Fue una verdadera revolución. Los sanjuaninos lo esperaron con ansias y cuando llegó se convirtió en furor. El 15 de diciembre de 1993, a las 21.30, se produjo la inauguración oficial del primer shopping de la provincia. Hasta ese momento, no había un paseo de compras de características similares. Y eso tenía a todos encantados.   

El Del Bono abría finalmente sus puertas, ante una multitud que llegó hasta el lugar para participar en vivo y en directo de lo que por entonces  era un hecho histórico. Con casi 4 hectáreas de superficie, 75 locales comerciales, 30 en planta baja y 45 en el primer piso, el edificio de 5 mil metros cuadrados se emplazó sobre Ignacio de la Roza, entre calle Del Bono y Circunvalación. La ubicación elegida no fue casual, sino que se pensó en la necesidad de descentralizar el circuito comercial de ese momento, situándolo en un lugar de paso casi obligatorio para una porción importante de la sociedad.

Además, tenía dos ascensores panorámicos con capacidad para 17 personas cada uno. Un supermercado y hasta una sucursal del Banco San Juan ¡con cajero automático¡ Sí, era el año 1993.

El shopping, antes de abrir sus puertas.

De arquitectura inglesa, sus diseñadores buscaron lograr una “perfecta armonía” que incluía espacios verdes, pérgolas, fuentes de agua y palmeras. Con fachada de ladrillo visto, techo de madera a dos agua, con tejas normantadas y pisos de lajas, travertinos y otros, deslumbró por su belleza arquitectónica. Por primera vez, San Juan tenía su shopping. “Al más alto nivel y en el mejor lugar”, fue el slogan que tuvo cuando nació.  

“La palabra encuentro me gusta mucho para describir lo que significa para nosotros el centro comercial que proyectamos. No lo hicimos copiando otros, sino adaptándonos a las necesidades y características de los sanjuaninos”, decía en ese momento Hugo Goransky, socio propietario del emprendimiento.

Así lucía en una previa navideña, en 1994.

Para su construcción se tuvieron en cuenta algunos detalles más que particulares. En primer lugar, se ubicó de espaldas al Sur, protegiéndolo del frío en el invierno. “Para el verano hemos previsto una gran fuente de 70 metros en el frente, cuyos chorros de agua funcionarán como una amplia cortina refrigerante”, agregó Goransky. Los responsables del proyecto tuvieron en cuenta la idiosincrasia de los sanjuaninos, sus preferencias y necesidades.

La implementación de un horario que contemplaba la siesta y que se extendía durante la noche era toda una novedad. La idea era que el shopping tuviera horarios diferentes a los del centro comercial, por eso la atención al público comenzó siendo de 10 a 13 y de 15 a 21, de domingos a lunes.

La noche de la inauguración.

Entre los comercios más importantes se encontraban El Trust Joyero, Heladería Habanna, Casa Saenz, Revelado Kodak, Dibella, Chango Cueros, La Rueca, Bocatto y Misia Pepa. Además, el supermercado José González, con un salón de 1200 metros cuadrados, brindaba atención de corrido, lo que lo convertía en un gran atractivo. La playa de estacionamiento contaba con lugar para 200 vehículos.

La noche de la inauguración, hubo suelta de globos, corte de cintas,  la actuación del coro universitario y de Jazz Ensamble con un repertorio de los años 50. Autoridades e invitados especiales fueron agasajados con una copa de champagne y posteriormente recorrieron las instalaciones del flamante shopping.

Las pérgolas.

Para la ocasión se montó un escenario sobre la avenida, en el que las autoridades de gobierno saludaron a los presentes. Hubo palabras de Emilio Mendoza Manzur, a cargo de la gobernación por un viaje a Chile de Juan Carlos Rojas, quien dejó una carta que se leyó minutos antes de la apertura. Además, hubo una ceremonia conjunta católica- judía, en la que tanto el obispo Ítalo Severino Distéfano como Eduardo Ginieniewicz, bendijeron el edificio. 

La fuente para amenizar el calor

Ocaso y renacer

Pese al furor inicial, a los pocos años los sanjuaninos comenzaran a alejarse y el Del Bono Shopping dejó de ser un lugar de consumo para los sanjuaninos. De hecho, la crítica situación de los comerciantes hizo que el lugar sufriera varias remodelaciones estructurales.

Incluso llegaron a barajarse varios proyectos de mejoras. Uno de ellos incluía trasladar a planta baja los pocos comercios que quedaban y destinar la parte superior a eventos sociales y culturales como exposiciones o desfiles de modelos en una de las alas, y en la otra implementar un patio de comidas. Otra de las ideas circuló en torno a cerrar la estructura edilicia para permitir un recorrido circular no rectilíneo y lograr un espacio más armónico. También se pensó en buscar una solución arquitectónica que otorgara elementos de retención: lugares cerrados, para sentarse, patios de comida. Además de unir el supermercado y colocar escaleras mecánicas.

El más cercano a ellos y que finalmente se concretó es el que reina en la actualidad: locales comerciales en la planta baja. Además de bares, casas de venta de indumentaria, regalerías, joyería, cajeros, un lavadero, kiosco de revistas, banco, inmobiliarias, oficinas profesionales y salones de belleza.

Además, la llegadas del casino y del Hotel Del Bono ayudaron a concretar el difícil renacer del primer shopping de San Juan, que sigue estando vigente pese a todas las dificultades.