El oficio le llegó casi por herencia. Su primo, que desde los 15 años era cerrajero puso un local y pidió apoyo familiar. María Luisa Díaz, o Carina como todos la conocen, se prendió y de a poco le fue agarrando la mano. Después, quedó sola a cargo del local y se terminó transformando en la única mujer cerrajera de la provincia. Hoy, a sus 54 años asegura que “la cerrajería es especial, tiene que gustarte. Si no, no podés con ella”.

“Es difícil porque no hay dónde estudiar cerrajería y la técnica se adquiere solo con práctica. Con mucha práctica. Yo empecé con primo en 2000 y me llevó un tiempo ponerme a hacer las llaves. Pero una vez que uno aprende, es un oficio muy entretenido”, aseguró la mujer, que fue elegida por sus pares como presidenta de la flamante Asociación de Cerrajeros, que acaba de ver la luz.

En cuanto a las claves de su trabajo, Carina asegura que son dos: imaginación y precisión. “La imaginación es básica. A veces uno tiene que abrir una cerradura y ni siquiera sabe por dónde empezar. O necesita una herramienta o un instrumento muy particular y no lo tiene y no le queda más que el ingenio”, explicó.

Mientras que, en torno a la precisión aseguró que “es un trabajo muy fino, se debe hacer bien, con cuidado y sin nervios. Aun cuando haya apuro. Me ha pasado de tener que abrir una puerta para que salga un niño del baño y es difícil, uno sabe que tiene que trabajar rápido pero bien”.

En relación a la diferencia de género con sus pares dice que ellos la respetan mucho, de hecho por eso la eligieron como presidenta de la institución, pero hay clientes que se siguen sorprendiendo. “Me pasa que entre algún hombre y me pregunta: ‘¿Está el cerrajero?’. Le respondo que para qué lo necesita y me dicen que para hacer una llave, le digo que me la den y de inmediato surge: ‘¿Usted me va a hacer la llave?’. Sí, les respondo y me pongo a trabajar frente a ellos. Se quedan sorprendidos”, confió.

Esos comentarios le causan gracia. Los que le molestan son los que tienen que ver con el costo de sus servicios. “Muchas veces la gente dice: ‘¿Te demoraste cinco minutos y me cobras esto’? Me han llegado a decir que prefieren contratar a un ladrón. Pero yo les explico que mi trabajo es complejo, que tengo que lograr que estén protegidos y hacer las cosas bien. Es complicado que quien no está en el oficio entienda de qué se trata”, sostuvo.

 

En cuanto al futuro, quiere seguir delante de su local, ubicado en Villa Krause, en Rawson, y lograr la mayor cantidad de beneficios para sus colegas. Mientras buscan a alguien a quien pueda transmitir su arte. Al respecto, aseguró que “no tengo hijos, estoy sola en la cerrajería, pero una siempre está dispuesta a enseñar a los demás”.

La entidad

La creación de la Asociación Cerrajeros de San Juan fue un sueño de Julio Bustos, quien falleció hace 2 años sin poder ver concretado su proyecto. Su intención, y la de un grupo de colegas, era convocar y unir a todos los cerrajeros de la provincia. Después de 11 años del inicio de los trámites, ahora la entidad logró la personería jurídica. Cuenta con 10 integrantes y 35 socios.

El próximo 13 de noviembre se celebra el Día del Cerrajero. En ese marco, el 18 de noviembre se realizará una cena en la que se reunirán todos los cerrajeros.

*Fotos: Marcos Urisa