Probablemente él se sonroje si le dicen maestro. Porque es de perfil bajo, sencillo, estudioso, meticuloso. Sin embargo lo es.


Eric Nobre no sólo es docente -literalmente es profe de Artes Plásticas en 3¦ año del Colegio Inglés- sino que tiene en sus manos la tarea de cincelar a Domingo Faustino Sarmiento en las medallas con que el Gobierno reconoce a sus visitantes ilustres o que el máximo mandatario lleva de regalo en ciertas visitas oficiales. O sea que no es exagerado decir que Eric es el maestro y por qué no el artesano, del Gran Maestro Domingo Faustino Sarmiento.


El juego de palabras bien vale para demostrar la dimensión de este artista multifacético que humildemente lleva la pasión en la sangre. Este sanjuanino por adopción -nació en Córdoba pero llegó aquí con toda su familia cuando tenía 3 años en 1976- desarrolló toda su carrera en la provincia. Se recibió de Artista Visual y aquí creció a pasos agigantados en la pintura, la escultura y la orfebrería. Su obra no sólo es parte del legado familiar sino que algunos cuadros y objetos además son patrimonio del Museo de Bellas Artes Franklin Rawson y de coleccionistas argentinos y del exterior del país.


Eso era lo que tenía para contar a la posteridad Eric hasta que, mientras estaba -como sigue haciéndolo- abocado a su enorme labor en su taller cuando fue convocado, junto a muchos otros artistas locales, para mostrar algunas de sus obras a las autoridades de Ceremonial y Protocolo de la provincia. Buscaban quien pudiese hacer una estatuilla de cobre como recuerdo del paso por San Juan de la Selección Argentina para la Copa Davis. Aquel llamado fue en el 2018 y desde entonces no sólo hizo la escultura pretendida para los tenistas sino que se convirtió, por así decirlo, en el artesano de los regalos oficiales.


Es que a la estatuilla de cobre basada en la serie Curvas Múltiples -una línea en movimiento en el espacio, trabajada con las manos y sin herramientas, salvo un soplete porque que tiene un solo punto soldado- le siguió una réplica del bastón de mando en pequeño formato y con el tallado de elementos simbólicos en plata y madera, que el gobernador Uñac le obsequio al papa Francisco, meses más tarde. Tuvo apenas 5 días para concretarlo.

Y en poco tiempo más, pasó a ser el orfebre encargado de materializar las medallas. A esta altura de las circunstancias ya son más de una docena las medallas que ha entregado en una caja azul. Nobleza obliga decirlo, ya ha perdido la cuenta de quiénes son los destinatarios. Llevaba un listado, pero no lo ha actualizado porque a veces ni siquiera se entera a las manos de quiénes llegan, por lógica. Sí sabe que una de las medallas ha tenido como receptor al presidente Alberto Fernández, el resto a embajadores, funcionarios varios y tan sólo dos personalidades civiles, que nada tienen que ver con las responsabilidades gubernamentales ni protocolares (ver Curiosidades del círculo de plata).


"Cuando me convocaron por la medalla sólo me pidieron algunos ítems a cumplir: fundamentalmente debía llevar la figura de Sarmiento como nuestro máximo prócer y representante. Y en la otra cara, el escudo de San Juan. Sólo eso. No hay hasta ahora otras exigencias", cuenta. Las medallas también llevan el grabado en bajorrelieve el nombre completo de Sarmiento y las palabras provincia de San Juan y República Argentina.


A pedido

Las premisas le abrieron las puertas para tomar decisiones, especialmente sobre el Sarmiento de qué etapa debía quedar inmortalizado en este emblema provincial. Buscó algunas imágenes y optó no sólo por la que fuese simbólicamente un hito para la vida de los sanjuaninos y los argentinos también la de cuando fue presidente- sino una que fuese representativa, icónica y fácil de reconocer. Entonces optó por ese Domingo Faustino de tres cuartos de perfil sobre el que tuvo que trabajar para darle dimensiones y características reales. Con ese dilema resultó, ahora tenía muchas otras cuestiones técnicas y artísticas que definir. Un exigido y puntilloso proceso.


