Un desarrollo sanjuanino podría transformarse en una herramienta de gran uso para el cuidado de cultivos. Se trata de un robot fumigador creado por los doctores Pedro Bocca, Ricardo Carelli y Carlos Soria, investigadores del Instituto de Automática (INAUT), unidad de doble dependencia entre la Universidad Nacional de San Juan y el CONICET.
Este dispositivo, que en agosto de 2025 recibió la patente del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI), está diseñado para detectar plagas en árboles y plantas y aplicar tratamientos foliares de manera precisa y selectiva. El registro se concretó bajo la denominación “Método de aplicación de tratamientos líquidos de acción foliar y brazo motorizado de configuración adaptable para implementar dicho método”. Con esta, la UNSJ ya suma nueve patentes propias.
La idea comenzó a gestarse en 2019, a partir de la tesis de doctorado de Bocca, titulada “Detección y control preciso de plagas en agricultura intensiva”. Desde entonces, junto a Carelli (director de tesis) y Soria (codirector), el investigador avanzó en el diseño y la construcción de un prototipo capaz de trabajar en campo con lo que él mismo define como “precisión quirúrgica”.
La fabricación contó con colaboración local. “El robot se construyó en un taller mecánico de San Juan; allí cortamos y armamos piezas, y luego completamos el ensamblaje en el laboratorio del INAUT. Todas las partes y el software fueron diseñados por mí”, relató Bocca.
Cómo funciona el robot fumigador sanjuanino de la UNSJ
El robot funciona de manera totalmente automática. Tiene un sistema láser que detecta la forma del árbol y reconoce si está infectado con alguna plaga. “A través de inteligencia artificial el robot es capaz de detectar el grado de enfermedad del árbol para seleccionar el nivel de dosificación en función del tratamiento requerido. El algoritmo de control incorpora la IA para ello”, detalló el investigador.
Una vez realizado el diagnóstico, el sistema busca la forma óptima de estiramiento de su brazo mecánico de acuerdo a la estructura del árbol y aplica la sustancia química. El dispositivo está montado sobre un cuatriciclo autónomo con sistema GPS, lo que le permite recorrer parcelas, mapear el estado de los cultivos y detectar zonas enfermas. “Entonces ahí, con el pesticida, el robot hace un correctivo en el árbol infestado y un rocío preventivo en los que están a su alrededor”, agregó Bocca.
El uso es simple: el operario solo debe cargar combustible y el líquido de tratamiento. “Suponiendo que el robot está en un garaje, se le carga el líquido pesticida o fertilizante, se enciende mediante su llave on y se va solo hasta la línea de árboles y realiza su trabajo. La persona lo único que hace es cargarle combustible y el pesticida”, explicó Bocca a la Revista LaU.
Hoy el prototipo funciona con motor a combustión, pero los investigadores ya proyectan una versión eléctrica, más amigable con el ambiente y alineada a las nuevas tendencias en energías limpias.
Con esta innovación, San Juan suma un nuevo aporte al desarrollo tecnológico aplicado a la agricultura, combinando robótica, inteligencia artificial y conocimiento local para enfrentar de manera más eficiente y sustentable el desafío de producir alimentos.
Fuente: Revista LaU (UNSJ)

