Escalar la alta montaña es un desafío que requiere de mucha preparación. Todo pensado hasta el más mínimo detalle. Es que para formar parte de una expedición de ese tipo no hay que dejar nada librado al azar. Además hay que tener una buena preparación física y experiencia como para saber a lo que se enfrenta. El verano es el momento propicio para poner en práctica esta aventura. Se trata de la temporada alta y es cuando los escaladores salen a desafiar cerros en San Juan, como El Mercedario (6.770 metros de altura sobre el nivel del mar) y otros más bajos. Siempre van profesionales y aquellos que ya han tenido algunas experiencias en montañas de menor altura.

En la provincia, la palabra autorizada en este tema es de los miembros del Club Andino Mercedario, institución que agrupa a los montañistas locales. Su presidente, Sebastián Aguiar explica todo lo que hay que tener en cuenta al momento de emprender está aventura que significa estar en contacto con la naturaleza a cientos o miles de metros de altura.

Para comenzar, hay que tener en cuenta cuándo es el momento propicio para planificar el viaje. En ese sentido, los montañistas evalúan la situación comprendida en temporadas alta, media y baja.

*Temporada alta: es cuando las condiciones climáticas son las mejores o más "accesibles’ para realizar una ascensión a la alta cordillera. En la zona del Mercedario y cordones de Ansilta y La Totora, comprende desde mediados de diciembre hasta fines de enero y principio de febrero.

* Media: corresponde a los períodos comprendidos entre fines de noviembre hasta mediados de diciembre; y principio de febrero hasta principio de marzo.

*Baja: Desde principios de noviembre hasta comienzo de diciembre y mes de marzo.
En la época de otoño y sobre todo en invierno, sólo se recomienda el ascenso a montañistas experimentados, ya que las condiciones son severas y la evacuación por vía terrestre y aérea se tornan muy complicadas.

Para subir una montaña de más de 5.000 metros de altura (s.n.m), se requiere de un nivel de experiencia avanzado. No es cuestión de comprar ropa y equipo y aventurarse de manera irresponsable.

El montañista debe tener conocimientos entre otras cosas de:

*Vestimenta: qué clase de prendas usar, en qué época se realizará la ascensión, cómo usar dichas prendas.

* Campamentismo: carpas, bolsa cama, calentadores, cuáles son los adecuados, cómo se arman y correcto uso.

* Orientación, climatología, aclimatación: que es la adaptación del cuerpo humano a grandes alturas.

* Equipo técnico: casco, crampones, piquetas, cuerdas, mosquetones, etc.

* Primeros auxilios: saber cómo actuar, botiquín, en el cuál se debe llevar todo tipo de elementos para para actuar de urgencia.

El por qué una expedición hacia la alta montaña debe ser llevada a cabo por profesionales, tiene su explicación. Es que es necesario para aquellos que son nuevos en la actividad tener algunas experiencias y referentes que los guíen en estas expediciones. De esta forma se conoce la complejidad que tiene un ascenso de estas características. Es más, los problemas físicos son algunos de los detalles a tener en cuenta, como por ejemplo:

Mal Agudo de Montaña: todas las afecciones relacionados con la altitud están asociados a la poca concentración de oxígeno en la sangre, originada por la disminución de la presión atmosférica. Para evitar este mal, el montañista debe "aclimatar’, que no es más que adaptar el cuerpo a la altura. Se logra subiendo lento. La respuesta fisiológica de nuestro organismo ante la falta de concentración de oxígeno en el aire, es producir más cantidad de glóbulos rojos, que son los encargados de captar y distribuir las moléculas de oxígeno por todo los regidos del cuerpo. Para ello se necesita de tiempo, por lo cual se recomienda, subir lento, para ir adaptándonos al medio hostil.

Si el montañista no se aclimata correctamente, comienzan los efectos (síntomas) del mal agudo de montaña, éstos son: Leve, moderado y severo.

Leve: dolor de cabeza, insomnio, mareos, falta de apetito, dificultad para respirar durante el ejercicio, fatiga.

Tratamiento: Ibuprofeno, reposo, hidratar, reposo, observación de los compañeros.

Moderado: dolor de cabeza agudo, náuseas y/o vómitos, dificultad para respirar durante ejercicio leve, crepitación pulmonar. Tratamiento: Interrumpir el ascenso y el ejercicio, descender por lo menos 300 metros. no dejar solo al montañista, observar
Severo: edema cerebral, cambios de conducta, vómitos dolor de cabeza agudo, edema pulmonar, dificultad respiratoria en reposo, espuma rosada en la boca.

Tratamiento: bajar, oxígeno, medicación, no dejar solo al montañista, observar.Montañismo de altura: Cordillera central de los Andes.

Los montañistas están en plena temporada de escalar, pero además están en permanente ejercicio para cuando llegue el momento de hacer un rescate y salvar vidas en la alta montaña.