Para Belén Coria, un camisón y en todo caso un pijama, no son una prenda más. Son ese pedazo de tela indispensable, suavecito, liviano y cálido por momentos. Ropa con magia, podría decirse suavecito , liviano y cálido por momentos. Ropa con magia, podría decirse.


De hecho, para ella, los camisones significan libertad y comodidad, no estar apretada ni atada a las costuras, algo que a partir de ser diagnosticada con cáncer empezó a molestarle. Pero fundamentalmente son, ni más ni menos que el mejor signo de estar en su casa porque cada vez que vuelve de la calle, lo primero que hace es quitarse toda la ropa y envolverse en su camisón. Belén, sin lugar a dudas, necesita esta sensación placentera y única, y por eso trata de tener en sus cajones la mayor cantidad posible de camisones, y de buena calidad, para que simulen un vestido, cada vez que le tocan el timbre.


Será porque ha pasado en camisón mucho tiempo de su vida, entre operaciones, tratamientos invasivos y recuperaciones que ha establecido ese vínculo con esta ropa. Pero ahora, su relación ha cambiado. No sólo porque ha podido superar la enfermedad sino también porque por su energía arrolladora ha podido saltar de la cama para empezar a producir su propia línea de camisones con sus dibujos de mujeres despeinadas como impronta, los que vende por supuesto pero con los que también se da el gusto de "darle un mimo" a alguien que esté pasando por lo mismo que ella vivió hace unos años.


El año pasado hizo su primera producción de camisones de todos los talles y todos los colores y ahora está en proceso de un segundo intento, esta vez sólo en color negro. Pero no es todo. Esta artista emprendedora ya tiene otras ideas para hacer crecer su proyecto textil, sin descuidar la veta solidaria que no sólo la entusiasma sino que es parte del concepto de sus productos.


"Me decidí a hacer los camisones no sólo por gusto personal sino pensando en todas esas mujeres que pasan mucho tiempo en la cama, haciendo tratamientos, que no salen de sus casas. En ese momento, al menos a mí me pasó con mi proceso con el cáncer, yo necesito tener la sensación de estar en un camisón lindo, entre sábanas limpias. Entonces quise hacer algo lindo para esas mujeres. Porque estar en camisón y haciendo reposo no necesariamente es estar depresiva, bajoneada o entregada. que se disfrute. Por eso quise incluir mis dibujos de mujeres desesperadas como símbolo de que estar despeinada puede ser algo lindo, que tenga que ver con el ir para adelante, luchando contra lo que la vida nos pone en el camino.Estar despeinada quiere decir que el cuerpo sigue vivo y que las células siguen trabajando y se va acomodando ", explica la emprendedora que todavía no se anima a coser ella misma sus camisones, mucho menos por tratarse de grandes cantidades. la ayuda de la diseñadora gráfica mendocina Valeria Lauretti, que le dio forma gráfica a sus dibujos de las cabelleras despeinadas para ser serigrafiados en cada prenda (con este sistema artesanal se asegura que no los afecten los lavados), la diseñadora de indumentaria Tania Viglione es quien la orienta y la ayuda con el diseño de las prendas y su equipo de costura quien las lleva adelante. Belén aportó la idea, la iniciativa, el elegir las mejores telas y por supuesto, sus inigualables personajes. tantas restricciones por el covid,el delivery puerta a puerta, especialmente para quienes han sido beneficiarios de sus donaciones.bajoneada o entregada. También tiene que ser algo que se disfrute. Por eso quise incluir mis dibujos de mujeres despeinadas como símbolo de que estar despeinada puede ser algo lindo, que tenga que ver con el ir para adelante, luchando contra lo que la vida nos pone en el camino. Estar despeinada quiere decir que el cuerpo sigue vivo y que las células siguen trabajando y se va acomodando", explica la emprendedora que todavía no se anima a coser ella misma sus camisones, mucho menos por tratarse de grandes cantidades. Es por eso que recurrió a la ayuda de la diseñadora gráfica mendocina Valeria Lauretti, que le dio forma gráfica a sus dibujos de las cabelleras despeinadas para ser serigrafiados en cada prenda (con este sistema artesanal se asegura que no los afecten los lavados), la diseñadora de indumentaria Tania Viglione es quien la orienta y la ayuda con el diseño de las prendas y su equipo de costura quien las lleva adelante. Belén aportó la idea, la iniciativa, el elegir las mejores telas y por supuesto, sus inigualables personajes. También, cuando se podía transitar sin tantas restricciones por el covid, el delivery puerta a puerta, especialmente para quienes han sido beneficiarias de sus donaciones.

