Está convencido que las tecnologías tienen tanto para aportar en el desarrollo de una clase con chicos de todas las edades y todas las condiciones sociales, que hasta se anima a imaginar adaptaciones "caseras” de aparatos para transmitir interactivamente los conocimientos. Tiene sobrados ejemplos para justificar lo que propone. De hecho, ha puesto en práctica varios de sus inventos (como un teclado para trabajar estimulación temprana con aplicaciones informáticas, una página web para personas con múltiples discapacidades o un joystick inalámbrico de bajo costo adaptado para personas con parálisis cerebral, entre otros). Eso sí, no relega la importancia del maestro, por sobre esta tecnología. Al contrario, opina que la presencia del docente es fundamental. Pero para eso debe capacitarse en el tema.
Arturo Cavanna, español, profesor de Educación Especial y estimulador de atención temprana, con varios master en Tecnología e Informática, es uno de los disertantes que llegará a participar del Congreso Latinoamericano de Educación Inicial y Primaria. Es, sin duda,una de las personas que acaparará la atención del público teniendo en cuenta que hablará sobre pantallas digitales y contenidos pedagógicos para desarrollar en estos sistemas.
Durante un dialogo telefónico con Revista OH! desde Madrid, contó su historia que comenzó con un trabajo con discapacitados múltiples y el uso de la tecnología, un tema que lo atrapó desde chico cuando era voluntario en entidades que trabajaban con persona especiales. El mismo confesó que esa actividad lo marcó a fuego y así es que decidió investigar sobre el uso de la tecnología aplicada a este campo.
-¿El quid de la cuestión es aprovecharse de la tecnología?
-Sí, por supuesto. Yo estuve cuatro años trabajando en un hospital muy importante de Madrid con niños gravemente afectados, es decir con parálisis cerebral, deficiencias visuales, auditivas, entre otras. Ahí trabajé con sistemas e inventos como pulsadores para que ellos pudieran interactuar con el ordenador. Imaginate que una persona que estuvo postrada en silla de ruedas toda la vida, de la noche a la mañana, puede aprender a manejar un coche teledirigido o pedir agua, o comer, o ir al baño con un sistema de comunicación mediante un ordenador.
-Eso implica un trabajo personalizado, ahora, ¿cómo se traslada esta experiencia al aula?
-A raíz de toda esta experiencia hospitalaria, hace unos cuatro años pasé a una entidad educativa donde empecé a aplicar la tecnología a todo el alumnado, para motivarlos a hacer más de lo que se hace en general en una clase. El problema es que muchas veces a los profesores les cuesta aplicarlo y son reticentes con la tecnología porque desconocen cómo hacerlo. Entonces me especialicé en un coaching de profesores de Tecnología y fue genial porque pude transmitirle a la gente que había que cuenta que lo que se hace en el aula, se puede apoyar con tecnología, para mejorar y ser más atractivo. Era absurdo no aplicar tecnología. Esto llevó a un proyecto con niños entre uno y dos años que ya pueden hacer juegos o simplemente pulsar un botón con infinidades de propuestas. La cuestión es que tomen contacto con la tecnología a edad temprana, más ahora con todo los elementos táctiles que vienen.
En España, estos movimientos se hicieron a nivel de gobierno cuando el Estado aprobó un plan educativo e hizo un acuerdo con empresas que venden pizarras u ordenadores para que cada niño tenga uno. Desgraciadamente no se preocuparon tanto de la formación y eso provocó una laguna ya que casi todos los colegios tienen pantalla digital u ordenador pero no tienen la formación suficiente.
-¿Cómo se trabaja en España esa carencia?
-Con muchos cursos de formación. Hay varios frentes, por ejemplo las empresas que ofrecen esos hardware se encargan de formar también; los centros educativos hacen cursos gratuitos para los profesores y también la formación on line, aunque estos no son recomendables porque es como aprender a conducir por internet. Lo primero que hay que tener en cuenta que no es una cuestión generacional, la edad no importa si quiere aprender y capacitarse, de hecho en los cursos hay personas de todas las edades.
Además hay que transmitir que hasta hace poco cuando se hablaba de tecnología en España, se relacionaba con la típica clase de informática, en cambio ahora es lo que denominamos competencias digitales, es decir que se puede trabajar expresión escrita, matemáticas, lenguaje o teatro, pero utilizando esta herramienta.
