Como el whisky y la crema, Milenka y Marcos, decidieron no sólo unirse en el amor, sino también en un proyecto "de cuarentena", que fue más allá de lo previsto. Tras la compra de un Baileys (marca original) que encontraron "demasiado caro", surgió la idea de hacer uno casero. Eso generó pruebas y errores hasta que apareció la receta que ellos buscaban. Lógicamente y como sucede en este tipo de emprendimientos, primero lo probaron y lo compraron los integrantes de la familia, los amigos, hasta que llegó el momento de la comercialización. Eso no fue todo, también optaron por pintar las botellas que terminarían dando un toque artístico y único para cada unidad. No podía ser de otro modo, porque Milenka Rupcic, además de comunicadora -trabaja en Canal 13 San Juan-, es actriz y muy creativa, en tanto Marcos Garcés es realizador audiovisual, una dupla de la que no se podía esperar otra cosa. 


¿Y el nombre? Una búsqueda que terminó en "Dépayser", una palabra francesa que pintaba la nueva aventura: "salir de la zona de confort".


"Este proyecto nació del amor. Fuimos probando recetas y confieso que los primeros los tomamos nosotros. Después arrancamos con el que más nos gustó. Íbamos perfeccionando la receta, las medidas de cada ingrediente, veíamos qué cantidad de café era el óptimo, que no se notara tanto el whisky, porque queríamos un postrecito y terminó siendo eso. Es como un bomboncito que te comes de postre antes de meterte a la cama", dice Mile.


El Baileys fue el primer licor en combinar crema y alcohol de una manera lo suficientemente estable que permitiera su venta, para lo cual demanda un prolijo y buen proceso que evita la separación de sus dos ingredientes principales durante su almacenamiento. De hecho, de la fórmula original no se conocen a ciencia cierta las proporciones de chocolate, vainilla, caramelo, azúcar y canela. Así es que los que deciden hacerlo casero deben probar sus propias medidas y cantidades.


Por supuesto que la calidad de todos los ingredientes son importantes, pero algunos marcan la diferencia como es el caso del whisky y la leche condensada. Por eso, ésta última es elaborada por Marcos y Milenka, otra de los desafíos que decidieron asumir.


El nombre fue otra búsqueda interesante de contar. "Pensamos con Marcos si todo esto era tan romántico, teníamos que buscar un nombre en francés. Googleamos y aparecieron un par de palabras lindas, pero Dépayser nos gustó porque significa salir de la zona de confort, así es que tenía mucho que ver con la que estábamos haciendo que era emprender algo distinto en cuarentena". 



El envase

Para comenzar con el envasado compraron un pack de botellas de medio litro a una amiga, pero les faltaba algo. "Quisimos ponerles onda y decidimos pintarlas. Compramos pintura para vidrio - falso vitro-, y cada uno hacía su propio diseño. Pusimos mucha dedicación en cada detalle. Era la primera vez que ambos pintábamos en este material, y fue reloco porque teníamos que aprender de cero. Las primeras fueron un desastre y las teníamos que hacer de vuelta, así hasta que aprendimos sobre el tema. Fue un descubrimiento. Cada botella es única y siempre vamos buscando cosas nuevas llenas de color. Jugamos tanto con la pintura que Marcos un día me pintó a mi pintando una botella", cuenta.


Lógicamente que esto permite que cada envase pueda quedar en cada casa como una obra de arte, para poner agua (se destaca más la pintura) u otras bebidas, incluso para recargarlo ya que existe esa opción. Con eso además de ahorrar (la descuentan del precio final), agregan otro ingrediente fundamental para estos tiempos que es la posibilidad de reciclar y cuidar el medio ambiente.


"Tenemos clientes fijos que van cada semana a recargar la botella", dice entre risas Milenka.


Las redes sociales fueron la clave para la comercialización del producto, aunque el boca en boca fue determinante. "La gente que nos compra es por recomendación de otra, por eso nos hemos expandido un poco y logrado lo que queríamos, es decir llegar a gente que no conocemos", agrega.


Comenzaron vendiendo 20 botellas al mes, y ahora son 20 por quincena, algo que les exigió aumentar la dedicación a esta receta que ellos consideran "un verdadero postrecito".


Por estos días, además de la pintura, se sumó una etiqueta realizada por una amigas de la pareja, que pronto saldrá a la luz. "Nos gustó la idea de darle trabajo a nuestros amigos, hicimos una cadena, desde la compra de la botella hasta la etiqueta", asegura.

Más sabor

Si bien esta crema irlandesa es ideal para los días fríos, en los últimos años comenzó a ser muy usada todo el año porque también se puede beber bien fría con hielo, o acompañando postres. Desde helados, hasta una chocotorta o recetas dulces que lo incluyen como ingrediente fundamental.


"Nuestro licor es bien especito, eso lo decidimos desde un principio. Cuando uno lo bebe es untuoso y parece un licuado. No te digo que se puede comer con cuchara (risas), pero tiene buena densidad", indica.

  • EL DATO
  • Precios: Medio litro, 500 pesos. Un litro, 900 pesos
  • Contacto: 264 580 2834/ 264 473 8104




EL ORIGEN

El Baileys surgió con la idea de combinar dos tradiciones irlandesas: la destilación históricamente asociada al whisky irlandés) y la agricultura. De este modo, su elaboración está basada en la leche de vacas especialmente selectas, alimentadas con distintos tipos de hierba en una histórica granja de Irlanda, de la cual se obtiene la crema. La leche obtenida en esta granja natural es destinada a la elaboración de Baileys antes de 36 horas luego de haber sido producida y, el siguiente paso, fue combinar la crema con el whisky.


Esta mezcla fue lo que hizo al Baileys tan especial y distinguido, ya que en su elaboración descubrieron una fórmula para combinarlos de manera de no utilizar conservantes y la crema es preservada únicamente por el alcohol, lo que le da el sabor definitivo tan natural y agradable. El toque final en su elaboración se lo dan sabores como chocolate, caramelo y vainilla.


Puede ser bebido solo o con hielo, aunque la presencia de hielo permite disfrutar más y por más tiempo el licor, ya que se mantienen muy bien los sabores distintivos, resulta más fresco y menos empalagoso.