"Seño, seño, por ahí no se cruza", gritaban los chicos de cuarto grado de la Escuela Cirilo Sarmiento de Angaco cuando la periodista que hacía la nota sobre "Vialito", el programa de educación vial que lleva adelante Vialidad Nacional, cruzaba impunemente por cualquier lado de la pista de práctica de buena conducción, sin respetar la senda peatonal. Lo peor es que no se daba por aludida, al contrario, necesitó varias exclamaciones y hasta tuvo que regresar y hacer el camino correcto.
La reacción de los alumnos era más que lógica, tan lógica como cuando los hijos indican a sus padres qué corresponde o no hacer en la calle. Para no creer, pero son quienes están educando cuando ven que un adulto no usa el cinturón, no se coloca el casco para la moto, no respeta el semáforo, por citar sólo algunos ejemplos. Indudablemente los chicos tienen otra conciencia y es a lo que apela este programa nacional para revertir la cantidad de accidentes de tránsito que se producen a diario por imprudencia de conductores, ciclistas, motoristas y peatones.
Como dice el jefe del distrito San Juan, Rubén Lomas, "en muchos países se conduce a la defensiva, es decir que el conductor piensa que sube a un vehículo que puede o le puede ocasionar daños, por lo tanto debe tomar precauciones como no hablar por celular, colocarse el cinturón, ver en qué condiciones está el vehículo, ir a la defensiva, dar prioridad, ceder el paso a quien corresponde. Así se educa en muchos lugares, acá, en cambio, se puede decir que la conducción es agresiva, el mejor ejemplo que tenemos es el paso en las rotondas que nadie respeta, todos quieren pasar primero en cualquier parte y si el vehículo es grande o es nuevo se piensa que tienen derecho a la prioridad. Sólo la educación y los estrictos controles pueden cambiar esta situación".
Precisamente, y como de eso se trata, es que "Vialito", va por su tercer año consecutivo de vigencia, y si bien es de orden nacional, San Juan es un ejemplo a seguir.
Es la única delegación que construyó una pista a escala con sendas peatonales, semáforo que funciona a batería, veredas, derivadores, rotondas, avenidas, etcétera, que se recorre en kartings en base a un juego que las instructoras llevan a cabo.
Así como los alumnos de cuarto y quinto de grado de la Escuela Cirilo Sarmiento llegaron hasta el edificio de la DNV, esta semana para participar del programa, pueden hacerlo los chicos de cualquier escuela de nivel primario previo pedido por nota.
Los pequeños llegan a la delegación de la avenida Rawson y Maipú, alrededor de las 9 de la mañana (con traslado a cargo de la DNV), son recibidos por un grupo de instructores, conocen la sede y luego son trasladados hasta una sala de reuniones. Allí, Matilde López y Estela Céspedes son las encargadas de presentar un video instructivo con todo lo que hay que saber de normas y señales viales.
Con mucha frescura y un evidente cariño por lo que hacen transmiten a los chicos la información, al punto que salen conociendo todo y comentado lo vivido. Claro que a continuación viene otra parte importante. Se dividen en dos o tres grupos, según el número de alumnos, unos se van a la pista y otros al taller para aprender cómo se construyen las señales y, sobre todo, de qué manera la gente las rompe sin motivo, o peor, las roba con algún fin.
En la pista
Doce kartings impecables esperan a los chicos para la práctica de lo que aprendieron antes en la teoría. Los pequeños de la Cirilo, a cargo de la seño María Eugenia Gironés no pueden con la alegría. Muchos de ellos se notan muy instruidos y es porque en esa escuela se lleva adelante un programa de educación vial que las maestras instrumentan con muy pocos recursos. Este, es además, un requisito que pide la DNV para participar de Vialito, con lo que además impulsan a las escuelas a hacerlo en caso de no contar con uno.
Unos hacen de conductores, otros de peatones (luego invierten los roles), y circulan respetando las señales, las sendas, la prioridad en las rotondas, los derivadores, y un párrafo aparte merece el semáforo.
Allí María Elisa Roca (profe de educación física), y Gabriela de la Vega, son las encargadas de dar las indicaciones, las mismas que agregaron un juego para que sea más divertido.
