Laura Enid Barragán es más conocida por su apelativo de “Mora” que por los nombres impuestos en el bautismo. El apodo surgió al nacer, porque era morochita y al crecer se fue decolorando y le acortaron el “Morocha”, que ya no pegaba, por el de “Mora”. Se recibió de Maestra Normal y ejerció hasta 1960 en que se casó con el agricultor en el cultivo de nogales; Alfredo Varas Lozada (87), que la llevó a vivir desde entonces en Tamberías, Calingasta. Allí fue directora de la Escuela Nº 27, hoy “Batalla de Maipú”, hasta 1972 e inmediatamente, hasta diez años después, directora de la Nº 90, hoy Cte. Eleazar Videla, en Pocito, jubilándose al culminar. Tienen tres hijas y siete nietas: María Inés (48), profesora de Artes Plásticas y con una hija, María Emilia Plana. Le sigue María Laura (47), casada con Fernando Amín y dos hijas, María Paula (23) y Malena (19). Por último, María Eugenia (46), casada con Eduardo Servetto, con cuatro hijas: María Josefina (19), María Agustina (16), María Valentina (13) y María Milagros (10).
Mora decidió celebrar su octogésimo cumpleaños en la ciudad para reunir a toda su familia y amigos, sobre todo de la esposa de su hermano, Sava Sumich de Barragán. La convocatoria fue en Ausonia, almuerzo mediante organizado todo la descendencia de los Barragán que abarca tres generaciones. A Mora le gusta ocuparse de su jardín y comparte con su esposo, el amor a la tierra y las lecturas de las que son apasionados. Ella está releyendo “El amor en los tiempos del cólera” y él, “Los mitos de la historia argentina”. Le encanta la genealogía y en la búsqueda de documentos y fotografías la acompaña con dedicación Mónica Alsina de Quiroga, con la idea de reconstruir el pasado familiar.