"Tuve que modelar en cera y con un buril el retrato de Sarmiento para darle forma y para eliminar los claroscuros que tenía la pintura pero que no podían aparecer en el relieve de la medalla final. Luego otro molde de caucho de silicona que es flexible y trabaja en frío, para obtener múltiples copias de cera. A las que hay retocar porque se pierden muchos detalles respecto del original. Así es que las figuras de las medallas van pasando por un proceso de moldería con material de revestimiento refractario, que se quema a 700 grados en un horno para que desaparezca totalmente la cerca interior del molde y ese es el momento, cuando el molde está caliente, en que se puede inyectar el material metálico fundido, en la centrífuga. Después se hacen las terminaciones con el burilado", resume a grandes rasgos todo el proceso. Aunque hay una medalla en especial, la que lleva oro, que le implicó incursionar por otros caminos, los del baño electrolítico y el uso de electricidad a bajo voltaje para revestirla en metal dorado.


Pese a usar moldes, no siempre las medallas salen todas iguales. Por ser un trabajo artesanal, tienen sutiles diferencias que quizás a simple vista no se aprecian. "Las diferencias pueden estar en el pelo, en las cejas, las pestañas porque no siempre al pasar el buril se hace en la misma dirección o a veces quedan más marcados los rasgos. Lo que se hace, podría decirse, son versiones de la misma medalla", cuenta los secretos este artista que se autodefine como perfeccionista, un calificativo que pone a prueba en cada trabajo.


"A veces los pedidos de la Casa de Gobierno son de último momento porque por lógica, las visitas no se anuncian con tanta anticipación por ende no hay largos plazos ni margen de error para preparar las medallas. Y como soy muy perfeccionista, no considero que un trabajo está terminado si no está como quiero. Así es que dejo de comer, dejo de dormir y no salgo del taller hasta que no alcanzo la calidad de las medallas ya entregadas", reconoce.


Artista que vale oro


"Si bien las medallas no dejan de ser un pedido interesante, para mí son un trabajo más. En este caso es arte aplicado a una función práctica, la de una pieza protocolar. No obstante es arte", dice quien tiene en claro que es artista para expresar, por medios múltiples que tiene a su alcance; la pintura, la escultura, la orfebrería y que es de los que no distinguen entre una joya o una obra de arte. Para él todo es arte. Y quien, en todo caso, lo define, es quien lo interpreta.


Haciendo un racconto rápido Eric no sólo deja huellas en sus clases de Arte en el secundario, sino que buena parte de su calidad puede apreciarse en. Hay obra suya en Buenos Aires, Mendoza, San Juan, Alemania y Portugal. En manos de privados y de museos públicos, quizás el espacio que más le interesa porque significa para él que va a ser obra de arte cuidada, restaurada cuando lo necesite, expuesta y va a tener perpetuidad en definitiva.


Es que no puede desligarse de las raíces. De hecho, nobleza obliga decirlo, en algún momento de su trayectoria, Nobre padre -el famoso y recordado Victor Condart, que falleció en 2016- también hizo muchas veces regalos protocolares y oficiales. Ahora es él quien sigue sus pasos.


"¿Qué me diría mi papá de las medallas? Estaría encantado. Porque él hizo esta labor mucho antes que yo. Por ejemplo recuerdo que realizó una encuadernación de facsímiles de las cartas de Sarmiento para Raúl Alfonsín, cuando vino a San Juan en los "80, le encargaron unos gemelos para otro presidente y un broche con una ramita de olivos que se lo regaló el gobierno a Cristina Fernández. Ese último fue un trabajo en equipo con Sara Berestein', recuerda.


Más allá del orgullo que significa su papá, Eric reconoce que por él es artista, sin desmerecer el legado de su mamá música, Alicia Giuliani, claro que lo de ella fue otra influencia.


