Si algo les falta a las grandes ciudades son espacios verdes donde sea posible disfrutar de la naturaleza y de la presencia de especies que cada vez se pueden ver en menos ocasiones, como los colibríes y las mariposas. Crear jardines de polinizadores es una tendencia mundial para conservar a los animales que ayudan a la mayoría de las plantas del planeta a producir sus frutos. Los polinizadores son especies animales que se alimentan del néctar de las flores y transportan accidentalmente el polen de una flor a otra, lo que permite que la mayoría de las plantas produzcan frutos. He aquí el colibrí, uno de ellos, una pequeña ave que llama la atención por su plumaje de colores y su aleteo incansable.

  • Los mensajeros del polen


El pequeño animal hace su trabajo de fertilizador casi con precisión quirúrgica, a partir de lo que los especialistas llaman tener una relación mutualista con las plantas. Para ello, primero ingresa raudamente, en busca de la cámara de néctar que está casi en el fondo de la flor. Sin la labor del colibrí, muchas especies de plantas no se podrían reproducir. Inmediatamente después acude a otra flor, hace el mismo operativo, se nutre y, tal vez sin desearlo, deja caer el polen que llevaba de la otra planta por la que merodeó minutos o segundos antes. El mutualismo, ese mágico proceso, sin embargo, comienza a verse amenazado en algunas partes del mundo debido a dos factores que, en rigor, son atribuíbles a esa especie invasora llamada ser humano: la destrucción del hábitat o los ecosistemas, y el proceso de calentamiento global, que ya provoca alteraciones en animales de distintas especies. Existen aproximadamente 343 especies de colibríes en todo el mundo y en Sudamérica son 258. Un colibrí aletea más o menos 80 veces por segundo. Se estima, a su vez, que comen unas ocho veces por hora, en períodos que duran entre 30 segundos hasta aproximadamente un minuto. Es una máquina prácticamente imparable. Durante la noche descansan colgados de alguna ramita, cuando su metabolismo se hace más lento; pero en el día están picando de acá para allá. Si quieres que tu casa se convierta en un pequeño oasis lleno de vida y color en medio de la gris y caótica ciudad, a continuación se enumeran algunas de las plantas y flores que puedes cultivar en tu jardín para que recibas la visita de colibríes y mariposas. Y de paso, hasta puedes ayudar a que las abejas se reproduzcan, ya que algunas de estas especies les sirven como alimento.


 

  • Flores que les gustan a los colibríes

Si eres de las personas que se fascinan ante la presencia de los colibríes y te gustaría que visitaran tu jardín, estas son algunas de las plantas que puedes tener en tu jardín para que ellos lleguen a alimentarse de su néctar.
 

GERANIO: Es una planta que posee flores de muchos colores y se da muy bien en lugares cálidos. Es fácil de cultivar en la ciudad y requiere al menos 6 horas de luz directa, mientras que su riego debe ser moderado. 

HIBISCO: Es una planta arbustiva que puede alcanzar los 9 metros de altura. Sus flores son muy grandes y llamativas, y pueden ser de color blanco, rosa, amarillo y rojo. Su cultivo requiere calor, luz intensa y al menos 4 horas de sol directo al día para florecer. 

IRIS: Es una planta bulbosa con flores vistosas que atraen a muchos polinizadores. Para crecer y florecer bien requiere una temperatura templada, riego moderado y estar en un espacio donde tenga luz y sombra, para que el exceso de luz solar no la afecte. 

FUCSIA: Esta planta se caracteriza por sus flores muy vistosas, coloridas y atractivas. Puede estar en el exterior, pero donde haya sombra, ya que no necesita demasiado sol. En especial se debe evitar que le dé la luz solar cuando la radiación es más intensa, lo cual se debe tomar en cuenta al elegir el lugar donde se va a sembrar. 

VERBENA: Este género de plantas cuenta con más de 250 especies, que son ideales para cultivar en lugares soleados, secos y donde reciban al menos 6 horas de sol. La poda y riego constante mejoran la floración. 


 

BERGAMOTA: Esta planta es reconocida por sus usos en infusiones y en aromaterapia. Produce flores vistosas y aromáticas, y para cultivarla se necesita un espacio al sol o semisombra, en suelos ricos y húmedos. 

LAVANDA: Es una de las plantas aromáticas por excelencia, se caracteriza por sus delicadas flores en color lila y es perfecta para tener en casa. No requiere de demasiados cuidados, pero para su adecuada floración es fundamental que reciba sol directo al menos durante 6 horas diarias.