En los últimos tiempos se escucha hablar de "Crianza Respetuosa", que sin duda lleva a la reflexión y a la pregunta básica ¿de qué se trata?, ¿o es que hasta ahora no se hacía de ese modo?. Quizá la respuesta inmediata sería que los tiempos cambian y los especialistas van profundizando en este tipo de temas vitales para la humanidad. En este contexto, los expertos explican que una crianza respetuosa es aquella que "busca sintonizar con las necesidades de la niñez, adolescencia y sus cuidadores, como responsabilidad social, teniendo como base el respeto del desarrollo humano y los derechos humanos". En otras palabras es una manera de educar a los hijos diferente a algunos estándares tradicionales conocidos.
Sin duda es una filosofía de vida, una forma de ver y concebir el mundo, que quizá demande compromiso de muchas partes que constituyen el entorno de cada niño o niña.
Para conocer y caminar hacia una crianza respetuosa, vinculada al apego, a un trato amoroso, la doctora Evangelina Cueto -MN120230-, médica pediatra especialista en adolescencia, consultora en niñez y salud integral, egresada de la UBA, respondió sobre esta corriente que ya se afianza en muchos lugares.
– ¿A qué se refiere la crianza respetuosa? ¿Cuáles son los principales pilares en los que se sostiene?
La crianza respetuosa es una corriente vinculada a la idea de sostener y acompañar las infancias, en cada una de sus etapas, desde una perspectiva de resguardo de su integralidad.
Sus principales pilares son la búsqueda de un vínculo firme, la receptividad coherente y sensible frente a las necesidades del bebé o el/la niño/a y la disponibilidad física y emocional de parte del adulto cuidador/a.
-¿Qué objetivos persigue?
Persigue el objetivo de dar lugar a la dependencia oportuna. Esto significa atender la demanda del bebé primero, el niño y el adolescente después, en las cuotas pertinentes y acordes al momento madurativo, porque -paradójicamente- cuanto más se atiende esa dependencia, más desplegará -en el momento justo- la autonomía y la independencia. Dependencia para la autonomía posterior. Y en un momento donde la palabra "empatía" es ineludible cuando se abordan estos asuntos, se piensa que el cuidado temprano y oportuno se capitaliza, entre otras cosas, como -justamente- empatía y por su puesto en salud mental.
– ¿Quién creó este método o técnica?
Crianza respetuosa es una idea directamente vinculable con los estudios sobre attachment parenting, del pediatra norteamericano William Sears. El doctor Sears basó muchos de sus libros en los principios de la Teoría del apego, llevada adelante por un psiquiatra y psicoanalista inglés, John Bowly. Más allá de las menciones autorales específicas, las nociones sobre la necesidad de criar con apego, surgen de observaciones comportamentales de bebés, privados de cuidados mediados por figuras principales del estilo maternales -en el amplio sentido-, puntualmente bebés institucionalizados. También responde a la observación de un modo de crianza que predominó -sobre todo en las clases aristocráticas europeas- durante gran parte del sigo XX -fundamentalmente hasta los 70-. Este modo, suponía que cierta distancia emocional de parte de la madre y el padre, redundaba en autonomía y otros beneficios para el niño/a. En esta mirada "más fría" -que hoy es desestimada por la mayoría de las voces que se ocupan de pensar las crianzas-, se traslucía la idea de la infancia como un proyecto de futuro adulto. Dicho de otra forma: no importaba qué sentía o necesitaba el niño; importaba que, a futuro, tenga autodeterminación e independencia, ¡condiciones que tampoco quedaban garantizadas en lo más mínimo!. Por suerte varios pensadores de las infancias, algunos más conocidos que otros, contestatariamente, militaron ideas contrarias a estas crianzas basadas en disciplinas gélidas. La crianza con respecto es un ejemplo de lo anterior.
