Graciela en un alto en la visita a San Juan que hizo en diciembre pasado.

Por Paulina Rotman y María Inés Montes
Fotos: Graciela Pineda, Guillermo Correa y Alejandro Carracedo del equipo de Prensa de la FNS
 
 
Si uno piensa en una reina, seguramente imagine a una dama. Que como tal sea elegante. Coqueta. Distinguida. Sencilla. Segura de sí misma. Sensible.


Todo eso y mucho más es Graciela Pineda desde el instante en que le propusieron representar a su escuela y por tan solo un voto de diferencia con la virreina -Mirian Nicolás que supo ser modelo, periodista y actualmente se dedica al diseño de bijouterie- se quedó con la corona. 


Claro que no fue tan sencillo que se presentara, según cuenta.


Lo que sí, con aquella premiación se inició un camino inolvidable para ella. Y un hito para la tradición de la provincia. Hoy lo recuerda en exclusiva para Revista OH! y lo comparte con los sanjuaninos.


¿Qué recuerdos tenés de la Fiesta del Sol de 1972? ¿Cómo fue ese momento para vos?


Fue impresionante y no puedo creer que ya hayan pasado 47 años de aquella primera Fiesta del Sol. Claro que la vida ha pasado muy rápido para mí.


Nobleza obliga decir la verdad: yo no me presenté como candidata. Sino que fue un pedido muy especial de Anita Pérez Ciani, quien era la directora de la Escuela Normal Sarmiento, donde yo cursaba el Quinto Año de Bachillerato. En un primer momento le dije que no podía, y le di mis razones, ya que además de cursar el último año del secundario, estudiaba piano y estaba preparando mis primeras materias de Derecho como alumna libre en la Universidad del Litoral. Sumado a eso le confesé que me daba un poquito de vergüenza. Ella me contestó con una pregunta: si me daba vergüenza representar a nuestra escuela? Y luego me dijo que no lo podía rechazar porque era como si la abanderada rechazara la bandera. Yo lo comenté con mis padres, quienes me animaron y me apoyaron como siempre con muchísimo cariño. Al final lo pensé y me convenció que no podía dejar de hacerlo, que tan sólo sería cosa de un ratito y nada más.


¿Qué significó esa experiencia en tu vida?


Fue una experiencia muy bonita. Me sentí orgullosa de representar a San Juan, mi tierra, en todo el país, ya que me invitaron a todas las fiestas nacionales a las que acudí siempre acompañada de mi querida madre. Ambas disfrutamos mucho esos viajes, conociendo muchos rincones de nuestro país, relacionándome con reinas de otras provincias. Fue una experiencia enriquecedora y fue un año muy intenso y muy especial en mi vida.



¿Volviste a ser reina alguna otra vez?


Nunca más me presenté a otro concurso. Pero, debo decir que sí he seguido siendo reina. Soy la reina de mi familia, de mi marido y mis tres hijos. Y lo digo no solo por ser la única mujer en casa, sino por el gran cariño que recibo a diario de ellos. Ellos "me tienen como una Reina". Medio en chiste, medio en verdad, me lo dicen siempre.


¿Cómo recibiste la noticia de que este año iban a homenajear, entre otras cuestiones, a aquella primera fiesta y por ende a la primer reina?


Me encantó la idea de rememorar aquella primera fiesta. Cuando estuve en San Juan en diciembre pasado, conocí a Pablo Pastor (encargado del guión y la dirección del espectáculo final) y a la actriz que me va a representar. Los organizadores tuvieron la delicadeza de explicarme todo lo que iban hacer y creo que va a resultar una fiesta preciosa. Desde ya les deseo todo lo mejor pero muy especialmente deseo que todos los sanjuaninos puedan disfrutarla.


Me enorgullece saber que a través de los años perdura la Fiesta Nacional del Sol, que tiene tanta importancia en nuestro país y que atrae turismo a nuestra provincia.



Una vida de ensueño


Hace 29 años que Graciela y su familia partieron a España, el país de sus abuelos y el que con los años le sirvió de cuna a sus nietos. Aprendió a querer ese lugar, a sentirlo propio y a reconocer que a Argentina y a España "nos unen muchas cosas, es la misma cultura''. Aunque, como ella misma dice con un dejo de nostalgia, "a mi tierra, a mi gente y mis seres queridos, me los llevé conmigo y los tengo siempre en mi corazón''.


Junto a su esposo Alfredo Bataller Parietti, sus hijos (Alfredo, Cristian y Alejandro), sus tres encantadoras nueras y sus seis nietos, conforman una familia maravillosa y super unida.


En España, más precisamente en Alicante, entre otras empresas, pudieron hacer nacer una clínica de Salud y Bienestar, la SHA Wellness Clinic, considerada líder mundial en su rubro. De hecho, en la edición de este mes de la revista Vogue de Francia, lo catalogan como el mejor spa del mundo. Hay sobradas razones para sostener ese mérito: no sólo los famosos de toda Europa y Estados Unidos (como Naomi Campbell, Kylie Minogue, Isabel Preysler, Julio Iglesias, Bárbara Streissand, Ferrán Adriá, entre otros) lo frecuentan y lo eligen para sus tratamientos y para verse mejor. Además en estos 10 años, han sido condecorados con más de 60 premios internacionales. Graciela dedica buena parte de su tiempo a esa clínica.



Una mujer especial


"Tengo muy claro que la belleza física es efímera. La belleza que tenemos que cultivar es la interior, la del alma. La imagen que irradiamos es una combinación de actitudes, sentimientos y valores. El estar felices con nosotros mismos, tener una actitud positiva ante la vida, el saber amar a los demás, eso nos hace más bellos, y es lo que perdura. No hay que olvidar que somos un compuesto de cuerpo, mente y espíritu'', dice por demás convencida. Ella en cuerpo y alma, son testimonio fiel de cada una de sus palabras.

Graciela posa junto a Andrea Collado, la actriz que la representará en el espectáculo final el sábado 23.