Ellas se destacan tanto en su trabajo como en casa. Profesionales, emprendedoras, ejecutivas y muy eficientes. Cada una con mucha responsabilidad, llevan adelante familias, trabajo y muchas tareas más. Historias que dejan el corazón lleno con la simpleza única de ser mamá.

María Inés Dufour, doctora en Medicina, decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCCuyo y mamá de cuatro hijos.

1-¿Dónde trabajas?

Soy médica, pero volcada enteramente a la docencia universitaria y hoy Decana de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica de Cuyo, institución en donde llevo casi veinticinco años ininterrumpidos de trabajo.

2- ¿Cuántos años llevas de casada? ¿Cuántos chicos tienes y de qué edades?

Estuve casada quince años, pero mi esposo Alberto, falleció hace veintidós. Formamos una hermosa familia junto a nuestros cuatro hijos, que en el momento en que él murió eran todavía pequeños y hoy son unos maravillosos jóvenes adultos de treinta y cinco, treinta tres, veintinueve y veintiséis.

3- ¿Cómo coordinabas tu trabajo y las tareas de madre?

Cuando eran pequeños decidí no trabajar y disfruté muchísimo mi rol de esposa y mamá a tiempo completo. Si lo miro retrospectivamente hoy pienso que fue la mejor decisión que pude tomar, porque pude vivir plenamente ese tiempo y cimentar junto a mi esposo la familia que formamos. Después que nació la más pequeña comencé a trabajar en la Universidad y un tiempo después, obligada por las circunstancias, tuve que hacerme cargo del negocio familiar que nada tenía que ver con mi profesión, y además comencé con un emprendimiento personal relacionado con la educación en el área de las ciencias médicas. Fueron épocas de muchas horas dedicadas al trabajo, pero como casi todas las mujeres, que sabemos diversificar roles, también me hacía tiempo para hacer compras, comida, llevar y traer de la escuela, y cumpleaños o darles ayuda en un deber escolar. Mis hijos siempre asumieron con mucha responsabilidad sus tareas y sin perder su condición de chicos me ayudaron de esa manera a poder llevar adelante las obligaciones que como jefa de familia tenía que afrontar.

4- ¿Cómo es tu función de mamá de hijos mayores?

Hoy todos mis hijos son profesionales, la familia está diversificada, la mayor es odontóloga, el varón ingeniero, la tercera abogada y la menor es médica. Los tres mayores casados y no viven conmigo, solo vivimos en casa mi hija menor y yo. Cuando los años pasan y las obligaciones que generan los hijos pequeños, que son muy intensas y a veces pensamos que no vamos a sobrevivir a ellas, van disminuyendo, la función de la madre también cambia. Ahora mi función como mamá no es mayoritariamente asistencial, el tiempo personal es mayor y eso permite muchas veces una dedicación más intensa al desarrollo laboral, con más tranquilidad y menos culpa. Porque esto es importante recalcar, creo que ninguna madre que trabaje fuera de su casa, por más evolucionada y analizada que esté, no haya experimentado alguna vez culpa por dejar a su hijo para cumplir con su trabajo. Hoy la vida es más difícil y son muy pocas las mujeres que pueden decidir con libertad económica, no trabajar fuera de su casa. Además también la proyección profesional de una mujer hoy tiene otra relevancia y es muy importante para su desarrollo integral.

Hay que encontrar el equilibrio, que no es fácil, y que va cambiando según los momentos, edades y circunstancias de los hijos y del trabajo. Pero las mujeres, las madres, podemos encontrarlo, adaptarnos y cumplir, algunas veces maravillosamente y otras no tanto, con la titánica tarea de ser mamás.

5- Pensas, ¿primero mis hijos luego mi trabajo?

Ninguna mamá puesta ante esa disyuntiva terminante y absoluta puede dudar, pero en la realidad esto no es así, el trabajo y los hijos son compatibles y ocupan en la vida de las mamás compartimentos diferentes que se acompañan y enriquecen. Es cierto que cuando son pequeños y sea factible, sería bueno dedicar mayor cantidad de tiempo para ese hijo que tanto nos necesita, pero si esto no fuera posible, por distintas razones, hay modos de suplir ese tiempo y dedicación que falta, organizando horarios con el papá, alguna abuela voluntariosa, o una guardería seria. A medida que crecen las demandas son menores, y la compatibilización entre el rol laboral y el de mama es más fácil de llevar. ¡A no desesperar!!!

6- María Inés, ¿qué admiras de tu madre?

Mi mamá falleció hacen ocho años. Se llamaba Fanny Luisa Fayos de Dufour. Siempre trabajó fuera de casa. Fue una legendaria maestra de la Escuela Normal Sarmiento, y aún hoy encuentro exalumnos suyos que la recuerdan con muchísimo cariño y que me hablan de ella con gran admiración y respeto. A través de ellos he podido tener otra mirada de mi mamá, que si bien, la percibía, desde el lugar de hija no tenía la real dimensión que hoy tengo ella.

Era una mujer muy trabajadora, fuerte, intensa y junto con mi papá, construyó una familia con sólidos lazos afectivos, que estoy convencida ha permitido que nosotros, sus cuatro hijos, repliquemos el modelo. Creo que la fortaleza de mi madre y su carácter influyeron en mí, de manera inconsciente, y moldearon las capacidades que me permitieron afrontar las pruebas y vicisitudes que la vida me puso delante.

7- ¿Cómo es tu relación con tus hijos?

Es diferente con cada uno de ellos, porque ellos son diferentes entre sí, y uno como mamá no es igual con el primero que con el cuarto. Siempre aspiré ser para ellos alguien con quien siempre pudieran contar, del mismo modo en que yo percibí a mis padres. Cuando eran pequeños, hacerles sentir seguros, que nada les pasaría, capaces de todo, y ahora que son adultos poder compartir sus proyectos, acompañarlos, escucharlos cuando quieren contar algo, ese un gran placer para mí.

8- ¿Qué es lo que más te gusta compartir con ellos?

La cocina no es mi mayor cualidad pero pongo esmero y dedicación para hacer de la juntada de los domingos, casi siempre con abuelo, tíos y primos incluidos, una costumbre, que sin ser un mandato, cuando se da, y los veo, muchas veces como espectadora, en medio del intenso bullicio, con sus parejas, con mi única nieta en el medio, riendo, conversando, entre ellos de sus cosas, compartiendo pequeñeces, la vida misma, es uno de los momentos en los que pienso en como llenan mi existencia, en cuanto sentido le dan.

9- ¿Cómo son tus hijos con vos?

Cada uno de ellos me acompaña de manera diferente y en distintas facetas de mi vida. La mayor de mis hijas vive fuera de la provincia pero con ella compartimos el gusto por la costura, y las manualidades y tenemos largas charlas telefónicas intercambiando detalles a respecto. Con el varón, creo que, como característica personal y del género y no como dicen mis tres hijas, que es el preferido, puedo intercambiar puntos de vista de un modo más racional. Con las otras dos, se que cuento de manera incondicional, pero como mujeres que somos la relación es más cercana e intensa y por momentos salen chispas. Pero siempre están.Los cuatro son muy presentes en mi vida, y debo decir que a través de ellos no tengo cuatro hijos, sino ocho, porque han incorporado a la familia cuatro personas maravillosas mis yernos y mi nuera que han logrado integrarse y enriquecer lo que teníamos. Además me han transformado en abuela, que es una versión mejorada de la maternidad, ¡sin duda!.