron los primeros que nos ayudaron y menos mal que están acá”, cuenta Jaquelin Vega, cuya casa, esa que comparte con su marido y sus tres hijos, pende de un hilo.

Inhabitables. Algunos ranchos quedaron destrozados.
 

Es que el grupo llegó preparado con camionetas para trasladar muebles, dos gazebos que instalaron a orillas de la calle y quemadores y ollas para cocinar. Desde ese momento hasta ahora, ya les sirvieron a las familias dos desayunos, una merienda, una cena y antes de este mediodía estaban preparando el segundo almuerzo.

Por su parte, desde la puerta de una de las casas, María Laura Flores cuenta que su vivienda afortunadamente está en un alto y que justo su hijo había reforzado el techo, por eso, pudo dejar sus muebles en el interior de la construcción, pero amontonados. Tuvo que dejar lugar disponible para los de su hermano, cuyo rancho está a punto de colapsar. Mientras la mujer habla se escucha un golpe, aparece una nube de polvo y hay corridas: una de las tres paredes que quedaba en el pie en la casa del fondo se derrumbó.

Ranchos rotos. Así quedaron por dentro las casas después de la tormenta del domingo.
 

Todos piensan en cómo seguir, mientras un grupo de enfermeros y asistentes sociales recorre cada vivienda preguntando quiénes la habitan y controlan que todos estén sanos. Afortunadamente nadie resultó herido, al menos hasta el momento, pero podrían enfermarse, sobre todo porque la mayoría de los pozos negros están colapsando.

A pesar de que les prometen que llegarán con más palos y nylons, aún les queda esperar que todo se seque para comenzar de nuevo. Por eso, todos piensan que pasarán esta noche como la anterior. Muchos separados de sus hijos, que dejaron al resguardo en casa de familiares, otros amontonados. Y todos muy cerca de la puerta o directamente afuera, por temor a escuchar el crujido que anuncia el derrumbe.

La ayuda oficial


El mismo lunes el ministerio de Desarrollo Humano asistía a los vecinos de la zona con ayuda alimentaria y contención sanitaria, tal como lo hizo desde el domingo, luego de que se desatara el temporal. También estaba en el lugar personal de Defensa Civil. El ministro de Desarrollo, Armando Sánchez, le dijo a DIARIO DE CUYO que estaban elaborando un plan de contingencia más amplio, incluyendo las áreas de Salud y Gobierno, para realizar evacuaciones de ser necesario.


Por su parte, desde la Municipalidad de Rivadavia informaron que durante la jornada estaban realizando tareas de limpieza, instalación de baños químicos y asistencia a los damnificados con palos, colchones, alimentos y remedios.

Fotos: Maximiliano Huyema - DIARIO DE CUYO