Cómo decir que se conoce de comidas de tal o cual región si solo se leyó en un libro o se elaboraron usando productos similares pero nunca propios de la zona. Es una realidad que sólo se supera cocinando en cada lugar de la mano de los que saben. Esa es la consigna propuesta por la carrera de Gastronomía de la Universidad Católica de Cuyo que comenzó el año pasado realizando un intercambio con la Universidad Tecnológica de Chile y, por primera vez se hace con una de Argentina. Se trata de diez alumnos de Entre Ríos de la Tecnicatura en Gestión Gastronómica seleccionados por su alto rendimiento académico.

Durante tres días pusieron en práctica recetas elaboradas por alumnos de la carrera local y el maestro cocinero, Carlos Echegaray, quienes mostraron no sólo como se preparan las empanadas, el locro, el tomaticán, el chivo y las sopaipillas, sino también la raíz de cada plato y su incidencia social y cultural.

El próximo paso será el viaje de los cocineros locales al litoral para aprender cocina de la zona que está basada en los pescados de río.

Gonzalo Leytes, uno de los participantes del intercambio reconoció que "el viaje fue realmente muy fructífero. De hecho nosotros no podríamos nunca cocinar carnes como la de chivo porque allá no tenemos ni tampoco aprender comidas típica de San Juan si no veníamos hasta acá".

Los alumnos fueron alojados por sus pares locales, metodología que se repetirá cuando viajen después de julio los sanjuaninos.

A continuación algunas recetas cuyanas y otras entrerrianas que grafican el intercambio vinculado con aromas y sabores bien diferentes y que marcan cada cultura.