MultifacéticaMultifacética. Belén es artista (detrás se puede ver uno de los cuadros de sus Despeinadas)
y creativa emprendedora de su proyecto de camisones, que combina con su rol de mamá de Juan y Lucía, pareja, hija, hermana, amiga y experimentada paciente para quien necesite escuchar su historia.

Puntada a puntada


Tenía 36 años, en el 2014, cuando fue diagnosticada de un cáncer de mama, complicado. Hasta ese momento la rutina para esta mujer carismática, simpática y hermosa, estaba regida por la crianza de su hijo Juan -que en ese entonces tenía 5 años-, por su trabajo, por disfrutar de una familia con mamá, papá y hermanas amorosas y también de la amistad sin límites. Había dejado atrás su paso por las aulas de la Facultad de Derecho para darse cuenta del enorme gusto de estudiar Artes y hacer talleres de pinturas en Córdoba y Mendoza. Trabajaba en la televisión de San Juan, entre otros espacios. Hasta que una "bolita" en su mama derecha que fue creciendo a pasos agigantados le jugó una mala pasada que implicó someterse a mastectomía (de su mama enferma y de la otra, por prevención), vaciado ganglionar, quimioterapia,Mendoza. Trabajaba en la televisión de San Juan, entre otros espacios. Hasta que una "bolita" en su mama derecha que fue creciendo a pasos agigantados le jugó una mala pasada que implicó someterse a mastectomía (de su mama enferma y de la otra, por prevención), vaciado ganglionar, quimioterapia, rayos y como parte del tratamiento aplicaciones de medicación en la panza, entre otras acciones para vencer el cáncer y muchas secuelas como la colocación de prótesis, caída del pelo, una delgadez extrema.


En ese entonces comenzó a volcar en un blog en Facebook -bajo el nombre "Blog de Blencha" - algunos momentos de su tratamiento, momentos buenos y también de los malos. Su objetivo era, en principio, descargarse y explicarle a los suyos lo que vivía, pero por esas cosas de las redes y de la conectividad o la globalización, o como se llame, sus textos cargados de sensaciones llegaron a miles de personas desconocidas que sentían empatía con cada palabra, que se emocionaban con sus dichos y no podía dejar de identificarse con ella. Ese era su "cable a tierra" y su conexión social.Facebook -bajo el nombre "Blog de Blencha"- algunos momentos de su tratamiento, momentos buenos y también de los malos. Su objetivo era, en principio, descargarse y explicarle a los suyos lo que vivía, pero por esas cosas de las redes y de la conectividad o la globalización, o como se llame, sus textos cargados de sensaciones llegaron a miles de personas desconocidas que sentían empatía con cada palabra, que se emocionaban con sus dichos y no podían dejar de identificarse con ella. Ese era su "cable a tierra" y su conexión social.


Claro que no era el único modo de gritar y soltar lo que le pasaba porque el arte seguía empujándola a expresarse. Entonces, paralelamente empezó a pintar. Y en los muchos garabatos y figuras que fue delineando aparecieron las "Despeinadas", unas mujeres de cabelleras exageradas, muy coloridas y revueltas, como modo de expresar lo que pasaba por su cabeza, pero también por el resto de su cuerpo y especialmente por sus sentimientos. 


