La pandemia del coronavirus le cambió la vida a todo el mundo, y por supuesto que a los animales también, aunque en muchos casos para bien: No hay tantos ruidos molestos como antes, el ambiente está más limpio y menos transitado, al punto que muchos de ellos ganaron la calle libremente. Las mascotas, caso aparte, pasan más tiempo encerradas y los perros callejeros tienen menos alimentos, entre otras tantas situaciones que los incluye en las generales de la ley: la vida se transformó, al menos por ahora. Pirata Robledal, reconocido médico veterinario de la provincia, analizó esta situación en los tiempos que corren, a pocos días de la celebración del Día del Animal en Argentina.



- Superado el mes de cuarentena, y de acuerdo con las atenciones que realizaste, ¿cuál es el análisis que hacés de la conducta de las mascotas?



Su comportamiento se ha modificado notablemente porque nuestro comportamiento se ha modificado. Normalmente los perros, los gatos, están acostumbrados a estar parte del día solos, sin los dueños, sin el sonido de la tele, de la radio o de la música, y ahora pasan más tiempo rodeados de gente. Cualquier cambio provoca trastornos, en los horarios de alimentación, en el sueño, en la tranquilidad, y eso altera su conducta. Algunos se pueden poner más nerviosos, más ansiosos y con mucho más apetito -como nosotros-, porque lo único que pueden hacer para modificar su rutina y hacer algo más divertido es comer. Además ahora no pueden salir a pasear, todo eso los modifica.



- ¿Se deben tener cuidados especiales con las mascotas en este tiempo?



Hay que tener cuidado con las mascotas que salen a pasear o hacer sus necesidades. Es que si bien no transmiten el virus, ninguna lo hace, sí lo pueden transportar. Por eso al regresar hay que lavarles muy bien las patas con agua y jabón, entre los dedos, los pelos, todo correctamente porque ahí lo pueden llevar. En el caso del pelo que es una superficie donde el virus se adhiere mucho, lo ideal es ponerles ropa antes de salir y al regresar quitársela y lavarla de inmediato, sobre todo si el dueño lo lleva a lugares públicos donde la gente puede toser o estornudar. En el caso de los gatos no es tanto el problema porque se van a lugares más privados, a los techos, a las paredes, buscan sitios más aislados.



- Desde el inicio de la cuarentena participas de un programa de la Municipalidad de la Capital para alimentar los perros callejeros. ¿Cómo marcha esta iniciativa?



Sí, efectivamente fui convocado y a raíz de eso me reuní con varias asociaciones proteccionistas para armar un plan. Así conseguimos un par de permisos para que dos personas puedan salir a darle de comer a los perros. Por su parte el municipio proveyó de alimentos para cubrir las necesidades y eso se sigue haciendo. Incluso esta semana salió un decreto nacional nuevo que permite a la gente salir a alimentar animales de la calle debido a la emergencia. Acá nos seguimos manejando de la misma manera, dos personas de una asociación protectora salen a alimentar a los animales en la Capital mientras dure la cuarentena. No conozco lo que hacen otros municipios.



- Otro fenómeno que se observa en todo el mundo es la salida de los animales a lugares donde no se los veía antes, como por ejemplo acá en San Juan los guanacos en Ischigualasto, los cóndores en diferentes lugares volando a baja altura. ¿Cómo influyó la cuarentena en este cambio de hábitos?



Los animales salvajes siempre buscan su territorio privado para poder criar y proteger a sus crías, sus lugares de caza, y donde se sientan cómodos. Las personas vamos invadiendo estos territorios no sólo con ruidos, gritos, sonidos, sino también con objetos que dejamos en el campo, máquinas agrícolas, entre otros, que provocan que los animales se alejen. Esa contaminación no les permite estar cómodos, ni sentirse bien para vivir y reproducirse, por eso es que al nosotros dejar libre esos espacios empezaron a tomar lo que siempre fue de ellos. 



- Parece increíble que en tan poco tiempo se haya producido este retorno.



Esto te da la pauta que ellos están observando todo el tiempo hasta donde llegamos los seres humanos. En el caso de los cóndores vuelan hasta 200 0 300 kilómetros buscando comida sin mucho esfuerzo porque las corrientes térmicas se lo permiten, indudablemente que observan el movimiento y al no ver la misma actividad empiezan a descender, por citar un ejemplo. 



- ¿Durante este último mes disminuyó mucho el trabajo en la veterinaria en la atención de animales de granja?



Mucho menos trabajo en general, y en los animales de granja muy complicado por el traslado debido a la restricción de movimiento. En cuanto a la atención de mascotas también tiene sus complicaciones. Hay que aclarar que los veterinarios tenemos permitido trabajar desde un comienzo de la cuarentena y la gente puede ir.



 - ¿Qué trámite debe hacer quien necesite ir a una veterinaria?



Lo ideal es que primero saquen un turno y le pidan al veterinario que les haga un certificado y lo envíe por teléfono para mostrarle a la Policía porque muchas veces no los dejan llegar por falta de algo que lo acredite. Sí es importante que los dueños de las mascotas vayan por cosas urgentes porque hay algunas que pueden esperar y así respetar la cuarentena.


Un caso particular es el de las mascotas que viven en departamentos ya que necesitan salir para hacer sus necesidades por lo que insistimos que aunque no los pueden pasear como antes los saquen para ese fin de acuerdo a sus costumbres. De otro modo, aguantan y aguantan y eso les puede causar trastornos serios en la salud.



El dato


Pirata Olivares Robledal, médico veterinario


Matrícula provincial 54


Veterinaria El Arca. Av. Rioja 1248 Sur.


Motivo más que suficiente

El Día del Animal se celebra en la Argentina todos los 29 de abril en conmemoración del fallecimiento de Ignacio Lucas Albarracín, un abogado que fue el gran pionero en el país en la lucha por los derechos de los animales.
Albarracín nació en la Capital de Córdoba el 31 de julio de 1850 y tras obtener su título de grado, decidió dedicar su vida a la defensa de los animales. Opinaba que "aunque estos tuviesen un nivel de raciocinio inferior respecto del hombre, no se debía martirizarlos ni castigarlos". También fue un precursor en la lucha contra las riñas de gallos, la doma de potros, corridas de toros y tiro a la paloma.


Fue secretario de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales desde su inicio en 1879, y sucedió a Domingo Faustino Sarmiento en su presidencia, en el año 1885. 


Fue el mayor impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales (Nro: 2.786) que se promulgó el 25 de julio de 1891. Este desarrollo que encabezó Albarracín fue la base legal que incorporó la Liga Internacional de los Derechos del Animal (1977) y la ONU.