-¿De qué tecnología dispone un alumno en su aula en España?
-A nivel nacional, los centros educativos públicos están en un proyecto nacional denominado Escuela 2.0 que tiene como objetivo que cada alumno disponga de un ordenador. Solo algunas regiones no participan del proyecto porque eso implica un costo alto. Eso empezó hace dos años y van a repartir unos 620 mil ordenadores. Los colegios privados están más adelantados ya que ellos cuentan con pizarras digitales, pero es lógico porque tienen que vender su producto.
– ¿Ya se han visto algunos resultados concretos?
-El problema es que primero se entregaron los ordenadores pero no hubo formación docente con contenidos digitales, que es lo que ahora se está corrigiendo y lo que provocó que muchos hicieran lo que se podía por no haber un plan. Recién ahora ese plan está en marcha.
-En Argentina, hay un proyecto parecido. El objetivo es entregar una netbook a cada alumno. ¿Es suficiente?
-Es una parte.
-Teniendo la netbook se puede utilizar Internet como una herramienta útil y eso abre un mundo de posibilidades.
-Internet es un arma y una herramienta muy potente, pero depende de como se administre, por ejemplo se puede dar una clase de historia con el Google Maps, pero si el profesor no sabe manejarlo de nada sirve, igual con otros portales educativos. Se pueden tener todos los recursos pero si no sabemos administrarlos tampoco sirven.
-¿Cómo debería ser el aula ideal para aprovechar todas las posibilidades que brinda la tecnología?
-En primer lugar tener un maestro que además de estar capacitado sea creativo, que le guste la educación y la tecnología; y por supuesto contar con una pizarra digital y un proyector. Con eso ya tenemos mucho ganado. Por eso el aula ideal debería tener además al menos conexión a Internet, ordenadores y esto no quiere decir que haga falta uno por alumno ya que también se puede hacer por grupo, por aprendizaje cooperativo. No siempre están todos los recursos, pero se trata de sacar el máximo rendimiento a lo que se tiene. Si hay un joystick o un mouse, se puede adaptar para marcar en una pantalla o señalar en la pared, por ejemplo.
-¿Qué tema desarrollaras en el Congreso?
-Presentaré material pedagógico en formato digital. Este material se desarrolló en la editorial Ediba luego de evaluar que había una gran carencia en este sentido. Esta editorial es muy fuerte en Latinoamérica y en Europa, donde ya casi no venden libros de texto por ejemplo. Ahora tratamos de potenciar el ser creativos y adaptar los contenidos a las nuevas tecnologías. Vamos a presentar también un generador de sistemas de comunicación para personas con plurideficiencias. Ese será un objetivo fundamental para que los profesores creen la posibilidad de que las personas con muchas discapacidades puedan usarlo en forma muy muy sencilla. Además con ellos también se pueden hacer actividades educativas.
-¿Va a desaparecer el libro de papel y reemplazarse por la tecnología?
No creo. Por ejemplo en el ámbito educativo el papel ha dado mucho dinero. Pero además el hecho de tener algo físico es una necesidad, no estamos acostumbrados, es difícil todavía. La tecnología es sólo un medio que nos permite seguir haciendo lo que hacíamos hasta ahora pero es un elemento que estimula mucho más los conocimientos. Es otro mundo, es más experimental. En un libro de texto se puede enseñar a restar con tres pájaros y se quita uno. En el papel, los niños no se imaginan el cálculo porque el pájaro sigue estando ahí, en cambio en una pizarra digital el pájaro puede desaparecer, es más concreto, sólo por citar un ejemplo.
– De todas maneras, da la sensación que con la tecnología, el maestro también debe ajustarse a lo que el software disponible le indique, dejando atrás tareas creativas como recortar, hacer el dibujo o lo que su imaginación le dicte. ¿La educación se vuelve más dependiente de quien le vende el software con ese material o sigue habiendo lugar para la creatividad?
-De alguna manera, puede ser. Pero el objetivo es que sea el profesor quien tenga siempre la voz cantante. Hay que separar lo que uno conoce como el típico programa que le indica al niño que hacer y éste le dice si está bien o mal hecho. No, no se trata de eso, el protagonismo lo seguirá teniendo el docente y el alumno. El programa de computación es sólo una herramienta que nunca sustituirá al maestro con actividades muy abiertas, para que el docente pueda seguir siendo muy creativo y los chicos estén muy motivados.