Por Celeste Roco Navea
Dentro de lo que es la violencia de género, la misma se puede manifestar en una infinidad de maneras. Si bien algunas lograron formar parte del sistema judicial y tienen sus condenas establecidas, hay otras igual o más dañinas que no son consideradas delitos en los libros y deriva en el peregrinar de mujeres buscando una solución a sus situaciones. Uno de esos tipos es la violencia vicaria.
El término se refiere a la violencia que ejerce el hombre sobre la mujer, con quien tuvo un vínculo de pareja y el mismo termina, generalmente por decisión de la mujer, derivando en una separación, divorcio o denuncia. El daño no se hace de manera directa, sino utilizando a los hijos como instrumentos para perjudicar a la madre.
Dentro de las acciones que representan este tipo de violencia están el inicio de procesos judiciales basados en falsas denuncias, restricciones de visita o prohibir directamente el contacto del hijo con su madre, separación forzada, sustracción ilícita de los menores y en casos más graves, la muerte. También se incluye la manipulación psicológica con el fin de demonizar la imagen de la madre ante sus hijos.
En estos casos, la violencia no solo tiene como víctima a la mujer, sino también a los hijos e hijas de la misma.
El problema que en la actualidad presenta este tipo de violencia es que, similar a otras formas, no hay un conocimiento sobre la misma, en qué consiste o siquiera que tiene un nombre. “Los organismos que en San Juan deberían saber que existe no lo saben y es horrible porque te sentís sola. No hay leyes que te protejan. Por eso, desde lo personal, mi intención es darle difusión a este tipo de violencia, para que las madres que estén en la misma situación sepan que no están solas y encuentren contención”, comenta Carolina, la referente sanjuanina del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria, un grupo que se conformó con el fin de visibilizar esta forma de violencia e impulsar un proyecto de ley que la condene.
Las leyes actuales no ven esta problemática como un delito, sino como un problema entre pares, pero la cantidad de casos que se tratan en el Frente demuestran que es un problema que va mucho más allá de un conflicto de intereses. En por ello que una de las acciones del Frente es impulsar un proyecto de ley que permita modificar la Ley 26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres.

La intención es presentar el proyecto de ley nacional, tomando como referencia las normas que hay sobre la materia en México y en España, e impulsarlo a partir de marzo del año que viene. “Hay muchos profesionales interviniendo, desde abogados, psicólogos, sociólogos, más los casos de todas las madres del frente que fueron y seguimos siendo víctimas”, detalló Carolina.
Y continuó: “Mi intención es poder reunirme con distintos organismos y personas para hacer charlas y conversatorios visibilizando esta forma de violencia”.
El caso de Carolina y un dolor que lleva tres años
Carolina es una madre que hoy no puede ver a una de sus hijas debido a la violencia vicaria. Todo inició cuando su ex pareja le realizó una denuncia en el ámbito penal y como primera medida judicial apartaron a la menor de su lado. Cuando la Justicia demostró que la denuncia no tenía sustento, el daño ya estaba hecho.
“Tuve que pasar por dos denuncias penales, ambas comprobadas que fueron falsas, con informes que indicaban que el progenitor induce a la niña. Cuando no pudo seguir basándose en la denuncia penal, comenzaron las denuncias en la parte civil”, detalla Carolina.

Actualmente se encuentra en un nuevo proceso de revinculación con su hija, indicado por un magistrado, pero el mismo no es cumplido por el padre ya que no facilita el contacto de la menor con su madre. Al respecto, la sanjuanina comenta que ha realizado las denuncias al respecto, pero la intención de aislarla es clara.
“Solo quiero volver a estar con mi hija. Somos mamás que queremos recuperar nuestros hijos que son sometidos a esta locura y hechos de violencia que los tienen como instrumento”, comenta.
Cómo identificar la violencia vicaria
Se puede identificar teniendo en cuenta lo siguiente:
Indicadores emocionales: dentro de este aspecto, encontramos el uso de los hijos como herramienta de chantaje para ejercer control o causar sufrimiento; amenaza con dañar a los menores o alejarlos de la víctima; hacer sentir responsable a la víctima de cualquier situación que dañe a los infantes.
Indicadores en los hijos e hijas: el agresor puede utilizar a los niños como medio para transmitir mensajes dañinos, espiar o manipular emocionalmente a la víctima; como castigo se impide el contacto de los hijos con su madre; los menores son testigos de situaciones de violencia hacia la víctima o sometidos a situaciones traumáticas como forma de daño indirecto.
Control y manipulación legal: hay un abuso en el uso de los procesos judiciales, con falsas denuncias, demandas de custodia, entre otras; manipulación de los menores para que rechacen o desprecien a la víctima en contexto de audiencias o procesos de revinculación.
Qué hacer ante un caso de violencia vicaria
Las mujeres víctimas de violencia de género o intrafamiliar pueden acudir a CAVIG, ubicado en calle Rivadavia 425 oeste, esquina Av. Alem. Allí recibirá el asesoramiento adecuado y se tomará la denuncia.
Además, se pueden contactar con el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria por medio del Instagram @fncvvargentina, o comunicándose con Carolina al 2646038298 para recibir mayor información, asesoramiento y contención.

