Estampas que son una obra de arte

La idea le rondaba en la cabeza a Tania Viglione hace mucho tiempo. Pero justamente como tenía las horas del día contadas y le alcanzaban para poco más de sus tareas en el taller de costura y diseño de indumentaria, no podía dedicarse ni darse el lujo de concretar su sueño de dibujar las estampas para sus telas. Por eso tenía que conformarse con las que encontraba en los negocios del rubro, a veces con dibujos más o menos lindos, otras con colores interesantes, pero sin lugar a dudas, nada semejante a lo que ella, en definitiva, aspiraba para sus colecciones de ropa.
Hasta que llegó la pandemia que azotó al mundo entero. La primera semana cuando se estableció la fase 1 de la cuarentena, estuvo, como tantos otros, paralizada absolutamente. Los días que siguieron se activó de a poco: comenzó a buscar telas de invierno que había comprado, empezó a bocetar algunas prendas, hizo pruebas, cosió algunos modelos, se sacó selfies para sus redes sociales para mostrar esta ropa que iba confeccionando y así consiguió muchas más clientas de lo que hubiese imaginado para un tiempo de crisis como el que se ha vivido desde marzo hasta ahora. Inclusive esta etapa fue tan rica y productiva que hasta se animó a contactar a Mariana Esquivel, una artista plástica que conoció en la universidad cuando, ya recibida de diseñadora en un instituto en Verona (Italia) y con varios años de experiencia en ateliers europeos, volvió a San Juan y quiso, entre otras cosas, aprender un poco más de arte. Con ella, tomó un curso de dibujo y pintura. Pero ahora le tenía un encargo mucho mayor. Quería que ella concretara su sueño de tener estampados propios.

"Confieso que me hubiese encantado dibujar a mí mis propias telas. Soy fanática de los estampados. Pero no tenía la inspiración suficiente. Entonces preferí delegarlo en alguien que me encanta cómo dibuja. Y no me equivoqué. Los resultados fueron perfectos", cuenta la dueña de la marca de ropa que tiene como sello su apellido y que ahora, más distintivo que nunca y a la altura de los grandes diseñadores del mundo, sus telas de diseño.
Varios encuentros virtuales sirvieron para que Tania le transmitiese a la creativa lo que quería: imágenes de mujeres como las de los figurines de moda, pero no tan estilizadas, sino cuerpos reales, con curvas y mucha femineidad. Pero además tenían que estar vestidas con las prendas que formarían parte de su colección primavera-verano 2020-2021. Y eso no es todo. Debían interactuar con las fases de la luna y con elementos de la naturaleza, que son fundantes en la vida de una mujer, según la visión de la propuesta. Mariana la escuchó. Y logró llevar al papel y las acuarelas el pedido.

El proceso fue largo: más allá del paso a paso creativo, después le aplicó tecnología porque los digitalizó y en la computadora le agregó detalles como el nombre de la marca, además de imágenes de lunas, estrellas, moños, piedras, plantas. "Esa imagen pasó por fondos de varios colores hasta que decidimos que iba a quedar en rojo, blanco y azul. Después hicimos unas pruebas en papel y una vez que estuvo definido, mandamos el archivo a Buenos Aires para imprimir. Pero había un problema: yo no me animaba a estampar sin haber tocado antes la tela. Entonces un amigo me envió muestras de modal. Ahí recién di el visto bueno", cuenta el paso a paso hasta que la tela pasó por una máquina llamada calandra que transfiere por calor, la tinta de una lámina de papel al material textil. Si bien esa técnica se podía hacer en San Juan, solo imprime en pequeños trozos de tela. No hay equipamiento para hacerlo con un rollo entero que equivale a 60 metros de material, prácticamente la cantidad suficiente para armar la variedad de ropa de una colección.
Aunque Tania había pedido 30 metros de tela en total -el mínimo que le vendían- la entrega se hizo esperar más de lo deseado. De todos modos, lo que le llegó fue un verdadero tesoro que, en poco días, se convirtió en remerones, musculosas y conjuntos de short y remera que pueden usarse tanto para estar en la casa como para salir. Es una edición limitada porque hay pocos modelos y si bien cuestan un poco más caro que una prenda común y corriente, el valor pasa por todo el trabajo artístico que ha implicado.

"Quedó tan linda y vistosa la tela que me propuse hacer prendas sencillas para que luzca el estampado. Es, de algún modo, vestirse con una obra de arte", dice la diseñadora que ya piensa en hacer otro pedido de tela, esta vez de lycra, para confeccionar calzas, bikers, mallas y vestidos frescos. Aquí no termina esta historia. Los estampados gustaron tanto que ya vendió buena parte de esa colección y a su vez, recibió propuestas de otros artistas plásticos que quieren darle color y vida a los géneros que vaya a usar en sus próximos diseños.

El dato
Las prendas urbanas, con estampado propio y las de telas industriales, además de las colecciones de lencería y trajes de baño, dos de las nuevos aspectos en los que ha incursionado últimamente, se consiguen en el Showroom de Viglione ubicado en el barrio Stotac, en Rivadavia. También se puede concretar una visita o contactarla en su página de Instagram como viglioneok.
Las prendas van del talle S al XL pero si alguien necesita un talle especial, puede hacerla a medida.




