¿Por qué pensar el futuro?

"Cuando me plantee hacer este libro partí de la base de los niños que hoy están naciendo, en 2035 estarán por incorporarse a la vida activa, como profesionales o simples trabajadores. Yo no estaré, dice Juan Carlos Bataller’.

Es un libro que consta de dos partes, en la primera el autor da su análisis sobre los cambios en evolución de nuestra provincia, en la segunda parte se realiza una entrevista a 17 personas elegidas por él, referentes en temas de interés cultural, económico y social para San Juan: Héctor Muñoz Daract, Jorge Rivera Prudencio, Víctor Bazán, Jaime Bergé, Ana María Nieto de García, Juan Pablo Milana, Hugo Levato, Marcelo Delgado, Guillermo Preisz, Guillermo Rodríguez, Gustavo Alcalá, Américo Sirvente, Carlos Coria, Antonio De Tommaso, Eduardo Peñafort, Eduardo Quattropani y José Antonio Villa.

El interrogante suena como un ejercicio de adivinación, que dista de constituir una herramienta para esos niños o jóvenes que serán en el 2035.

Este libro pretende ser un entrenamiento para la sociedad actual, cuyos protagonistas viven hoy, aquellos que tienen visión futura y no mezquindad, aquellos que dejan historia a través de su trabajo y aportes. "En esto debemos ser conscientes que el 2035, muchos no estaremos incluso yo, pero seremos lo que comencemos a construir hoy’. Este es el desafío que propone el autor.

Una mirada constructiva

"Mi preocupación es saber que no vamos totalmente encaminados a la construcción de un futuro prometedor, y digo esto porque voy para atrás activando mi memoria para hacer un breve esquema de lo que fue San Juan muchos años atrás, saber a dónde vamos, para ello es necesario hacer un análisis de dónde venimos y por qué muchas cosas suceden’.

El autor parte desde la llegada del ferrocarril a nuestra provincia. "Desde allí pone énfasis en los cambios que hubo, tales como la comunicación, hábitos de la sociedad, desarrollo de la industria, en una palabra el cambio en la forma de producir, cuando el sanjuanino de nivel medio se vuelve cosmopolita. Estos cambios no hizo que la ciudad perdiera la característica de estación terminal. Sumado además el aislamiento, más el desierto, más el monocultivo, fue dando un tipo de sociedad que es característico del fenómeno llamado fatalismo. Las contingencias telúricas y climáticas también son tenidas en cuentas, capaces de destruir todo en cuestión de minutos. El terremoto de San Juan marca un antes y un después, donde hay que comenzar de nuevo y nace una ciudad moderna, con una infraestructura renovada, con otro estilo y avances. Con ese marco comienza un proceso de cambio, es necesario comprender para entender los procesos que estamos viviendo hoy, aclara Bataller. Aquí llegan los aportes de la Nación y los sanjuaninos pierden su capacidad de generar productos propios. Empezamos a vivir de esos aportes.

El escritor marca otro fenómeno fundamental, la globalización, un proceso acelerado de cambio donde surge la sociedad de la información. La mayoría de los autores concuerdan que desde 1970 los medios de riqueza fueron trasladando los sectores industriales a los sectores de servicio.

Los 80′ están marcados porque continuábamos viviendo de los fondos que enviara el Estado Nacional, pero a la mitad de ese año gestionamos y logramos incorporar a la provincia la promoción industrial. Lamentablemente la oportunidad no fue bien aprovechada. Es que los beneficios solo fueron a parar a algunas empresas sin tener en cuenta nuestras materias primas, los empresarios sanjuaninos, ni los mercados a los que debíamos dirigirnos.

En los ’90 las sociedades modernas comprenden que la mayor parte de los empleos ya no estarán asociados a las fábricas de productos tangibles, sino a la generación, almacenamiento y procesamiento de todo tipo de información. Así fuimos conformando una provincia deformada, absurda, burocrática, improductiva, hasta llegar al agotamiento y empezar a vivir la violencia en las calles.

Con el nuevo milenio y el nuevo gobierno las cosas vuelven a cambiar. La minería trajo el gran salto al aparato productivo, comienza a desarrollarse en grupos de empresas de servicios, aumenta el salario y por primera vez comenzamos a pensar en un mundo globalizado.

Paralelamente a estos resumidos cambios encontramos otro avance que es el hombre que vivía en una finca rudimentaria en forma aislada y lejana, encontró el servicio telefónico, la televisión, luz eléctrica e internet. Entonces la tecnología en materia de comunicación, está al alcance de todos. Ya tenemos un teléfono celular por habitante, dos televisores por familia, de este modo los primeros tramos por el mundo van a una velocidad que evoluciona día a día. Una computadora, un teléfono digital y el último descubrimiento de la ciencia son viejos en pocos meses.

Achicar la brecha


Con todas las ventajas y desventajas, Bataller afirma que está abierta la puerta para entrar al mundo global y el 2035 va a ser totalmente distinto tanto en sus agentes productivos como en su cultura laboral.

Solo quiero remarcar dos aspectos a tener en cuenta en el proceso de cambio: la interconectividad y la educación, aclara el autor. Para esto debemos ser productores de alto valor agregado, con incorporación de conocimientos y trabajadores de excelente formación cultural y técnica. Pero debemos ser claros en, ¿estamos promoviendo y garantizando la conectividad, el acceso igualitario, la inclusión y la igualdad para todos los habitantes de este suelo?

El primer problema que debemos enfrentar los sanjuaninos en los próximos años es "la educación". La educación que necesitamos se basa en una enseñanza que no sea una transmisión de conocimientos objetivos o de destrezas prácticas, sino que se acompañe de un ideal de vida de un proyecto de sociedad. De esto dependerá nuestra calidad de vida, nuestra forma de inserción en el mundo globalizado, la capacidad de estar formados para trabajar y la consolidación de una identidad indispensable en la sociedad que al mismo tiempo es heterogénea y multifacética.

Juan Carlos Bataller termina diciendo que "el puente entre el hoy y ese mañana, tiene un nombre y se llama educación’. Hoy la riqueza de un país se mide por sus niveles de conocimiento, la calidad de sus investigadores, la capacidad de sus ejecutivos y la claridad de sus estadistas.

Los cambios siempre traen nacimientos tortuosos, difíciles de sobrellevar, con dificultades que sortear. Pero solo se logra cuando la brecha de igualdades se achica y es aquí donde debemos tener cuidado para formar ese 2035.

En conmemoración al "Día Mundial del Libro"

¿Qué significa para usted escribir un libro?

"En este mar inmenso que es hoy la comunicación, los libros, son la botella que lleva el mensaje de un corazón náufrago". Juan Carlos es autor de una decena de libros con premios nacionales e internacionales. Como periodista y escritor afirma: "El desafío de pensar y actuar estarán siempre presente en mí’.