Transplantar es simplemente cambiar la planta de un lugar a otro, ya sea por motivos estéticos o por la propia salud de la planta. Lo más importante que debes recordar es que transplantar una planta podría ser algo parecido a practicar una operación a una persona. Si ella está bajo anestesia, no sufrirá ningún dolor, pero si está despierta y padece, no pasará uno de los mejores momentos de su vida. Las plantas se parecen mucho a las personas en este sentido. Aplicar el sentido común es fundamental a la hora de tomar decisiones.
Es un buen momento para transplantar aprovechando que la planta esta entrando en su letargo. Mientras la planta está "dormida", un transplante no será traumático para ella. El mejor periodo para llevar a cabo esta práctica es desde fines del otoño e invierno (sin heladas, ni nevadas) hasta que empieza a hacer calor.
Como hemos dicho, transplantar consiste en extraer el ejemplar del lugar donde está plantado y volverlo a plantar en otro sitio. Para lo cual ese otro sitio debe estar ya preparado ya sea la tierra o el sustrato de una maceta. Proporcionarle una buena composición es lo ideal, entonces su estrés será mínimo en el proceso de adaptación.
Cambios de maceta
-Regar antes del transplante. Conviene humedecer el pan de tierra un día antes para que no se rompa.
– Conservar sano el pan de la planta. Si las raíces se adhirieron a los costados de la maceta, pasar un cuchillo de hoja larga para despegarlas. Luego, invertir la maceta, tomando la base de la planta entre los dedos, y dar un golpe seco pero suave en el borde. Si el pan no sale con este procedimiento, se recomienda romper el recipiente con una masa o martillo. Esa maceta rota puede usarse en el fondo de la nueva o puede colocarse leca para facilitar el drenaje.
– La nueva maceta deberá ser dos o tres veces más grande que la anterior, con un agujero para drenaje en el fondo.
– Para que las raíces nuevas puedan desarrollarse con vigor, el sustrato a incorporar deberá ser rico en materia orgánica y suelto para que, con el tiempo, no se compacte. La mezcla ideal es: tierra negra, humus de lombriz, resaca, turba, un poco de arena gruesa, restos orgánicos descompuestos y perlita que contribuye a la aireación.
– Para acomodar la forma de un arbusto transplantado, es recomendable la poda de las ramas interiores para abrir la copa y permitir que el aire penetre entre las ramas para evitar enfermedades. También deberá hacerse un despunte del 10 al 20% del largo de las ramas. Se recomienda el recorte de todas las ramas secas.
– Es imprescindible un riego abundante y lento para que el sustrato nuevo se asiente y llene bien todos los huecos de aire que evitará el sufrimiento de las plantas
Razones para el transplante
Razones para cambiar una planta de lugar
– Si está estorbando.
– Si queremos poner otra cosa ahí.
– Si hay que hacer una obra de algún tipo en ese lugar, etc.
Transplantes de plantas grandes
Consideraciones previas respecto a los transplantes
1- Una planta de mediana o grande es complicado su transplante y la mayoría de las veces no se hace. Porque extraerla del suelo, si está pegada a un muro o a una pérgola es muy dificultoso, además habría que podar prácticamente todas las ramas, dejarla arrasada, sólo con un tronco o sus ramas principales. Además suele ser una planta envejecida.
2- Hay especies que son más difíciles de transplantar que otras porque tienen más problemas para superar el trauma de romperle la mayor parte de sus raíces. En cambio, otras son muy duras y aguantan el transplante relativamente bien. Aunque siempre es un trauma, necesitarán cierto tiempo para recuperarse.
3- Siempre una planta más grande es más complicada de transplantar que una pequeña, no sólo por el peso al moverlo y su volumen, sino porque tiene más riesgos de no agarrar.
4- El trasplante se debe hacer cuando la planta esté en descanso, o sea, en otoño – invierno. No en pleno crecimiento y actividad. Hacerlo en primavera o verano supone dejar a la planta sin apenas raíces en un momento en el que las hojas y las flores están pidiendo mucha agua.
5- Una buena composición de sustrato está formada por: tierra negra, humus de lombriz, resaca o turba. Además debe tener un buen drenaje y una paila donde retener el agua y que la bordeadora del césped no rompa o dañe su fuste.