"Cuando éramos chicos con mi hermano Iván, pasábamos mucho tiempo en el taller de mi papá porque justamente era un espacio que nos permitía hacer de todo. Mientras él hacía sus trabajos de orfebrería, nosotros jugábamos pero también aprendíamos. En algún momento yo decidí prestar más atención a la orfebrería cuando era adolescente y luego, sin querer, estábamos trabajando juntos. Compartimos el taller varios años, hasta que tuve el mío. Pero nunca dejamos de coincidir en experiencias y siempre él fue mi mayor consejero, el que me resolvía mis consultas. Disfrutábamos mucho de este espacio común y nos acompañábamos en el concepto de que cada trabajo es un nuevo desafío que implica buscar y aprender, nuevas técnicas y procedimientos. Siento que me haría mucha falta en muchos momentos", asegura el artista que, agradecido, cuenta que suple ese apoyo incondicional con las sugerencias de su compañera de vida, Florencia Millón, también artista y diseñadora que ha ido aprendiendo su oficio, al verlo. Al igual que sus hijos Camila -que a los 18 años ya empezó a exponer sus obras de arte generado por medios analógicos y digitales-, Paloma y Joaquín.


Lo que exige el protocolo

Por un decreto provincial, el 030, cada visitante ilustre debe llevarse de recuerdo un presente. Si bien no está especificado el regalo debe tener el Escudo de la Provincia y por uso y costumbre, se estila que sea un cuadro de madera con ese emblema en cerámica, de un tamaño considerable y hasta a veces incómodo para trasladar (es un poco más grande que una hoja de papel). Eso no quita que desde el año "80 hasta la actualidad los diferentes funcionarios y máximas autoridades de la provincia han optado por incorporar otros obsequios, como alguna vez fue el emblemático poncho sanjuanino que impuso como souvenir el gobernador José Luis Gioja.


Ahora desde Protocolo están trabajando para oficializar las medallas, buscando un regalo más fácil de cargar para un visitante, tal como explicó el titular del área, Alberto Allende, quien le sugirió al gobernador este obsequio y entre los dos consensuaron que debía llevar a Sarmiento como el representativo de todos los sanjuaninos.


Aparte de las medallas, están evaluando incorporar otro regalo alternativo, como réplicas de las plumas con la que escribía Sarmiento. Claro que las que sean el reconocimiento de la provincia, serán en plata.


 Curiosidades del círculo de plata 

De todas las medallas que hizo Eric, sólo dos llevan oro, como parte de los materiales. Una, fue la primera que hizo (para el embajador de Francia). El dorado está en un borde que enmarca la figura de Sarmiento. La otra, es la que le entregaron al presidente Alberto Fernández en el 2020. Es la única que tiene el rostro bañado en 3 capas de oro. Fue la que más le costó realizar.


El resto son sólo de plata. Hasta ahora, todas fueron recibidas por varones en funciones. Ninguna mujer. Además del presidente argentino y los máximos mandatarios de otros países (Perú por ejemplo), embajadores (de Francia, Italia, Canadá, Líbano, Chile) y hasta un directivo del Banco Interamericano de Desarrollo tienen medallas. Las excepciones las marcan dos personalidades de la cultura, que no son funcionarios públicos, como Enrique Eskenazi fundador y presidente de la Fundación del Banco San Juan- por su aporte a la educación y la cultura siguiendo los valores sarmientinos; y al periodista Jorge Fontevecchia, director del grupo Perfil, quien propuso y encabezó unas jornadas educativas en la Casa de San Juan en Buenos Aires.

El paso a paso de la medalla de San Juan. Con moldería, uso de cera, de silicona, de ácidos, de centrífugas, de electricidad, buriles y muchas horas de trabajo logra las medallas. Si no tiene las herramientas que necesita para agregar un baño de oro, las construye o se las ingenia para adaptar lo que tiene a los nuevos procesos.

Por Paulina Rotman
Fotos: Maximiliano Huyema y Eric Nobre