En ese ínterin, sucedió un verdadera sorpresa que le hizo tomar la decisión de que el cáncer estaba superado y la vida no solo daba vuelta la hoja, sino que le ponía un nuevo desafío a su día a día: en su panza creía Lucia. Se enteró cuando estaba de 5 meses de embarazo, un tiempo para responder inquietudes, accept lo que le esperaba y llenar de preguntas a la ciencia médica que aún no puede explicarse este milagro, más que con esa definición.


La bebé nació y entre las muchas nuevas rutinas que incorporó con su hija y los "'salvavidas" artísticos que siguieron vigentes en su vida, también se decidió tomar un curso de costura, con la excusa de así poder desempolvar una máquina Singer que por años tuvo guardada en su caja original. Así fue como hizo un taller en El Pasillo y pese a que luego de esa experiencia interesantísimas para ella, solo cosió monederos, algunas bolsitas de tela multiuso y algunas cartucheras, fue el puntapié inicial para reencontrarse con su gusto por las telas y con las habilidades para tejer y coser heredada de abuelas y tías.Singer que por años tuvo guardada en su caja original. Así fue como hizo un taller en El Pasillo y pese a que luego de esa experiencia interesantísimas para ella, solo cosió monederos, algunas bolsitas de tela multiuso y algunas cartucheras, fue el puntapié inicial para reencontrarse con su gusto por las telas y con las habilidades para tejer y coser heredada de abuelas y tías.


Semejante bagaje, sumado a su propia creatividad, dieron por resultado, esta línea de camisones de modal con sus Despeinadas y sus frases positivas como bandera.

Para despertar la solidaridad

Con los camisones listos y un listado de clientas expectantes, llegó una vez más -como hizo con el blog y en tantas oportunidades que ha demostrado su calidad humana- su necesidad de que sus prendas de diseño pudiesen ser usadas por alguien que estuviese pasando un momento difícil.


Ella se propuso a sí misma que cada 20 camisones vendidos, donaría uno a una paciente oncológica. De la primera partida, logró regalar media docena. ¿Cómo lo hizo? Fue tal la vorágine por la venta que no tuvo tiempo real para llegar hasta el servicio de algún hospital para confeccionar un listado. "Sencillamente le pedí a mi oncólogo que me contactara con sus pacientes que necesitaran un mimo. El único requisito era que fueron mujeres en tratamiento para que el camisón les llegara en un momento de franca necesidad. Con el nombre que él me dio hice un sorteo , con papelitos que yo fui sacando de una bolsa. Llamé a cada una, les conté mi idea y les llevé el camisón a estas felices y sorprendidas ganadoras. Fue un momento tan lindo y significativo para mí y para cada una de ellas. Ahora quiero redoblar la apuesta y donar muchos más camisones.oncológica. De la primera partida, logró regalar media docena. ¿Cómo lo hizo? Fue tal la vorágine por la venta que no tuvo tiempo real para llegar hasta el servicio de algún hospital para confeccionar un listado. "Sencillamente le pedí a mi oncólogo que me contactara con sus pacientes que necesitaran un mimo. El único requisito era que fueran mujeres en tratamiento para que el camisón les llegara en un momento de franca necesidad. Con los nombre que él me dio hice un sorteo, con papelitos que yo fui sacando de una bolsa. Llamé a cada una, les conté mi idea y les llevé el camisón a estas felices y sorprendidas ganadoras. Fue un momento tan lindo y significativo para mí y para cada una de ellas. Ahora quiero redoblar la apuesta y donar muchos más camisones. En esta segunda tanda pretendo hacer más que lleguen a más despeinadas", explica la emprendedora que se ha empeñado en que el proyecto textil crezca y pueda seguir donando camisones para hacer sentir especiales a las receptoras. Ella sabe, por propia experiencia, lo importante que es eso. Y la fortaleza que da, un cariño desinteresado y lleno de afecto.

