Dentro de 3 domingos, María Emilia Colombo y Andrea Bustos se despertarán y notarán que algo cambió. Tanto las coronas como las bandas y las capas que supieron cargar a lo largo de un año ya estarán en otras manos. Sin embargo, ellas aseguran que hay algo a lo que se aferraron tanto que no lograrán sacarse nunca: la camiseta de San Juan. De ese modo, las actuales Reina y Virreina de Sol ven su futuro con nuevos desafíos y emprendimientos personales, pero sin poder dejar de lado su papel de representantes sanjuaninas.

“Hemos conocido tanto a San Juan que lo promocionamos sin importar si estamos con la capa puesta o no. Más allá de que dejés la corona, es como que te ponés la camiseta de tal modo que ya no te la podés sacar”, asegura María Emilia. Y Andrea explica que “te transformás en una promotora de tiempo completo. A mí me pasa incluso si hablo con un sanjuanino y me dice que se va de vacaciones a otro lugar. Le digo: ¿Por qué no te quedás acá? Y le enumero las alternativas que tiene la provincia. Yo siempre tuve la idea de estudiar Turismo y después de esta experiencia sé que realmente es lo que quiero. Pienso empezar la carrera en cuanto pueda”.

A pesar de eso, la despedida de su título de soberanas pesa sobre sus espaldas. Aunque ya tiene 20 años, con la voz entrecortada, los ojos brillantes y un dejo de capricho, Emilia parece transformarse nuevamente en una niña mientras asegura: “¡Es que no me quiero ir!”. Andrea, la mira con ternura y dice que “de a poco he ido entiendo que esta etapa ya se termina. Pero, Emilia todavía no cae”.

La situación de las chicas fue diferente desde el principio. Emilia cuenta que su momento de mayor emoción se dio cuando los locutores de la fiesta anunciaron que era la nueva Reina. “Mi gente subió al escenario a felicitarme. Estaban todas las personas que yo más quiero, mi familia, mi novio, mis amigos. En ese momento sentí que no necesitaba nada más”, dice con nostalgia. Y es que ella tenía esperanzas de quedarse con alguna de las coronas y por su experiencia en otros concursos de belleza estaba preparada para eso.

A pesar de haber estado a centímetros de su compañera, Andrea tuvo otra sensación, estaba un tanto perdida. Es que quien terminó transformándose en Virreina dudó incluso en presentarse como precandidata en su departamento, se sorprendió al ganar el lugar de candidata y más aún al obtener el título nacional. “Me costó asimilar que me habían elegido Virreina, no lo esperaba. Pero después puse los pies sobre la tierra y me di cuenta de que tenía una oportunidad única”, dice la angaquera.

Pasó el año y las chicas cumplieron con sus funciones a la par y divirtiéndose en cada momento. Pero al final lo vivirán tal como el principio. Mientras Emilia se aferra a su título de Reina, Andrea está preparada para dejar ir su lugar de soberana. “En los últimos meses, Emilia estuvo viajando para representar a la provincia. Yo, en cambio, participé casi en todas las elecciones de las nuevas candidatas. Me fui preparando de a poco para el final”, explica Andrea. Y dice que, a diferencia de su compañera, que añora el momento de la elección, cree que el momento de mayor emoción para ella está por llegar. “Sueño con el Carrusel. Yo participé 3 años seguidos bailando al pie del carruaje de Angaco. El año pasado lo viví desde arriba del carro y desde ahí veía cómo la gente de mi departamento me apoyaba. Pero esta vez vamos a desfilar como representantes de la provincia, vamos a ir en el carro que abre el Carrusel y sé que me voy a emocionar muchísimo”, confiesa la Virreina.

Ahora, a sólo 13 días de la elección de las nuevas representantes sanjuaninas, las chicas piensan vivir sus participaciones durante la fiesta disfrutando todo. Y, aunque se resisten un poco, piensan cómo será el final de su reinado, el próximo 22 de febrero, en el autódromo El Zonda-Eduardo Copello. “Todavía no nos dijeron si tenemos que grabar un video de despedida para esa noche. Yo creo que si nos hicieran hablar en vivo no llegaría a decir ni dos palabras. Esta situación me emociona mucho”, cuenta Emilia.