La arquitectura y el paisajismo evolucionan de manera constante; se incorporan distintas técnicas que al ser aplicadas logran embellecer el medio, maximizar el aprovechamiento del espacio y hacerlo de manera sustentable. Los jardines verticales constituyen un nuevo concepto cuyo objetivo es el de reverdecer paredes con plantas naturales.
El precursor de este tipo de jardines es el doctor Patrick Blanc. A partir de la observación de la flora del sotobosque tropical, este botánico francés de casi 70 años creó el sistema para realizarlos y luego lo patentó con su nombre, revolucionando una buena parte de la arquitectura y el paisajismo moderno. (Ver recuadro aparte)
Países como Alemania y Francia han valorado muy positivamente el diseño y creación de jardines verticales, otorgando valor estético y ambientalista al lugar.
Alemania es pionera en estos jardines, y actualmente más de cien ayuntamientos de ese país ofrecen incentivos para la construcción de cubiertas ecológicas.
El jardín vertical consiste en tapizar muros y tejados con plantas que crecen sin ningún tipo de suelo, como hacen las epífitas, musgos, líquenes, orquídeas, helechos y bromelias, también llamadas plantas epífitas que usan de soporte a otras especies en lugar de enraizar al suelo. Para ello empleamos fibras sintéticas específicas adosadas a bastidores en la construcción de un jardín de este tipo. Los recursos a la hora de armar la estructura de una pared de este tipo son tan grandes como de la imaginación del hombre.
Pueden instalarse tanto en interiores como exteriores, siempre que se realice la elección correcta de las especies que lo conformen.
Una de las características más destacables es la ligereza de su peso, así como su óptima instalación en el exterior de edificios, incluso sometiéndose a diferentes climas.
Estos jardines permiten la confección de superficies vegetales que sirven de filtros de aire y reguladores térmicos, reduciendo hasta 8 grados la temperatura exterior y hasta 10 decibelios la contaminación acústica.
No obstante, cabe señalar que tanto el diseño de jardines verticales como la naturalización de azoteas o terrazas es un trabajo desarrollado desde hace años, ofreciendo múltiples beneficios medioambientales a las ciudades.
Básicamente existen dos tipos de jardines verticales, aunque las clasificaciones tan exactas podrían no ser tan precisas. Para que se comprenda, podemos tener jardines verticales llamados hidropónicos, en los que las raíces de las plantas crecen en un medio inerte, como puede ser un fieltro no tejido de poliamida, polietileno o poliéster, lana de roca y espumas técnicas, como poliuretano y poliurea. En estos jardines verticales todos los nutrientes son aportados vía riego y es clave que funcione correctamente para el éxito del mismo.
El otro tipo de jardín vertical es el de sustrato, en el que las raíces crecen en un medio artificial (armado) poroso con algún porcentaje orgánico más o menos elevado, alivianado con perlita y turba. Lo nutrientes también se pueden aportar vía riego en mayor o menor porcentaje, pero no son tan imprescindibles para el funcionamiento por la mínima capacidad de retención que posee.
El riego
Es común que la instalación de caños de agua distribuyan el líquido en la parte superior de la pared y posteriormente éste se difunda por gravedad a través del sustrato o las fibras. Se arma un circuito cerrado para recolectar el agua sobrante y volver a utilizarla mediante una bomba de recirculación desde un colector.
Especies que se utilizan
Las plantas que comúnmente se utilizan en este tipo de jardines deben requerir poco sustrato, tales como las epífitas, musgos, líquenes, orquídeas, helechos (helecho serrucho) y bromelias, también llamadas plantas aéreas, que naturalmente aprovechan de soporte a otras especies en lugar de enraizar al suelo. Existen plantas que brindan ciertas características, como el culandrillo, que aporta su cualidad de detector de la sanidad del sistema, ya que si el culandrillo está bien, el sistema está en equilibrio; la tradescantia, que aporta color a partir de sus hojas; plantas como las crasulas, los kalanchoes, los sedum y las echeverrias son suculentas de bajo mantenimiento y aportan una textura de hoja muy particular. Por su parte, los malvones, las tulbalgias y los geranios brindan color a partir de su floración. Además de aportar un valor estético y de contribuir a la sensación de bienestar de quienes las aprovechan por su belleza y colorido, las paredes verdes aportan una gran cantidad de beneficios, como el de recuperar oxígeno, atenuar los ruidos de la ciudad, capturar y limpiar de smog el aire.
También neutralizan gases nocivos y atemperan el clima, lo que permite reducir el consumo de energía, especialmente en verano, porque actúa como un sistema de refrigeración natural aislando el calor. Una manera estética de mejorar la calidad ambiental.
En estos espacios caben huertos urbanos o simplemente especies apropiadas de vegetación. Si el uso de los jardines verticales no se ha extendido más, es debido al problema que a veces se genera cuando la planta enraíza en el muro o el tejado, socavándolos e incluso destruyéndolos. Es importante destacar que frente a este problema, se debe realizar una correcta impermeabilización imitando a la naturaleza. El tema central radica en diseñar muros vegetales con plantas muy ligeras, irrigadas automáticamente con agua y nutrientes como vía para que la planta no busque su alimento profundizando con las raíces.
Usando una base metálica, una capa de PVC y otra de fieltros especiales como soporte se consigue que 30 plantas por metro cuadrado crezcan sin sobrepasar los 30 kg de peso en un jardín vertical.
Los tips fundamentales
– Un jardín vertical consiste en tapizar muros con plantas que pueden crecer en distintos medios de cultivo.
– Pueden prosperar en un sustrato liviano, con algún tipo de suelo natural, o en fibras sintéticas específicas adosadas a bastidores resistentes y de bajo peso.
– El jardín vertical puede diseñarse de infinitas formas, una estructura de hierro y tela de gallinero para sostén también será aceptado.
– Pueden estar en ambientes de interior y exterior.
– Puede llevar desde riego automatizado hasta regarse con una simple regadera de mano.
– Las plantas que utilizo son variadas, según el gusto personal, respetando condiciones de luminosidad, temperatura y humedad.