"Más allá de que los camisones han sido bienvenidos en todos los casos, para mí también fue muy significativo poder ir y sentarme con una persona que transita esta dura enfermedad y contarle mi historia, decirle mirá, mirame como estoy hoy, luchá que todo va a estar bien, si hasta yo tuve una hija después del cáncer y ahora no paro. Todo esto es esperanzador ", reflexiona Belén, en voz alta, casi como diciéndoselo a sí misma también. mirá, mirame como estoy hoy, luchá que todo va a estar bien, si hasta yo tuve una hija después del cáncer y ahora no paro. Todo esto es esperanzador", reflexiona Belén, en voz alta, casi como diciéndoselo a sí misma también. 

Los camisones más lindos


Los camisones de Belén se pueden ver y elegir por medio de las redes sociales. Su página en InstagramInstagram @despeinadas_belen_ coriabelen_coria es su vidriera, por ahora en tiempos de pandemia. Por esa vía se puede concretar la compra.


De la primer tirada no le queda ningún camisón. Y de esta segunda temporada, hay que reservarlos. Solo serán en color negro, por haber sido el más pedido, en talles que van desde el S al XL.


En borrador y fundamentalmente en sus anhelos, Belén no descarta incorporar camisones de invierno (que están demorados porque tuvo covid), pijamas, batas, remeras para hombres, remerones de mujer. Es más, como sus límites están guiados por sus deseos, hasta proyectadas fundas, sábanas y almohadones con las despeinadas como impronta.covid), pijamas, batas, remeras para hombres, remerones de mujer. Es más, como sus límites están guiados por sus deseos, hasta proyecta fundas, sábanas y almohadones con las despeinadas como impronta.


Los camisones no sólo son preciosos, sino que vienen en un packaging muy delicado: unas bolsitas de tela, con todos los detalles, como un moñito con corazones de crochet, hechos a mano, especialmente para este producto tan femenino.packaging muy delicado: unas bolsitas de tela, con todos los detalles, como un moñito con corazones de crochet, hechos a mano, especialmente para este producto tan femenino.


Pinceladas femeninas

Además de las Despeinadas, en el historial artístico de Belén hay siluetas de personas, flores, simpáticos pajaritos, caballitos de calesita y muchas ventanas. Pero fundamentalmente hay mujeres. 


En ese universo artístico, considera que las Despeinadas -esas que comenzaron a pintar entre 2015 y 2016- tienen un significado especial.

Solidaridad hecha camisón. Uno de los objetivos de Belén es que sus prendas lleguen a
mujeres que necesiten un mimo, para superar quimios, rayos y los tratamientos invasivos que impone el cáncer.quimios, rayos y los tratamientos invasivos

"Surgieron después de haber hecho quimio, justamente cuando me empezó a crecer el pelo. Fue tal el caos, la revolución que sentí que me sentí despeinada, descolocada, ni siquiera me había pasado eso cuando se me cayó. Te crece un pelo diferente, que tiene que ver con tanto transformación física. Ahí hice catarsis a través de estas pinturas que hablaban por mí. Con el tiempo pude entender que estar despeinada tiene que ver con estar viva, con que el cuerpo sigue activo. Y por supuesto, llegué a la conclusión que todas las mujeres nos despeinamos y que no es nada malo estar despeinada ", resume, feliz de su obra y su filosofía.quimio, justamente cuando me empezó a crecer el pelo. Fue tal el caos, la revolución que sentí que me sentía despeinada, descolocada, ni siquiera me había pasado eso cuando se me cayó. Te crece un pelo diferente, que tiene que ver con tanto transformación física. Ahí hice catarsis a través de estas pinturas que hablaban por mí. Con el tiempo pude entender que estar despeinada tiene que ver con estar viva, con que el cuerpo sigue activo. Y por supuesto, llegué a la conclusión que todas las mujeres nos despeinamos y que no es nada malo estar despeinada", resume, feliz de su obra y su filosofía.


Después de estas mujeres con pelos alocados, parados, enredados, revueltos, le siguió una colección de pinturas de "Mujeres Poderosas" como la Iemanjá (una divinidad de la fertilidad, ligada al mar, muy popular en Brasil), la Virgen de Guadalupe, la Virgen del Perpetuo Socorro y Santa Bárbara.