En lo personal, el adjetivo "respetuosa" para calificar a la crianza, no es lo que más cómoda me deja. Respeto supone una posición de alteridad y supremacía adulta o viceversa. Por su puesto coincido con las ideas que desplegué antes, pero cuando pienso en la crianza, encuentro más armonía si la ubico en términos de Derechos. Crianza con Derechos y conexión con las necesidades de los/las niños/as y, por su puesto -y más aún en el primer tiempo-, de la madre o el adulto cuidador principal.
-¿Cómo se deben preparar los padres que pretenden aplicar este tipo de crianza a sus hijos?
Yo creo que como sociedad nos queda vacante la problematización de cómo podemos armar redes efectivas para criar. Está claro que el modo de cuidado que merecen las infancias debe ser amoroso y en el marco de cumplimiento máximo de sus derechos. Pero para lograr eso, tenemos que cuidar también a las mujeres, que seguimos siendo las principales cuidadoras -a pesar de muchos discursos que tienden a invisibilizar esta situación-.
En contextos ideales, antes de iniciar la crianza, hay que escuchar, buscar y leer con espíritu crítico. Vale aclarar que, en un momento donde la información es tanta, mucho dato se puede tornar confuso y hasta incluso vacío, por eso hace falta planificación para convertir la información valiosa en guía útil. En este sentido, ubicar aliados -pediatras, puericulturas, familias con experiencia, libros, entre otros-, es fundamental. ¡Y no es que crea que se necesita un máster para maternar o paternar! Lo que creo que se necesita es hacer espacio simbólico para recibir a ese hijo/hija/hije y estar dispuestos a garantizar sus derechos.
– ¿Está vinculada con la lactancia y la alimentación de los chicos? o ¿Con el desarrollo en general?
Estás modalidades de crianza atraviesan cada hito del desarrollo. Sueño, lactancia, alimentación, control de esfínteres, límites o cualquier otro ítem, merecen calma y lectura centrada en la consciencia de que ese hijo/a es un ser humano con derechos y sensibilidad propia. No es un objeto que nos pertenece. Merece ser singularizado, escuchado -sea cual sea el modo comunicacional que predomine en cada etapa-, y entendido en su necesidad. En esta línea aplica la frase: "cada niño es un mundo".
-¿Le haría falta a toda la sociedad tener o basarse en Crianza Respetuosa?
Pienso que niños/as criados con amor y herramientas de autorrespeto, a escala global, tiene que traducirse en la construcción de una sociedad más empática. Sin embargo, insisto con la idea de que la disponibilidad adulta para hacer lecturas sensibles de lo que necesitan los bebés y los niños, no debe ser pensado sólo en clave de beneficio futuro, sino por el simple hecho de hacer lo que por derecho les corresponde.
La especialista
Evangelina Cueto -MN: 120230-, es pediatra especialista en adolescencia, Consultora en Niñez y Salud Integral maternidad y crianza en clave de derechos. Cursó su carrera de medicina en la UBA, realizó su residencia de Pediatría y jefatura de residentes en el Hospital de Pediatría Prof. Dr. Juan P. Garrahan y completó su formación posbásica en Salud Integral de Adolescentes en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
Trabajó como capacitadora externa del Programa Nacional de Adolescencia, así como en otros programas de la Secretaría de Maternidad e Infancia y Medicina Comunitaria del Ministerio de Salud de la Nación. Se desempeñó como docente en cátedras de Salud Pública y Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA, en la diplomatura de Salud Integral de adolescentes de ISALUD, entre otras. Es miembro titular de la Sociedad Argentina de Pediatría, donde forma parte del Comité de Familia y Salud Mental. Actualmente, es consultora sobre Niñez y Adolescencia en la SENNAF y en investigación clínica: Participó como subinvestigadora y coordinadora médica en fase II/III de la vacuna contra covid de Pfizer/Biontech y en coordinación de Farmacovigilancia de la vacuna contra covid de Medicago, para I-Trials. Además de docente e investigadora, escribe sobre temas de género y salud.