Hubo más tránsito vehicular que otras noches. Las veredas de algunos rincones sanjuaninos se llenaron de mesas y sillas, mientras que las luces y la música de muchos bares hicieron que la calma, que marcaba el paso de las últimas horas de cada día, desapareciera en muchos lugares. Es que, después de más de 80 días sin abrir sus puertas, los locales gastronómicos volvieron a su actividad. Sin embargo, a pesar de que la expectativa era alta y sobre todo las ganas de volver al trabajo eran inmensas, hubo poco movimiento de gente en la primera noche, el viernes pasado. Y lo positivo del debut de esta actividad fue que hubo mucho respeto del protocolo. En promedio, los locales gastronómicos estuvieron un 38% ocupados.

En la entrada de varios locales, el olor a lavandina se podía percibir a la distancia. Los trapos de piso mojados para que las personas se limpiaran el calzado y la cartelería explicativa de cómo lavarse las manos fueron algunas de las postales que se repitieron en los restoranes o bares que abrieron durante la primera noche. A ellas se sumaron las personas tomando la temperatura y pidiendo los datos para crear el registro, que es lo que exige el protocolo de Salud Pública.

Los restoranes fueron los lugares que menos movimiento de gente tuvieron. Esto, al igual que los patios de comidas de los shopping o paseos de compras. Los dueños o encargados de estos sitios dijeron que para ellos, la poca concurrencia tuvo que ver con la edad de sus clientes. Es que sus comensales suelen ser adultos mayores o familias con niños y ellos opinan que serán los que tardarán más tiempo en tener confianza y volver a salir. "Sólo ocupamos el 10% de las mesas. Hay muy poco movimiento, nosotros calculamos que es porque nuestros clientes generalmente son personas grandes y son los que menos salieron", dijo Lucas Chicahuala, de La Faustina. En estos lugares, a pesar de que hubo poca gente, los clientes no pudieron disimular la alegría de salir, sobre todo los que fueron a cenar con niños. "Estaba desesperado por volver a comer una hamburguesa. Nos daba un poco de miedo, pero decidimos venir y respetar las normas de seguridad para estar tranquilas", dijo Marianela Carranza y comentó que estaba contenta porque donde ellos comieron habían dispuesto las mesas bien separadas para evitar tener contacto con otros comensales y eso le transmitía seguridad.

La otra cara de la noche la dieron los bares o cervecerías. Estos lugares fueron más concurridos. "Creemos que el hecho de tener clientes más jóvenes hizo que tengamos más gente que otros lugares. Nosotros cambiamos la disposición de las mesas y hasta la forma de trabajo. Antes la gente venía y se servía sola su comida y su cerveza, ahora tuvimos que poner mozos para evitar que los clientes se junten en la barra", dijo Melo García, uno de los propietarios de la cervecería Ancestral, que estuvo casi llena los tres turnos que hicieron. Lo mismo sucedió en Antares, donde la gente pidió de antemano sus reservas e hizo que hubiera mucho movimiento durante toda la noche. "Nos sorprende que las personas están muy dispuestas a respetar las normas. Si les pedimos que se coloquen el barbijo para ingresar a los baños lo hacen sin problema y eso está bueno porque estamos tomando conciencia", agregó Louis Laraignee, propietario de este bar en el que también hubo muchas personas jóvenes.

Las cartas virtuales son una de las principales exigencias del protocolo. Y, al menos los locales que este medio visitó, cumplieron con ese requisito que busca evitar el contacto de los clientes y los mozos. La mayoría optó por los códigos QR para que los clientes los escanearan y pudieran tener la variedad de comida y bebidas que el local ofrece. Sin embargo hubo otros que eligieron enviar a través de Whatsapp los menúes cuando las personas hicieron las reservas. "De este modo los clientes ya vienen con la idea de lo que van a comer y beber y así optimizan más el tiempo dentro del bar", explicó Ramiro Atencio, del Bar de Fábrica, uno de los locales que aplicaron este sistema.

Historias

Un festejo inesperado

Naomi Correa nunca pensó que iba a poder festejar su cumpleaños. "Cuando dijeron que se podía salir reservé de inmediato", dijo la joven que estuvo acompañada por sus amigos Nahuel Zeballos, Karen Galdeano, Micaela Galdeano, Romina Correa y Victoria Flores.

Reunión con alegría

Tamara Alfaro, Tomás Godoy y Andrés Romero son amigos desde hace muchos años y durante la noche de apertura de bares y restoranes no pudieron disimular la alegría. Compartieron la cena y se sacaron muchas selfies para compartir en las redes e inmortalizar ese momento.

Salida en familia

Paola Molina, Fabricio Romero, Fabricio García y Nazareno Navarro fueron en familia. "Nazareno tiene 6 años y esta es la primera salida. Además, lo hicimos porque consideramos que de esta manera ayudamos a alguien económicamente", dijo Paola.

Juntada de amigos

Josefina Venier, Guadalupe García, Agustina Fernández, Gian Franco Pelizzari, Lisandro Andrada y Francisco Esnaola fueron a Ancestral luego de muchos días sin verse. Los jóvenes reservaron una mesa con anticipación y disfrutaron de una noche entre amigos.