"¿Por qué no bailás un tango, apretadito a tu piba? La vas a sentir mas fiel, más cerca de tu querer, más cariñosa y metida. ¿Por qué no bailás un tango acurrucado en su amor?". Este fragmento de tango de Héctor Marcó es uno de los tantos que hacen alusión al sentir de esta danza de la que muchos bailarines del planeta han convertido en su devoción. Tanto que ya está todo preparado para que comience la Octava edición del Mundial de Tango, en la que San Juan contará con dos parejas que la representarán el próximo 28 de agosto en las semifinales en el Teatro Coliseo de la Ciudad de Buenos Aires.

Allí participarán las parejas elegidas en el preselectivo realizado en la provincia en el que participaron unas 30 parejas.

Los representantes locales son Leo Ortíz y Natalia González en la categoría Tango Salón, y la pareja de Fernando Muñoz y Carla Foroni en Tango Escenario. Si bien es el estilo el que marca la gran diferencia, ambas parejas coinciden en que el sentimiento debe acompañar o superar la técnica porque como dice Leo "el tango se baila sintiendo el corazón de tu compañera, y ella sintiendo el tuyo".

Natalia y Leo

Natalia González tiene 27 años, es Licenciada en Nutrición, y empezó a bailar tango solo hace cinco, pero dejó y retomó hace dos. "Antes bailé folklore, salsa y después llegué al tango. Retomé con la llegada de Leo a San Juan, él es mi profesor", dice Naty.

Leo Ortíz tiene 33 y regresó de San Luis -donde vivió varios años-, y creció como bailarín partir del Plan de inclusión social que contenía un programa de promoción cultural con talleres de tango entre otros. "Comencé a tomar clase y a los dos meses quedé en el ballet y a los dos años me convertí en el profesor", cuenta leo.

Su camino en esta danza no paró desde hace seis años, tomó clases con profesores en Buenos Aires para perfeccionarse y decidió dedicar toda su vida a esto.

Actualmente dicta clases en los institutos Gitana e Imperio Gitano con mucha concurrencia de gente joven.

Leo derrocha elogios de su compañera y llega a decir que "Naty es la Maradona del tango". Claro está que la admiración es mutua ya que él es su profe.

El tango salón a diferencia del de escenario no tiene coreografías pre establecidas, ni saltos por el aire, ni despliegue escénico, es pura improvisación.

"Bailar el tango no es lo mismo que hacer una coreografía, en nuestra categoría subimos al escenario con otras parejas ponen tres tangos sin que los conozcamos de antemano y bailamos en una pista con ciertos códigos dispuestos. En el tango salón se puede bailar el mismo tango cinco días seguidos que siempre se baila distinto", explica.

Formar una pareja de tango parece ser algo tan complicado como formar una en el amor. Se necesitan muchos factores tales como química, pasos en conjunto y armonía, sentimientos, además de talento.

"Naty se destaca por el abrazo que es muy importante en el tango, junto con la musicalidad y la elegancia", dice leo, mientras Natalia asegura que lo más importante es "transmitir".

"Nunca me hubiera imaginado ser la pareja de baile de leo, pero nos encontramos y decidimos un mes antes de la competencia que íbamos a participar", dice Naty.


Carla y Fernando


Carla Foroni, tiene 28 años, empezó a bailar tango en el año 2000 y nunca antes había bailado nada. Todo comenzó porque Gerardo Lecich era su profesor en la Escuela Industrial y decidió asistir con un par de compañeros. Carla ya es ingeniera civil y el tango es gran parte de su vida.

Fernando Muñoz (a punto de cumplir los 23) empezó muy joven en los talleres teórico-práctico de tango del Colegio Central Universitario. Actualmente ya es estudiante avanzado de bioingeniería.

Allí no sólo aprendió el baile si no también su historia, su filosofía. De ahí pasó a formar las filas del staff de Lecich y no se alejó más si no que, por el contrario, quedó integrado al ballet.

Algo curioso es que ninguno tenía antecedentes en la danza, menos aún en el tango. Carla confiesa que "en mi casa nunca escuché uno. Hasta que no conocí a Gerardo (Lecich), no supe que me gustaba el tango".

Desde hace tres años, Carla y Fernando son pareja de escenario, de hecho el año pasado se presentaron en Buenos Aires y de las 400 parejas participantes obtuvieron el lugar 54.

A diferencia del tango salón, el vestuario, el maquillaje, la coreografía, forman parte vital de la danza.

"Es más show y tiene códigos diferentes al tango salón que nunca rompe el abrazo. Es una coreografía preparada, en nuestro caso bailaremos "Por una cabeza". Para esta pareja participar del Mundial es "lo máximo".

"A uno le gusta subirse al escenario, hacer lo mejor y saber que ahora uno puede llegar a un público tan exigente es mucho. No hay que olvidar que estar en las semifinales con unas 30 parejas elegidas ya es bastante. Por supuesto que lo ideal sería llegar a la final", dice Carla quien prefiere los tangos "intensos".

Reconocen que formar una pareja de tango requiere "confianza ciega" en el otro, las cosas deben funcionar bien debajo y arriba del escenario.

Estas son las dos parejas del Mundial, con la misma ilusión: Llegar a la final y obtener algunos de los 10 primeros puestos que son los de gran reconocimiento.