En el semáforo los chicos se detienen, cuentan anécdotas y reciben explicaciones de como las formas y los colores son básicos en las señalizaciones viales y como tal deben ser respetadas.
Mientras tanto, la seño Gironés cuenta como muchos de los chicos llegan a la escuela en bici tras recorrer varios kilómetros, otros en motos que llevan hasta cuatro niños, por citar ejemplos que demandan de toma de conciencia para evitar accidentes.
Joan, es uno de los primeros que sale de la pista y cuenta que aprendió todo, pero lo curioso es que de inmediato dice que para el Día del Niño le gustaría que le regalen un casco y unas rodilleras para usar cuando va en bici hasta la escuela.
Flavia explica que "hay que ponerse en cinturón de seguridad en el auto, usar el caso es muy importante y respetar el semáforo". Brenda comparte los conocimientos y cuenta otros aspectos para demostrar que han aprendido.
Todos opinan entusiasmados, antes de pasar al refrigerio que les da Vialidad. Allí se reúnen con los chicos de quinto que a la par estuvieron en el taller. Esta media mañana está nutrida de un rico mate cocido con alfajores por partida doble. A esa altura están todos con hambre y necesitan un descanso para seguir.
En el taller
En esta parte del trayecto Melisa Ortíz Casas y Cristian Fischer, se encargan de explicar la historia de las señalizaciones viales, carteles específicamente, y no dejan de sorprender algunos aspectos. Uno de ellos es como a través del tiempo han debido cambiar los soportes para evitar robos, como fue el caso de los carteles de aluminio que debieron ser reemplazados por los de chapa galvanizada porque se los robaban para hacer repuestos de motos. Actualmente se usa mucho una base de cartón aglomerado que no tiene mucha durabilidad, pero al menos ningún ladrón lo aprecia por su valor.
Sobre éste se colocan las señales viales en un papel especial que permite ser visto desde lejos. Todo se fabrica en el taller de Vialidad y el instructivo no sólo sirve para ver y saber cómo se trabaja sino para aprender a cuidar algo tan importante como es la conservación y cuidado de cartelería vial.
Mientras tanto los chicos de quinto realizan el mismo circuito a la inversa con su seño Sandra Puerta, y aprovechan al máximo las instrucciones gracias a esta propuesta llena de juegos y muy interactiva.
En Vialidad
Los números indican que hasta la fecha han participado de Vialito unos 2800 alumnos quienes además de la jornada de aprendizaje reciben folletos con todas las señales y textos en los que se explica cosas básicas y fundamentales para un conductor o peatón contadas de manera muy didáctica.
Todo este itinerario implica una inversión que los dos primeros años fueron solventados por la DNV y empresas que participaban de la campaña en los medios de comunicación y colaboraban con este programa, pero este año no cuentan con este recurso.
"Así es que este año estamos complicados y buscamos recursos para continuar. Ahora utilizamos recursos propios, pedimos partidas a nivel nacional, y solicitamos a las empresas que quieran colaborar que se acerquen a la delegación", explica Rubén Lomas.
Una de las posibilidades de financiamiento que se baraja es a través del BIERS (Banco Internacional de Reconstrucción y fomento), perteneciente al Banco Mundial. Allí se ha presentado un proyecto que se espera sea aprobado.
San Juan corre con la ventaja de tener el programa Vialito muy incorporado con una pista única porque si bien hay provincias como Córdoba y Santiago del Estero que van a las escuelas con el personaje y tienen una pista móvil, respectivamente, u otras con pistas de menor magnitud, no se asemejan a la propuesta local.
"El proyecto ha crecido mucho en sus tres ejes, tanto en el video, como en la charla teórica y la práctica a través del juego", dice Lomas.
Son cerca de tres horas en la que los chicos la pasan bien, y sobre todo, se llevan el concepto de ser "responsable y respetuoso del otro". Las seños se llevan láminas muy grandes, de buen soporte, para la escuela que tienen efecto multiplicador entre los alumnos. Esos que como lo hicieron con la periodista de este medio, pondrán el grito en el cielo para que los adultos tomen conciencia de una realidad que signa al país como líder en riesgos de accidentes de tránsito. Una conciencia que ellos ya forman de otra manera gracias a la educación.

