Foto ilustrativa

Semanas atrás, el bebé de 4 meses Jerónimo Pérez fue noticia en varios medios provinciales: la obra social Galeno no autorizaba los trámites necesarios para que fuera trasladado al Hospital Garrahan, uno de los pocos que cuenta con el nivel complejidad en la aparatología para tratar la cirrosis grado 3 que padece el bebé desde su nacimiento. Este viernes, la historia que parecía sentenciada puede cambiarse y, con el destino de su parte, escribir nuevas horas alegres en la vida de una familia que tuvo que sufrir y combatir el malestar de una enfermedad que, varias veces, resultó mortal.

Los embates no cesaron: Eloísa Godoy, Jonathan Pérez y Mónica Rojas –madre, padre y abuela de Jerónimo- debieron luchar duramente con la burocracia de una obra social que desoyó e ignoró la realidad. Con un bebé de apenas 4 meses, tuvieron que abandonar su Valle Fértil natal en busca de una mejor atención hospitalaria, lo que llevó a que Gerónimo fuera internado y operado en el Sanatorio Argentino. Las complicaciones posoperatorios no demoraron y los médicos recomendaron el traslado urgente a una institución que tenga las herramientas necesarias para un buen tratamiento. La vida del bebé pendía de unos pocos hilos.

El nosocomio más recomendado fue el Hospital Garrahan, pero las demoras de Galeno retrasaron el  viaje –que finalmente se hizo en el avión sanitario provincial- y ocurrió lo más temido: la cama reservada debió ser ocupada por otra urgencia y Jerónimo quedó a la deriva. Cierto es, según cuenta Mónica Rojas, que la casa central de la obra social tomó “cartas en el asunto” gracias a la nota de DIARIO DE CUYO. “Después de la nota que hizo su medio, el Galeno de Buenos Aires se hizo cargo de todo”, contó Mónica. Una vez en la provincia bonaerense, la decisión fue que Jerónimo se internara en el Hospital Universitario Austral. Además, se consiguió un departamento para que la familia pudiera estar con el bebé –los separan 12 cuadras de distancia.

El Austral, como le llaman coloquialmente, es una prestigiosa institución dedicada la asistencia, docencia e investigación médica: contaba con todo lo necesario para que Jerónimo pueda atenderse y estar bien con todos los cuidados necesarios. Pese a esto, las complicaciones continuaron y sólo un trasplante de hígado puede salvarlo. Allí apareció Eloísa, que se hizo todos los análisis que hicieron falta y, tuvo la alegría –unas de las pocas, últimamente- de ser compatible en un 99%.    

Mañana viernes, a las 6, es la esperada y necesaria cirugía, “una esperanza más”. De salir todo bien, los médicos le aseguraron a la familia que Jerónimo tendría condiciones de normalidad y podría llevar una vida saludable. Por eso, Mónica hizo un pedido especial a los sanjuaninos: “En estos momentos la oración es necesaria y nos hace fuertes. Yo creo en la solidaridad de mi gente” dijo.