Es bueno a fin de año no sólo hacer balance, discernir lo realizado de lo adeudado e identificar cursos de acción. En el campo de lo realizado, el compromiso legislativo nacional con los distintos sectores agroindustriales resalta como adeudado. 

Lo importante sería que los legisladores nacionales de nuestro país consideraran por ejemplo como importante la estabilidad cambiaria, la recuperación de poder adquisitivo del consumidor y créditos promocionados para producir y consumir, por lo menos entre las urgencias del 2021 ya que el 2020 está expirando. Sin embargo, debemos estar escribiendo hoy, sobre su tan importante como inoportuna decisión frente a un tema delicadísimo como lo es la vida del niño por nacer.

Establecer las normas o leyes necesarias para convivencia humana, es la labor en el parlamento de hombres y mujeres elegidos como diputados o senadores. Ellos han sido elegidos por el pueblo de nuestro Estado nacional para defender lo colectivo, lo comunitario, de potenciales amenazas de intereses contrarios; por sobre todo las cosas contra la vida de las personas.

Estimados legisladores, hombre y mujeres de campo ya tenemos clara por diferentes motivos de nuestra cotidiana labor la interminable evidencia científica, que luego sirve a la legislación y la Constitución Argentina que afirma y confirma el hecho de que la vida inicia al momento de la concepción, cuando óvulo y espermatozoide originan en la unión un nuevo ser con un nuevo código genético único y diferente.

Solicitarles entonces que cumplan con el deber para el que han sido elegidos y no transformarse en genocidas, gestores y defensores de leyes que atentan contra la vida de sus representados, en lugar de mejorarla y hacerla más plena; mediante un desarrollo sostenible y sustentable en un entorno ambiental mejor en todos sus rincones.