A gusto personal

Desde que recibió el título de profesora de Educación Primaria hasta que comenzó la pandemia, María Luz Gómez (Maru) no tuvo tiempo ni siquiera para tomar una suplencia en alguna escuela. Tampoco pudo continuar dictando clases de acrobacia en tela porque cerraron las instituciones, ni seguir ejerciendo como personal trainer. Un panorama desalentador que ella se encargó de convertirlo en alentador aprovechando su talento para el dibujo. Primero pintó unos mates geométricos de madera que tenía en su casa, luego decidió transformar prendas personales con dibujos en la espalda o en los jeans, y actualmente esa actividad se convirtió en un exitoso emprendimiento laboral bautizado "Anda la osa". Sí, la misma frase que popularizó Homero Simpson en la serie televisiva de la que ella es fanática. Nada casual, ya que sus protagonistas se transformaron en las primeras ilustraciones y son las más pedidas hasta el momento. Apenas un poquito más atrás en la demanda, se ubican los dibujos de Mafalda, como no podía ser de otro modo tras la muerte de Quino, de otras series como Rick and Morty, Snoopy o otros dibujos de gusto personal.
"Empecé a pintar por hobby, sobre todo para ocupar la cabeza en algo porque la cuarentena se hizo muy extensa. Antes, y durante mucho tiempo, lo había hecho como terapia porque me gusta y me hace sentir bien. Luego retomé la idea y empecé a vender para comprar más productos y así seguir pintando. Prefiero lo personalizado, preguntar al cliente qué le gusta, qué quiere y hacerlo exclusivo para esa persona, a la par también tengo mucho de lo que me gusta a mí y la gente los elige también", cuenta Maru.
La personalización de prendas es una de las más demandadas, incluso de grupos de personas que quieren unificarse manteniendo la individualidad. Tal es el caso de amigos motociclistas que pidieron dibujos en sus camperas con el mismo sello, pero distintos en cada caso. Algunos eligieron sólo motos, otros chicas en motos, entre otras opciones que enviaban a Maru para que hiciera un boceto y así consensuar el producto final.

Para los mates eligió los geométricos porque disponen de varias caras para dibujar y salen de lo tradicional. El tema fue que debía conseguirlos en Córdoba porque acá no había de ese estilo o su precio era muy excesivo.
"Me costó mucho al principio porque estaba todo cerrado y no encontraba insumos. Por suerte ubiqué unos fabricantes en Facebook que enviaban a todas las provincias, relata.
Los dibujos pedidos para los mates son diversos o bien quedan a consideración de la creatividad de la autora como por ejemplo una secuencia de Snoopy entre telas y máquina de coser creado para una modista. Tampoco ha faltado una serie de perritos salchicha para agasajar a una fanática de estos animalitos, entre otras opciones.

Por supuesto que todo demandó un esfuerzo porque para pintar telas debió perfeccionar la técnica, conocer más sobre pinturas de buena calidad, entre otros detalles que hacen al producto final de la marca "Anda la osa", que como es evidente la eligió por ser fan de los Simpson.
"Me gustó por eso y porque me parecía chistosa. A la vez es muy conocida y popular por quienes ven la serie", acota.
Al parecer el nombre también determina a sus clientes porque el primer lugar del ranking de los más pedidos está copado por Homero y los otros personajes de la tira televisiva, le sigue Mafalda, Snoopy, los protagonistas de la serie Friends, Rick and Morty, entre otras.
En cuanto a precios, un mate con una cara dibujada se puede adquirir a unos 300 pesos y a unos 500 pesos los que tienen dibujos en todas las caras. Mientras que las pinturas en polleras, pantalones, shorts, camperitas de jean o cualquier otra prenda tienen precios que varían según el pedido personal de cada cliente.

"Todo lo que es arte siempre me gustó, de hecho estudié Lengua y Literatura durante varios años e hice talleres de pintura para combatir el estrés. Ahí comprendí que me encantaba hacerlo y empecé a tomar todo lo que podía para perfeccionarme, incluso el consejo de amigos que saben del tema", dice María Luz desde su casa donde acondicionó un espacio para convertirlo en su taller de dibujo.
Para realizar los pedidos hay que tener en cuenta que un mate personalizado tarda unos tres días, y una ilustración en una prenda al menos cuatro días para que quede impecable.
Otro detalle es que los mates llegan a su dueño ya curados para evitar quebraduras o roturas por el uso de agua muy caliente, aun cuando la laca utilizada es protectora del calor.
Para su acondicionamiento, Maru primero unta el interior del recipiente con aceite para fortalecer los poros de la madera. Una vez absorbido completamente (cuando queda seco), se incorpora yerba con agua tibia y se repite la operación durante un par de días. Recién ahí queda listo. "Decidí hacerlo porque a veces la gente no sabe como curarlo o si es para regalo se olvidan de decir que debe ser curado y puede estropearse", agrega.

En un futuro cercano no descarta dictar talleres para adultos y niños, destinado a fines terapéuticos, sin descuidar la tarea docente que aún no comenzó a ejercer por la situación sanitaria. Como buena optimista antes situaciones adversas, Maru reconoce que "de todos modos, creo que la pandemia sirvió para potenciar mi lado creativo y eso es lo bueno".
Contacto
Instagram: @andalaosasj
Teléfono: 264 404 8239
Por Paulina Rotman y Myriam Pérez
Fotos: Sandra Rodríguez y María Luz Gómez
